Habla mi corazón, sintiendo, palpitando y repite busca la pista para seguir y no olvidar su recuerdo.
Si mis ojos mirarán nuevamente tus ojos...
Si mis manos se entrelazaran nuevamente con tus manos...
Si mi boca besará nuevamente tu boca...
Me convenzo y en voz alta confirmó, “podríamos intentarlo”
Pero...no sucederá nuestro encuentro de almas.
Le pido a mí pasado, que me trasladé a la noche en que te conocí.
Me digo a mi misma ¿Qué debo hacer? ¿Seguir luchando por tu amor imposible?
Mi mente y mi corazón no responden y mi mundo se cierra.
A mí alrededor silencio inquieto, fuerte e insensato.
Te tenía en mi vida, y a su vez no tenía a nadie.
Mi corazón y mis ojos malditos, al nublarme la visión de saber que no me amabas.
Las mañanas son las mismas, con tu ausencia en mi cama.
Y la noche se aproxima...
El silencio es mi aliado y me abraza con paciencia, alcanzando cada célula de mi piel.
Sonrió secamente, repaso cuando las noches se llenaban de terror y tus caricias alejaban el miedo y el dolor.
Le ruego a mi imaginación en secreto.
Que me traslade y me permita recordar la noche en que te conocí.
Entre sonrisas, entró en un sueño profundo...
Te encuentro en esa noche... te observo y solo te admiro.
Porque solamente en mis sueños, apareces para ser solo mío.
Y solamente en mis sueños, claramente puedo recordar la noche en que te conocí.