Te escribo en un rincón, entre tierra y olvido.
Buscando fin a este dolor… desahogándome en estas palabras…
Mi memoria se resiste a olvidarte, te necesito...
Pero al amor le pido demasiado, mis gritos son acústicas perdidas y ahogados...
Veo el abismo y mi cuerpo se opone a caer.
Me resisto a romperme y derrumbarme.
Mi dolor habla y conversa, llegando al cielo y al infierno.
Cierro mis ojos, imagino abrazarte...
Que ironía del amor, pero así es la vida.
Ame para estar viva, morí estando vacía.
Te fuiste escurriendo entre mis manos y los años.
Tu fragancia me envuelve en abrazos del pasado.
Te pido entre susurros que vuelvas a mí.
Me rechazas y te vas... me dejas sola en la tempestad de la esperanza.
Como quisiera atraerte, así no se muere mi alegría.
Como quisiera entender que te perdí.
Mi deseó escapar lejos, y que mi camino de regreso sea tu voz.
Pero tu voz no aparece... y aprendí que el silencio, dice la verdad.
Tanto amor, destrozo mi alma...
Comprendí que no volveré a tenerte...
Comprendí que solo formaste parte de días eternos...
Que mi presente al alejarte quedó ajado.
Y desecho por momentos, que ahora solo son suspiros en mi sentimiento pasajero.