Anhelaban ambos la unión de una voluntad.
Y actualmente son conceptos alejados de una inclemencia remota.
No se complicaban, ni les interesaba la aversión.
Colaban baladas mustias para rechazar el daño de una despedida.
Abordaban una anónima alborada.
Las naturalezas son evidentes en el idéntico sufrimiento.
Tal vez satisfacían la insuficiencia del infortunio.
No pecaban de ignorancia, reconocían la cima del precipicio.
Y en un segundo todo voló, sin dejar huella para insistir…
Haciendo tiempo en acústicas vacías sin progresar.
Nadando entre impulsos solitarios,
Procesaron el mismo dolor.
Comenzando un desconocido mañana.
Sintiendo y repitiendo:
"No es orgullo, es ternura"
"No es arrogancia, es afecto"
Renunciando a los mandos del cariño.
Se amaron y se despidieron sin aversiones.
Se olvidaron…
Y distanciados cedieron, dimitieron y crecieron.