Nunca fui tan de nadie como lo fui de él.
Nunca me sentí tan cerca de dios...
De dios y del infierno también.
Llore, llore y hubo noches enteras que pensé que por el dolor moriría.
Traté de negar que todo hubiera acabado.
Pensé que pasaríamos todas las pruebas,
Pero solo éramos una leyenda en mi sentimiento...
Para no perdernos.
Supongo que estaba ciega con mis sentidos aplacados.
Me enloqueció tanto que quise retenerlo aunque sabía que era malo para nosotros.
Y las despedidas punzan y lastiman tanto...
Tanto que el amor que queda no tiene valor para salvarlo.
Solo quedan... Las lágrimas derramadas en vano.