¿Cómo invento una solución para olvidar tu sonrisa?
¿Cómo descubro una salida para desconocer tus caricias?
¿Cómo creó un mundo para renunciar a desterrar tus besos?
¿Cómo concibo que no sigas protegiéndome?
¿Cómo podré olvidarte?
Mi alma resquebrajada,
Diciéndome que la vida sé me va, porque no estás junto a mí.
Vana y desconsolada,
Por un corazón qué no lo comprende, qué sólo razona ante un dolor inaguantable.
Por orgullo no pronuncie “detente, no me abandones”
Te deje partir, sintiendo tanto amor.
Renuncie, sin pensar en cómo borrarte de mi memoria.
Y quizás la solución es soñar hasta que aparezcan las estrellas,
Manteniendo la fe, para que ellas te proclamen que a mi lado tú estés.