Amor de mi vida, me has destrozado.
Me has desenterrado el corazón.
Me has arrancado el alma…
Mis lágrimas son el consuelo de un amor fallido.
Igualmente, rescato los buenos recuerdos…
Recuerdos risueños e imborrables que estarán reservados en lo recóndito de mi esencia.
Secretos valiosos y bellos que jamás huirán.
Memorias inolvidables que eternamente tendré en mi presente.
Gracias por cuidarme.
Gracias por las risas pícaras que me has robado.
Gracias por los espléndidos momentos.
Gracias por la admiración con la que me mirabas.
Gracias por cada te amo y por cada beso entregado.
Gracias… porque me enseñaste lo que es el amor.
Me brindaste tanto, tanto amor que entiendo que sé te haya acabado.
Y dejó escrita en estas líneas…
En esta poesía derramada…
Los buenos sentimientos y verdaderos que antiguamente formaron parte de una etapa repleta de felicidad.