En sus ojos yacía un brillo profundo,
Y gracias a su mirada, producía una escapatoria adentrándose a una realidad infinita.
Curiosear el perfume de su piel, colmaba paisajes fascinantes, satisfaciéndolo de júbilo.
A su lado, sentía una perfección mágica que los envolvía.
Aferrar su mano y caminar en sigilo, prosperaba a un futuro positivo y certero.
Rozar sus labios, significaba una dicha esplendida, adentrándose a una eternidad divina.
En sus visiones, idealizaba su sonrisa traviesa, trayéndole la paz que tanto requería.
Él, me reveló, que antes de que termine el día...
Reposar a su lado y que ella durmiera sobre su pecho,
Sumergía su alma en un cielo rodeado de estrellas,
Y en cada tintineó, sus latidos silenciosos pronunciaban te quiero.