¿CONTINUAR O DEJARLO EN EL OLVIDO?

Pablo Solisseri

Otro día más que despierto junto a ella, otro día en el cual no dejo de admirar lo hermosa que es, otro día en el que pienso si realmente quiero continuar con mi venganza o amarla eternamente y caminar con ella hasta el fin del mundo, no imagino una vida sin ella, pero, ¿Y la vida de mis padres?, ¿Acaso los suyos pensaron en ello, cuando les arrancaron la existencia tan cruelmente?, sé que ella no tiene la culpa de nada, pero obviamente sus padres la aman y por ende les causaría un gran dolor que a ella le pase algo, sé que en las noticias y frente a toda la sociedad los padres de Amelia murieron, pero eso sólo es una farsa, sé muy bien que ellos se están escondiendo en alguna parte del mundo y algún día los voy a encontrar, para enfrentarlos y preguntarles por qué mataron a los que hoy son los ángeles que me protegen, los que me guían y me dan las fuerzas para seguir adelante. Quizá debo dejar fuera de todo esto a mi amada Amelia, pero ella es la única que me puede llevar hasta ellos, además es su única hija y por ella harían lo que sea necesario, es obvio que la amo con toda el alma, pero no puedo dejar que los malditos que la concibieron se queden sin castigo, prefiero estar muerto en vida, porque cuando haga con ella todo lo que tengo planeado desde el principio, la perderé para siempre porque tendrá que morir frente a los ojos de sus malditos padres y así hacer que ellos sientan el gran vacío que me dejaron cuando decidieron dejarme huérfano, eso es algo que ellos no soportarían, y por eso lo tengo que hacer, tengo que sacrificar mi felicidad para vengar a mis padres.Salgo de mis pensamientos cuando escucho la voz más hermosa del universo, cuando veo esos ojos esmeraldas que me tienen hipnotizado, Amelia sin duda, es lo mejor de mi vida y siempre lo será, me recibe con una hermosa sonrisa y eso es suficiente, para que mi mundo se ilumine.

-Amor, buenos días, ¿Cómo amaneciste? -me dice la mujer de mi vida.

-No pude haber amanecido de una mejor manera, porque tú amor, eres la que ilumina y llena de felicidad mi maldita existencia -digo sin pensar.

-Me llena de alegría lo que dices, pero a la vez me deja intrigada, ¿por qué dices, tu maldita existencia amor?–pregunta con una cara realmente preocupada.

Maldita sea, como pude haber dicho eso, tengo que pensar en algo rápido para que ella no se dé cuenta de nada.

-No es nada amor, no te preocupes, solo es un decir, además mi vida era miserable antes de conocerte y a veces me pongo a pensar en ello y repentinamente me salen esas palabras, pero no es nada –gracias al cielo quita su cara de preocupación y vuelve a sonreír.

-Lo sé amor, pero ahora me tienes a mí y a mi hijo, ya no debes de pensar en ello –me dice tranquilamente, luego me da un beso y se dirige a la habitación de nuestro hijo, porque, aunque no es mío, lo considero como tal. 

-Gracias amor –expreso mientras sale de la habitación.

Hay Amelia, mi amor, si supieras lo que en realidad planeo.