Serendipia

Capitulo 2

—Soy la doctora Ferrer-Koskinen, muñeca — musita la doctora en un tono tranquilo, pero también jovial, con una sonrisa, que sin darme cuenta, se la devuelvo. —Pero dime Viola

Intento responderle, pero el dolor en mi garganta me lo impide, subo mis manos a esta, y ella rápidamente capta mi seña y me acerca un vaso de agua. Del cual tomó suavemente para no herirme más.

La noto pensativa y me quedo en silencio observándola; cuando de repente, se levanta corriendo y rebusca en unos gabinetes.

Mientras ella busca con rapidez; la miró con atención, tratando de captar sus rasgos fisicos para que mi mente no se sienta tan vacío

Es alta o bueno mucho mas alta que yo, su piel trigueña se nota oscura en constraste de la mia tan palida pero eso resalta su belleza, cabello negro a los hombros, que se mueve con tanta naturalidad, haciendo parecer el mio completo plastico

...¿Cuántos años tendrá?.. o ...¿cuantos años tendré yo?...

Preguntas que por ahora no puedo responder

Salgo de mi ensoñación, cuando levanta una pequeña libreta con gesto de victoria, y se vuelve a acercar rápidamente a mi, con la libreta y un pequeño lápiz en su mano.

—¿Me entiendes linda?— pregunta, y asiento rápidamente con mi cabeza—¿Sabes escribir muñeca?.

Me pregunta y yo me quedo por unos segundos pensativa pero asiento dudosa, ella me entrega la libreta con delicadeza, mientras le sonrió en agradecimiento

—¿Cual es tu nombre? — Pregunta, y yo escribo lentamente cada letra, sintiendo cada curva como una nota musical

«Elif Averette»

Ella asiente y empieza a anotar en su libreta

—¿Cuántos años tienes?.

Me quedo en silencio momentáneamente, buscando en cada rincón de mi mente al menos un indicio de mi edad, pero justo cuando estaba a segundo de rendirme un numero se asoma de lo mas recondito de mi mente

«19»

Una pequeña sonrisa surca mi rostro y escribo feliz.

«19 años»

Ella me mira sorprendida pero sonríe conmigo y anota felizmente nuestro avance.

—Excelente, ahora dime, ¿dónde vives? — Ella me pregunta con una sonrisa, pero yo borro la mía al instante y me quedo en silencio

Ella me ve extrañada y repite su pregunta

—¿De donde eres Elif?

La miró en silencio, y escribo lentamente con el pánico naciendo de nuevo en mi pecho, mientras el miedo se apodera de mi.

«No lo se, no lo recuerdo»

Ella me mira sorprendida, y veo cómo su rostro se contrae por la preocupación, mientras lo relee varias veces.

—No lo recuerdas — Susurró para ella misma, como si no se lo creyera, y yo niego con la cabeza como respuesta.

Ella me mira alarmada y me pregunta

—¿Qué recuerdas Elif?— dice con un deje de preocupación en su voz

Agarro la libreta y escribo rápidamente

«Mi nombre y edad»

Le entregó el cuaderno asustada, y abrumada por mi propio pánico. Ella lo lee atentamente con tranquilidad, pero se nota la preocupación en sus ojos, levanta la mirada mirándome fijamente.

Observó su pánico y una presión empieza a crecer en mi pecho,siento como de repente, se me va el aire, y la desesperación me consume.

Viola lo nota, y se acerca a mi corriendo inyectandome una dosis de tranquilizante, al instante siento como todo mi cuerpo se relaja por completo.

Ella me regala una última sonrisa, antes de salir corriendo rápidamente de la habitación, llamando desesperada a otros médicos en un idioma extraño...

...Han pasado alrededor de una semana o han sido solo unas cuantas horas?, ya no lo se, mi vida ahora transcurre entre calmantes y exámenes, la compañía de viola me da aquella paz y fuerza que no tengo y no se donde buscar.

Viola no me deja sola en ningún momento ni lugar, en todos los exámenes ella está, logrando darme un poco de normalidad, o la máxima normalidad que puedo tener en mis condiciones.

También en sus momentos libres viola intenta hablar conmigo de cualquier cosa, aunque yo no tenga mucho que decir.

Ella y su esposo Kalevi, que nos acompaña cuando puede, me hacen sentir feliz y como si de verdad perteneciera a algún lugar.

Que en lo más recóndito de mi mente, se escucha un grito que dice que nunca he pertenecido a uno.

Descubrimos que tengo una gran fobia a las agujas, junto con la sangre, pero para mi mala suerte mis días transcurren en torno a eso.

Hace días me hicieron una resonancia magnética, a la cual, al parecer, también le tengo miedo y me desmayé en el proceso.

Pero agradezco a cualquier ente superior que ya todo eso terminó, ya que después de tanto esfuerzo, lograron darme un diagnostico.

Amnesia retrograda

Que es un tipo de pérdida de memoria que afecta mi capacidad de recordar eventos antes del accidente, cuando volverá, nadie lo sabe, pueden pasar horas, días o incluso años.

Me encuentro acostada en mi camilla pensativa, después de finalizar todas mis revisiones diarias. me inyectaron otra dosis de calmantes, la segunda del día, gracias a un ataque de pánico, del cual podría dar detalles pero es algo que ya no quiero recordar.

Viola me ha respondido solo dos dudas que tengo pero con tan poca información, que no me responden nada. Pero al menos le han dando un suelo al abismo que llamo mente.

Al parecer un chico me encontró tirada en medio de un bosque, sufriendo de una severa hipotermia. A orillas de una carretera con heridas graves, según los médicos tuve que haberme dado una gran golpe en mi cabeza, para que mi mente se convirtiera en lo que es ahora, un simple vacío, oscuro sin inicio ni final

como llegue ahí, eso no les puedo responder porque tampoco lo sé, los oficiales creen que soy de aquí, una simple joven, herida gravemente en medio de la nada.

Estaba escapando de algo? ¿De alguien?

Fui secuestrada? En realidad nadie sabe que me sucedió, ni siquiera yo, lo que hace tener a los oficiales y detectives con los nervios de punta. Porque a pesar de que buscan cualquier información mía en el país, no encuentran nada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.