Serie Unidos1- Emma & Alan

9-Emma

Estos meses habían sido de mucho estrés, pero sabía que debía enfrentar ese fantasma por así decirlo, Dela. Saber bien todo lo que había hecho y ver los nombres de esos hombres especialmente de Alan fue duro. Giorgio fue de mucha ayuda, especialmente sus contactos.

Decidí mudarme de nuevo a Nueva York, y busque un nuevo trabajo, el cual no me fue difícil ya que había hecho mis prácticas en el hospital central. También fue para estar cerca de Derek, ya que estaba segura que contaría con su apoyo. Lo único que tenía que hacer era contarle de mi embarazo. No podía creer que me había quedado embarazada, mis posibilidades eran muy bajas por el daño que sufrí al perder a mi anterior bebe. Sabía que con un tratamiento podía quedar en estado, pero nunca me imaginé pasar por la casi misma situación de mi madre.

Me hubiese gustado que mi madre o en su defecto Dela, me contaran porque mi padre no quiso saber de nosotras. Tal vez tenía los mismos motivos de Alan. Me había enterado que su ex-esposa estaba embarazada y el afirmaba que no era suyo, tal vez por la reputación que se había labrado Mara no lo aceptaba. Aferrándome a ese pequeño dato pensaba que el por lo menos quisiere conocer a mi hijo, su hijo. Pero estaba equivocada. Todavía me dolían sus palabras, especialmente la forma brusca que me trato. Tardaría en olvidar su mirada de odio, tendría que estar acostumbrada a ese tipo de miradas, pero todavía dolían.

Ya había pasado una semana de que fui a ver a Alan, y di órdenes a Giorgio que no permitiera que se acercara a nosotros. La cual fue muy insistente después de nuestro encuentro, todavía no estaba preparada para volver a enfrentarlo.

Estaba cerrando mi consulta cuando recibo un mensaje de Derek.

´´Llegue a casa y me entere algunas cosas. ¿Tienes algo que contarme pequeña?’’

Eso significaba una cosa, Giorgio ya no le quería mentir a su jefe. Él era el único que sabía todo lo que estuve haciendo y seguro el muy listillo de Derek sospechaba. Así que quede con él para cenar.

Cuando salí a la calle para subirme al automóvil que siempre me esperaba con los chicos de Giorgio, vi en la vereda de enfrente a él, Alan. Por un momento nos quedamos mirándonos, y no pude negar que estaba muy guapo vestido con su traje italiano a medida. No se parecía en nada al hombre que había conocido hace meses, este parecía emanar mucho poder, no como el sencillo y amable que creí conocer, eso me hizo recordar a Joel. Desterré ese pensamiento y subí al automóvil rumbo a casa.

Con Derek compartíamos un piso en el primer hotel que invirtió después de saber que su padre lo había desheredado por permanecer a mi lado. En esos momentos difíciles yo lo ayude a construir su imperio y el a cambio lo compartió conmigo. Fue lo único que deje que compartiera, ya que después de la muerte de su padre se enteró que le dejo todo a él, su único hijo. Cuando entro al vestíbulo del hotel veo a la gerente de este, era una mujer muy bonita e inteligente. Cuando Derek me pidió que contratara a un nuevo gerente porque el anterior se retiraría por problemas de salud, no dude en contratarla y darle una oportunidad. Sabía que no tenía experiencia, pero había demostrado todo lo contrario, y se ganó su lugar.

-Hola, Amanda.-le saludo con un pequeño abrazo-. ¿Cómo estuvo tu día?-le pregunto porque veo que se iba a casa.

-Emma. Muy productivo, hasta…que vino el señor Conti.-hago una mueca de disgusto, ya me imaginaba de que humor se encontraba-. Yo fui la menos perjudicada, no puedo decir lo mismo que Giorgio.

-Entonces iré a tranquilizar a la fiera.-bromeo y nos reímos-. Hasta luego.

Me despido de Amanda y subo al ascensor. Cuando se abre en nuestro piso al primero que veo es a Giorgio. Por su cara no estaba muy contento.

-Puedes irte Giorgio. Ya me entere que la fiera esta gruñona, si te necesito te llamo.

-No me quedare cerca. Como esta no quiero que te disguste más aún.-me dice preocupado-. Creo que lo dejaron.-me dice bajito.

-Oh…-le digo porque seguro que ya no tenía una mujer a quien consentir, siempre que las cosas no salían bien con una, Derek tenía un humor de perros-. Ve a descansar yo me ocupare de Derek.-le despido con un beso en la mejilla.

Voy a mi habitación me baño y cambio de ropa y salgo a buscar a Derek. Este estaba en su despacho, se notaba en su cuerpo que estaba tenso. Hasta que noto mi presencia y me dedico una sonrisa. Nos saludos con un fuerte abrazo ya que hacia como dos meses que nos veíamos.

-Pequeña, te extrañe mucho.-me dice mientras me abraza más fuerte.

-Ya cargoso.-le digo riendo-. Vamos a comer, seguro que ya trajeron la comida para nosotros.-le digo mientras salíamos de su despacho.

Cuando terminamos de cenar, seguimos hablando de sus negocios y mi trabajo. Todo estuvo muy tranquilo pero sabía que debía decirle la verdad.

-Tengo que contarte algo muy importante.-le digo cuando veo que está bostezando.

-Sabía que Giorgio me ocultaba algo.-me dice muy serio.

-Yo se lo pedí. Pero esto tiene que ver conmigo…le pedí a Giorgio que me mostrara los informes de los hombres que Dela engaño…-y le conté todo lo que estuve haciendo y que devolví lo que faltaba. También le conté de mi supuesta abuela y padre.

-¿Entonces ya estás en paz con Dela?-yo solo asiento-. ¿Hay algo más, cierto?-nos conocíamos muy bien, así que tome el valor y respire profundamente para lo que me avecinaba.

-Serás tío.-el abrió los ojos grandemente-. Estoy embarazada.

-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?-le estaba por contestar pero me freno-. Espera, espera…-se levanta de su asiento y me mira el vientre, luego a los ojos-. Ya me parecía que habías subido de peso.-me dice sonriendo.

-¡Oye!-le grito

-Mentira estas hermosa…igual cuando, cuando…-este se arrodilla en frente mío y me abraza-. Felicidades mi pequeña Emma.-luego se separa y se pone seria otra vez-. ¿Es seguro?-me pregunta preocupado.

-Por supuesto.-eso parece tranquilizarlo y se vuelve a sentar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.