12-Emma

Esto de estar embarazada tenía sus desventajas, una de ellas y las que más odiaba eran estos mareos repentinos, y si llevaban a perder la conciencia, peor aún.

Cuando me despierto y miro alrededor noto que estoy en mi habitación, me levanto despacio para no marearme y cuando ya estoy sentada entra Giorgio por la puerta. Este me mira y me dedica una sonrisa la cual yo no sé la devuelvo.

Todavía estaba procesando lo que había escuchado.

Me levanto para sentarme al lado del ventanal para mirar la ciudad y decidir cómo enfrentar lo sucedido. En eso Giorgio trata de ayudarme pero levanto una mano frenándolo a la vez que lo miraba enojada.

-Emma…

-Cállate Giorgio.-dije fríamente-. Ahora necesito pensar un momento.

Cuando ya estoy sentada en el diván. Le hago una seña a Giorgio para que se siente conmigo. Él es el primero en romper el silencio.

-Ellos están afuera.-me informa, ya sabía que se trataba de Derek y Alan-. ¿Estás bien?-me pregunta preocupado ya que no le respondía.

-Los mareos y desmayos son comunes en un embarazo. No hay porque preocuparse. Estoy bien.-este asienta y mira también la cuidad-. Sé que Derek y tú me ocultaron cosas y lo siguen haciendo…-este tensa la mandíbula, tomo su cara delicadamente para que me mire-. Quiero que me digan todo… ¿De acuerdo?-este asiente en aprobación-. Ahora hablare con ellos. Primero…primero hablare con Alan...Después hablare con Derek y contigo.

-Está bien.

Este antes de irse me da un beso en la cabeza. Sabía que no lo dejaría que me abrazara, ya que cuando estaba enojada no dejaba que me tocaran.

Después veo entrar a Alan. Trato de no mirarlo mucho tiempo fijamente para que no note lo nerviosa que estaba. Le hago una seña así se siente en frente mío.

-Hola.-me saluda el primero, a la vez que nos miramos.

-Viniste a traerme los papeles que te envió mi abogado.-no le devolví el saludo, lo primero que me vino a la cabeza fueron los papeles de la custodia.

-No.-respondió rápidamente, entonces siento mi brazo temblar. ¡Maldito brazo traidor!-. No los firmare.-me mira su brazo izquierdo al ver que era muy fuerte el temblor lo agarro apretándolo fuertemente para controlarme-. ¿Estás bien?-me pregunta preocupado tomando también mi brazo. Doy un respingo asustándome, en eso el me suelta también asustado-. ¿Qué le sucede a tu brazo?

-Nada. Solo…me sucede cuando estoy nerviosa.-fui sincera.

-No te volveré a hacer daño Emma.-parecía sincero-. Yo…quiero hacerme cargo de mi hijo. Nuestro hijo.-no sabía que responderle, aunque ya lo sabía por lo que había escuchado mientras discutía con Derek-. ¿Me dejaras hacerlo?

-¿Que te hizo cambiar de opinión? ¿Ellos te amenazaron? ¿O Derek te contó cosas que llenaron el hueco del informe de la investigación y te doy pena?-le dije lo que pensaba rápidamente ya que no podía bajar la guardia.

-Vine porque era lo correcto.-eso fue como un jarro de agua fría-. Además te juzgue sin conocerte.-todos lo hacen, pensé. Ya no podía mirarlo así que mire la cuidad-. De verdad Emma. Nunca me imaginé en esta situación…pero me gustaste tú apenas te vi.-lo último sonó muy superficial, pero era la verdad. A mí me había ocurrido lo mismo.

-Nunca conocí a mi padre…-empiezo a contarle-. Mi madre siempre nos contaba que él no estaba preparado para ser nuestro padre, que cuando estuviera preparado vendría por nosotras…que nos iba a querer mucho, pero nunca vino.-mirándolo seriamente tome una decisión-. Si estás seguro que quieras estar presente en la vida de mi hijo…no te lo impediré. Yo no quiero que el pase lo mismo que yo.

-Eso no sucederá.-le sonreí apenas, sin poder evitarlo-. También quiero conocerte mejor…acompañarte a las consultas del bebe. ¿Estás de acuerdo?

-Si…por mi hijo haría cualquier cosa.-este me dedica una sonrisa radiante. ¡Demonios! Si me sonríe así a menudo creo que caeré otra vez y no quiero.

-Ahora que estamos de acuerdo respecto al bebe. Quiero pedirte perdón, por la manera que te trate. Lo siento de verdad.-este me toma ambas manos no pude evitar mirarlas.

-Está bien, Alan.-tenía que ceder hasta conocerlo bien-. ¿Quieres ver una foto del bebe?

-Si.-dice entusiasmado.

Me levanto para buscarla. Cuando la encuentro se la doy. Este la movía para verla en diferentes ángulos, no pude evitar mirarlo burlonamente.

-Esa me la saque cuando tenía pocas semanas, todavía no estaba bien formado. Pero el mes que viene me realizare otra, seguro que se verá mejor.

-Estoy seguro de eso.-responde mirando la foto, luego miro mi vientre, ahí me di cuenta que la ropa se me ceñía y se me notaba un poco el embarazo-. ¿Puedo?-pregunta mientras estira la mano para tocarme.

-Claro.

Se sienta al lado mío y muy despacio coloca una mano en mi vientre. Levanta la mirada y nos miramos a los ojos, yo podía sentir que los míos estaban aguantando las lágrimas para no derramarlas. ¡Malditas hormonas!

Luego el ve mis labios y yo hago lo mismo, no pude evitar recordar cuando nos besamos por primera vez. El con la otra mano toca mi cara y se va acercando lentamente, estaba segura que me besaría.

Pero el momento es interrumpido cuando alguien toca la puerta, yo fui la primera en separarme lejos de él. Luego entra Giorgio.

-Vine a avisarles que la cena la servirán pronto.-muy astuto Giorgio, pienso. Sabía que estaba escuchándonos-. Quería saber si aviso para agregar otro lugar.-lo último lo dice mirando a Alan.

-En otra ocasión será.-le informa a Giorgio y se retira-. Tengo que irme…-me dice mirándome detenidamente-. Pero antes tienes que prometerme cenar conmigo.

-Claro. Este fin de semana estaría bien.

¿Así de fácil soy?, pienso. Pero yo seguía culpando a las hormonas.

-Vendré a recogerte.-se acerca y beso mi mejilla despidiéndose-. Nos vemos, Emma.

-Adiós.

Cuando se fue no pude evitar recostarme pesadamente en el diván. Me sentía cansada mental y físicamente. Tenía que investigar más de la vida de Alan. Para saber si había hecho lo correcto en decirle de mí bebe, pero no quería ser como mi madre. No podía ser una cobarde, no ahora.