Cuando se fue Alan, sabia por su expresión que lo que le sucedió a su ex esposa era algo que esperaría de ella. Me pareció muy frío, como la última vez que estuve en su oficina. Supe cuando desapareció en el ascensor que lo había perdido, no sé porque lo supe, pero tenía ese presentimiento que no estaría en la vida de mi hijo.
No sé cuánto tiempo estuve parada enfrente del ascensor, hasta que veo a Piero aparecer en él.
-¿A quién debo desaparecer?-me pregunta seriamente, seguro al ver mi cara.
-No estoy segura de responder esa pregunta. Porque sé que lo tomaras enserio.
-Correcto.-me dedica una media sonrisa y yo se la devuelvo-. Massimo me acaba de informar que podremos ver a Alex Greco. Cuando quieras podemos irnos.
-Está bien.-me acerco a él y le doy un beso en la mejilla-. Gracias.-le agradezco.
-Por ti cualquier cosa, piccola.
Le dedico una sonrisa y me alejo para ir a buscar a Derek. Tenía que ver como estaba, no esperaba que reaccionara de esa manera al saber de la muerte de Mara.
Lo busco por todo el piso hasta que lo encuentro en la terraza de su habitación, lo observo por un momento y noto que tenía la mirada perdida, no miraba nada en particular. En eso noto que movía los dedos de su mano derecha, en ella tenía un anillo que no había visto nunca, parecía un anillo de compromiso.
-Derek.-lo llamo.
Él se da cuenta de mi presencia, me mira a la cara por un memento y después el anillo en su mano. Luego viene hacia mí y me abraza. Yo solo se lo devuelvo. Estamos así por unos minutos, hasta que el rompe nuestro abrazo y nos sentamos en unos sillones en la terraza.
-Cuando tú quieras.-lo animo. Sabía que tenía algo que contarme.
-Nunca te conté la verdadera razón porque rompí con Mara…ella quería una familia. Algo que ninguno de los dos tuvimos, ella quería ser madre joven. Fue ahí donde me entere que no podía dársela.
-Eso no era tu culpa.
-Lo sé, pero ella no me comprendió. Me hizo sentir impotente, que no era un hombre completo. Pasaron un par de meses y la cosa empeoraba, era una pelea tras otra. Hasta que me engaño, la encontré con otro hombre, el mismo que murió hace meses en ese accidente de auto donde ella se salvó. Según ella, él nos daría al hijo perfecto. Pero nunca pidió mi opinión o si quería hacerlo. Entonces rompí nuestro compromiso.
-La amabas.-afirmo, viendo el sufrimiento dibujado en su cara.
-Algo irónico ¿no? Nuestras familias querían fusionar nuestras fortunas, algo que en su momento me pareció bien. Pero cuando la conocí quede prendado a ella rápidamente y supe que no sería un sacrificio de mi parte. Cuando te conocí, ese día habíamos terminado todo. Pero también le iba a dar el anillo de mi madre.-me muestra el anillo que todavía tenía en la mano-. Me pareció que si se lo daba la cosa mejoraría, pero no esperaba lo que me encontré.
-Te rompió el corazón.-afirme más que preguntar.
-Me dolió, pero llegaste tú y con tu compañía no la eche tanto de menos. Al parecer ella tampoco, porque al tiempo se casó con Wilson.
-Siempre me dijiste que no querías sentirte solo, por eso te querías hacer cargo de mi hijo. ¿Era solo por eso o por lo que no pudiste tener con Mara?
-Un poco de ambas. También hice que creyera que ese bebé era mío, todo encajaría después de separarnos.
-Usaste todo a tu favor.
-Sí, pero después perdí algo que quería.
-Lo perdimos.
-Si…lo perdimos.-los dos nos quedamos en silencio por varios minutos, hasta que vuelvo mi atención a su mano, al anillo.
-¿Me lo muestras?-le pregunto tiernamente, alargando mi mano y el me lo da-. Es muy bonito.-le digo mientras miro la joya, era un sencillo solitario de plata con pequeños diamantes incrustados-. ¿Es el anillo que le dio tu padre?
-No…es el anillo de compromiso de su familia. Como mi abuela no tuvo un hijo se lo entrego a su única hija para que se lo diera a su primogénito.
-Una herencia muy bonita. Sé que algún día se lo entregaras a la mujer que amaras.
-¿Aunque no pueda darle una familia?-me dice tristemente.
-Si.-le respondo sin dudarlo-. Hay muchas formas de formar una familia, no es necesario que lleve tu misma sangre. Es algo que estoy segura que sabes muy bien, si no tuviéramos manteniendo esta charla.
-Lo sé, pequeña. Siempre serás parte importante de mi familia.
-Tú también eres importante para mí, y estaré contigo siempre.
En eso sentimos unos golpecitos en la puerta de la terraza, eran Piero y Massimo.
-Nos enteramos lo que le sucedió a la ex esposa de Wilson.-dice Massimo-. Si deseas permanecer acá, con Pietro nos podemos encargar del asunto. Con las pruebas que tenemos podemos sacarlo en libertad, para que puedas saber sobre Dela.
Respire profundamente a la vez que pensaba. Por la forma que Alan se había ido, me dio a entender que no me necesitaría. Eso me dolió, más de lo que debería. Pero lo que sabía de Derek, no estaba segura de ir.
-Me quedare con Derek.-dije mirándolo-. Los problemas de Dela me persiguieron por años, unos días no harán la diferencia.
Derek, me mira seriamente antes de reírse. Sabía que esa risa no era sincera.
-Emma…por esas cosas así te quiero tanto. Hubiera dado cualquier cosa para poder haber estado enamorado de ti y no dejarte ir nunca. Siempre pones a los demás antes que a ti, pero ahora no te dejare.
-Pero…
-Déjame terminar…tienes que resolver los problemas con el pasado para que no estorben tu presente y futuro. Algo me dice que si no lo haces lo lamentaras. Yo estoy bien, si piensas lo contrario. Ve con cosa uno y cosa dos…-(señala a Piero y Massimo).
-Besa nuestros traseros Conti.-gruñe Piero.
-Estos…-continua Derek-. Te ayudaran, confió en sus traseros. Que no besare nuca.-ahora el que gruñe es Massimo.
-Tranquilos fieras…-los tranquilizo-. Derek, me iré con ellos. Volveremos lo antes posible.
Después de empacar una pequeña maleta y de despedirnos, partimos. Trate de llamar a Alan, para ver como estaba, pero nunca me respondió.