Si te lo propones

CAPÍTULO 26 - La luz después de la tormenta - Parte 2

De regreso, mientras caminaba de regreso a casa bajo la lluvia, no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado. Recordé a mi abuela, quien siempre decía: "La vida te pondrá en situaciones difíciles, pero nunca permitas que te quiten tu dignidad. Eres más fuerte de lo que crees." Y ahora, aquí estaba yo, viendo cómo el amor y el sacrificio de mi familia estaban dando frutos de una manera que nunca imaginé.

Sabía que este era solo el comienzo de un nuevo capítulo para mí. Aunque aún tenía muchas dificultades por delante, este trabajo era una señal de que las cosas podían mejorar. Era una prueba de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay algo hermoso esperando nacer.

"Gracias, abuela," murmuré, mirando las estrellas desde la ventana. "Gracias por enseñarme a ser fuerte."

Esa noche, llamé a Tito para contarle la noticia. Él estaba emocionado cuando escuchó mi voz al otro lado de la línea.

"¿Cómo estás, mamá?" preguntó, como siempre lo hacía.

"Muy bien, cariño," respondí, incapaz de ocultar mi emoción. "Hoy conseguí un trabajo en el colegio donde estudiaste. Seré la nueva administrativa."

"¿En serio?" preguntó, su voz llena de alegría. "¡Eso es increíble, mamá! Sabía que lo lograrías."

"Gracias, hijo," dije, sintiendo cómo las lágrimas brotaban nuevamente. "Todo esto es gracias a ti también. Si no hubieras sido tan fuerte y decidido, nunca habría tenido el coraje de seguir adelante."

"No, mamá," respondió con ternura. "Es gracias a ti. Todo lo que soy es porque tú nunca te rendiste."




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