Siempre hay una segunda oportunidad.

Un lunes atolondrado.

El lunes por la mañana, mi mamá se ofreció a llevarme a la universidad, era mi primer día de clases en una universidad nueva así que se supone que debería estar nervioso pero es todo lo contrario.

-Ma, no tenías que molestarte. Sólo son veinte minutos de camino.

-Lo sé pero quería estar segura.

-¿Segura de qué?

-¿Traes todas tus cosas?- asiento y ruedo los ojos al mismo tiempo- ¿Tu celular? ¿Tu billetera? ¿Traes dinero suficiente?

-Sí, sí y podrías aumentar mi tarifa. No tengo problemas con eso.

-No bromeo Kenny, me preocupa éste cambio tan repentino. ¿Estás seguro que si sucede algo malo habrá alguien que pueda avisarme?

-Vamos mamá, no te preocupes tanto. Annie estudia también en ésta universidad, nuestras facultades están juntas.

-¿En serio? ¿Por qué no me lo dijiste antes? – se escucha más que aliviada- Escucha, me alegra que ahora podrás estar más cerca de Annie pero no debes dejar de concentrarte en tus estudios, yo-

-No es eso- la interrumpo- No pedí el cambio para estar más cerca de ella si es lo que piensas.

-Pero creía que…

-¡Ahhh! ¿Sigues escuchando a Bryson, cierto?

-No es eso. Yo también fui joven, tuve tu edad y tomé decisiones que a veces fueron buenas y otras no. No me arrepiento de nada, mírame tengo un buen trabajo con una hermosa familia, un gran esposo y cuatro hijos que…- la corto porque sé por dónde se irá la conversación y porque ya llegamos al aparcamiento de la universidad.

-No te preocupes, estaré bien. Oh pero por si acaso, para venir de manera más segura podrías decir que sí y comprarme un auto propio.

-Lo pensaremos Kenny, no me presiones- Abro la puerta y salgo del auto- Diviértete y ten mucho cuidado- asiento y justo cuando estoy cerrando la puerta grita- ¡Saluda a Annie de mi parte, dale un beso y un abrazo!

-Mamá…- respiro profundo- No te preocupes, te llamo al trabajo cuando salga de clases.

-Bien, me marcho- Da vuelta por la calzada y se va despacio.

Ajusto mi mochila en mis hombros y comienzo a caminar, el lugar está abarrotado de chicos y chicas; muchos viven en los pocos dormitorios y exclusivos que posee, otros vienen caminando, en bicicleta o en sus autos. Busco a Max con la mirada, aún no conozco a nadie y tampoco espero que alguien caiga del cielo y se ofrezca a ayudarme.

Como si mi mente fuera poderosa, un golpe en mi espalda me hace darme cuenta que una chica chocó contra mí, derramando sus libros en el suelo. Me agacho para ayudarla, sus libros son iguales a los míos, levanto la vista y antes que diga algo me dice:

-¡Lo siento! No te había visto- Es una chica alta, morena, de cabello largo y oscuro azabache. Es delgada y  puede que se le pase la mano un poquitín con su maquillaje pero creo que eso es lo que la hace verse bien. En su  mano tiene su celular y me doy cuenta porqué no pudo verme. Yo le respondo:

-¿Estudias periodismo?- ella sonríe y contesta:

-¿Cómo lo sabes? Quizá sea porque parezco alguien que debe salir en la televisión, o tal vez sea porque- yo la interrumpo:

-Tengo los mismos libros que tú en mi mochila.

-Oh, esa también es una buena posibilidad, Soy Karla por cierto- terminamos de recoger sus libros y nos ponemos de pie.

-Soy Kenny pero yo- ella me interrumpe.

-Muéstrame tu horario- dice un poco… fuerte, yo saco el horario de mi bolsillo y se lo muestro, ella lo lee y dice- Tenemos casi las mismas clases. Si nos apresuramos, tal vez podamos llegar a tiempo a Historia Americana- Ella comienza a caminar y yo la sigo lo más rápido que puedo.

Caminamos hasta la segunda planta, entramos al salón 17. Cuando entro veo a Max, está sentado junto a ¿Annie? Camino hasta ellos pero Karla me jala del brazo y prácticamente me obliga a sentarme junto a ella. Yo la miro extrañado y ella dice:

-El Doctor Hoffman ya llegó, no le gusta cuando no notan que ya entró al salón.

El Doctor Hoffman tiene un doctorado en historia americana, es bastante serio y gruñón. Lanza miradas de águila a toda la clase,  no le gusta cuando alguien se distrae, yo lo hice al voltear a ver a Max y a Annie, él me vio y se puso a preguntarme sobre lo que había hablado hace media hora.

Cuando el doctor Hoffman terminó su clase, todos comenzaron a salir rápidamente. Yo me quedé parado en la puerta esperando a Max, justo cuando estaba cerca Karla volvió a tomarme del brazo y a jalonearme hasta nuestra siguiente clase pero por suerte no teníamos Fotografía en el mismo grupo. Max y Annie sí.

Los seguí hasta el salón 22, pero no me dio mucho tiempo para hablar con ellos. Cuando me vieron, Max sólo me dijo:

-¿Qué rayos estás haciendo?- estaba por contestarle pero el doctor Seymour entró y nos separó a todos, nos pidió que nos sentáramos y pensáramos en un paisaje, lo describiéramos, para traer una foto de tarea para mañana.

Cuando terminó la clase, me acerqué a ellos y les dije:

-Alguno de los dos puede explicarme ¿Qué está pasando? ¿Qué haces aquí Annie? Pensé que estudiabas Arquitectura- Ella me miró muy seria por un par de segundos, luego suspiró y dijo:




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