Siempre hay una segunda oportunidad.

October fest ~2° parte~

¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¿Y si mi mamá se confesó por mi? Ojalá que no lo haya hecho, pero si dijo algo comprometedor quiere decir que tendré que hacerlo, voy a hacerlo. ¡Voy a confesarme!

Voy a tener que confesarme para que Annie no piense mal, para que se dé cuenta que mi mamá dijo lo que dijo por alguna razón.

¡Cálmate! ¡Cálmate Kenny!

Annie no me miró los siguientes tres días, me ignoró y eso aumentó mis nervios, intenté acercarme a ella pero no me dejaron mis propios nervios y Johan por alguna extraña razón.

Mi mamá terminó de coser el vestido el viernes por la mañana, pensé que Annie iría a mi casa pero no fue así, no se apareció en todo el día. No me llamó y tampoco sé cómo hizo mamá para que lo tuviera en su casa. El festival es mañana y yo… ya no quiero ir, tengo mucha vergüenza,  terminé de leer el libro que me prestó y ahora entiendo que el chico del que me disfrazaré es el novio de la fantasma. ¡Nos vestiremos como una pareja!

No es algo que todo el mundo sepa, claro, pero ¿Y si Annie decide cambiar a último momento? ¿Y si me deja como un tonto?  Mis ganas de confesármele se fueron al tacho el mismo día que mamá abrió su boca. Y tampoco me quiso decir qué fue lo que le dijo.

 Llamé a Max para pedirle consejo pero olvidé que mi “amigo” mi “mejor amigo” da los peores concejos de todo el maldito mundo.

Como sea, mañana tengo que llegar a las ocho de la mañana al estadio que está cerca de la plaza. Es un poco exclusivo el estúpido festival, ahora logro comprender por qué Karla me pidió una invitación. Las entradas cuestan mucho dinero y yo no lo sabía hasta que vi a Ronnie en la universidad y me entregó la mía.

Me acosté temprano para levantarme temprano pero no funcionó. Me costó mucho quedarme dormido y terminé levantándome a las siete y cuarenta y cinco. Tuve que hacer milagros en media hora, me bañé y me cambié a toda prisa.

En realidad yo parecía más un chico normal que un caza fantasmas o un exorcista o algo  parecido. Sólo me vestí con un simple par de jeans, una camiset y una chaqueta. En parte me alivió y en parte me deprimió un poco.

Sí, mi mamá se esforzó mucho. Hasta me consiguió un cuchillo de plástico que parecía muy real y lo colgué en una funda en mi cintura, me dijo el nombre pero se me olvidó. Antes de salir de casa, tomé las llaves de su auto, mis demás cosas y me detuvo diciendo:

-¿Adónde crees que vas?

-Ma, me tengo que ir. En serio, ya voy retrasado.

-Eso ya lo sé pero ¿Ni siquiera te vas a peinar?

Era cierto, mi cabello húmedo cae muy desordenado en mi frente y me tapa una parte de los ojos, me da algo de picazón en mis párpados pero lo ignoro porque mi cabello está de regreso, incluso un poco más largo.

-Ven, te recortaré un poco el cabello de los ojos.

-¡No!- ella me mira asustada- Mi cabello está bien como está.

-Pero… Te ves un poco greñudo.

-Es parte del disfraz- me acerco con cuidado, beso su mejilla- Te veo más tarde cuando vuelva.

-Bien pero no voy a…- No alcancé a terminar de escucharla porque ya estaba sentado encendiendo el auto. Conduje un poco apurado hasta el estadio el cual estaba un poco lleno, pensé que muy poca gente venía a éste tipo de eventos pero no fue así.

Encontré un lugar para estacionarme cerca de la salida a las nueve y treinta. Caminé a los bastidores para ver si encontraba a alguien, no los vi. Sin embargo, recibí un mensaje de Annie:

-Estamos frente a la puerta que está cerca de los instrumentos. Salimos a las 10:15 a.m al escenario.

Busqué la susodicha puerta por todos lados hasta que la vi. La vi a ella no a la puerta. ¡Maldición! Esa puerta…

Annie estaba recostada en la puerta… La puerta… Quiero decir, hay algo en ella que me hace pensar como un estúpido hoy, quizá sea su cabello negro y largo que cae en ondas sobre su espalda, no me importa que sea una peluca pero a Annie se le ve muy bien el cabello negro  y ondulado hasta la cintura.

¿Alguna vez dije que me gusta cómo se ve cuando usa un vestido? Pues, el color blanco de su vestido parece un poco el de una novia toda la parte de arriba. La parte de abajo, el dobladillo está manchado de rojo y le llega hasta las rodillas. Se mira muy pálida y con algunas líneas moradas por todo el cuerpo pero es ella. Es Annie.

Me acerco por detrás y le digo:

-¿Anna Korlov?- Ella se da la vuelta, primero me mira sorprendida y luego como si recordara algo vergonzoso, aleja su mirada de la mía. Mira hacia otro lado sonriendo y dice:

-Te pareces mucho a Cass, ¡incluso traes tu propio Athame!

-¿En serio?- eso pareció un cumplido de su parte- Mi mamá quería cortarme el cabello sabes.

-Qué bueno que no lo hiciste- me mira al fin- Sólo deberías despeinártelo un poco más, justo como en el- Johan nos interrumpe:

-¿De qué hablan ustedes dos?




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