Capítulo 14

Dove

-¿Estás bien? - su preocupación era evidente

Asentí, baje la pistola y lo abracé como si mi vida dependiera de eso

-Gracias - mi voz temblaba un poco

Asintió y voltio viendo con furia masiva a Derek

-¿Qué diablos quieres?

-Hablar con ella - hizo un movimiento con su cabeza hacia mí

-Supongo que ella ya te dijo que no, así que vete que aquí no tenemos nada tuyo

-Te equivocas - Dijo como si algo fuera solo evidente para él

-¿Me equivoco?, ¿En qué? - Vlad tenía el ceño fruncido

No le contesto, solo desvió la mirada hacia mi

-Ahora entiendo, cuando tu padre dijo que por un capricho le estabas haciendo perder dinero – Dijo con un tono amargo y mirando mal a Vlad

-¿De qué coño hablas? – ¿Cómo se atrevía?

-Si tanto querías escapar con tu novio – miro a Vlad con desprecio – hubiera ido por ti a mi casa, ahí tu padre no te hubiera encontrado y estarías felizmente con él desde un principio, sin que yo supiera donde estas

Pero…

-Vlad no – hablo por mí, me interrumpió

-Si, tienes razón, hubiera ido por ella, si tanto te molesto traerla, te doy las gracias y tienes la oportunidad de pedirme algo y si, también te confirmo que soy su novio y me molesta que estes aquí – Vlad solo lo miraba de una manera bastante intimidante y Derek hacia lo mismo

-Quiero cobrar ese favor ahora – una mirada divertida y desafiante se reflejaba en su rostro

-¿Así? – asintió – bien, te escucho

-Quiero que me hagas el favor de irte bien a mierda para afuera y que me dejes hablar con ella

-Quiri qui ti viyis biin i li miirdi y mi dijis hiblir cin illi – lo arremede, me miraron – estoy aquí, yo puedo decidir si quiero o no hablar contigo

-Vlad tiene palabra, así que espero que cumpla su palabra de que puedo cobrar un favor

-El favor lo puedo hacer, pero la decisión la tiene mi pequeña – hizo énfasis en “mi pequeña”, me volteo a ver – ¿quieres hablar con él?

Derek me miraba fijamente

-Bien, hablaré con él, pero Vlad – hizo señal para que siguiera – quédate lo más cerca que puedas y si ves que hay algo extraño entra por mí - solo asintió y paso a lado de Derek golpeando su hombre para ahora si salir de la casa

-¿Y bien?

-¿Él es la razón por la que tu padre quiere que te secuestre? – Cuestionó

-Créeme que sería más fácil si él fuera la razón y no otra cosa

-¿A qué te refieres? – su ceño se frunció y su mandíbula se tenso

-Derek ni siquiera te conozco no pretendas que te cuente todo cuando no te tengo confianza, cuando lo único que mi mente me dice es que este alerta en tu cercanía

-Seria muy poco inteligente pensar que un secuestrador se quedaría platicando con la víctima y que no se la llevaría de una sin pretextos

-Bueno en eso tienes razón, pero igual no confió

-Dove, yo soy una persona de mierda, no soy una blanca palomita, no soy un hombre que de cariño o que le hable bonito a las personas, pero contigo lo estoy intentando, ¿por? ... ¿Por qué? – cerró la boca y de nuevo frunció el ceño

-¿Por qué? – lo miré, con el corazón latiendo al mil

-No lo sé, no sé por qué, pero te puedo decir que puedes confiar en mi – suspiro – te juro por maya que puedes confiar en mi

-Derek… - se acercó a mí

-Solo dilo, Dove

-Él me vendió y el hombre al que me entregó, me…. Me…. – No me di cuenta de que las lágrimas comenzaron a salir, hasta que él, las empezó a limpiar mis mejillas, con sus nodillos

-Lo que te haya hecho me lo puedes decir y no te preocupes, que cada lágrima que hayas derramado hoy y en el pasado te lo aseguro, por como soy Derek y la pantera, que los haré pagar – sus palabras hicieron efecto en mí, nadie se había preocupado antes y por su tono de voz él si lo hacía, si yo fuera las personas que me dañaron me mataría yo sola, porque son solo verlo se que no es bueno meterse con el poderosísimo Derek

-No puedes

-¿Por qué no?

-Porque ya está muerto – lo miré directamente a los ojos- yo lo maté

-Ah por eso – lo dijo como si no fuera nada – espera – saco su móvil de su bolsillo y fingió una llamada – listo

-¿Qué?

-Ya tengo listo mi boleto de avión hacia el infierno para hacer pagar al imbécil que se atrevió a hacerte sufrir – una pequeña sonrisa hizo asomo en mi rostro

-Eres un imbécil

-Gracias – no se en que momento el enojo y todo se nos fue, ahora estábamos tranquilos

-¿Cuándo me vas a entregar a Arturo? – rodó los ojos

-Por maya, te juro que no te voy a entregar a él, porque todo va a hacer al revés

-¿Al revés? – ahora yo fruncí mi ceño

-Yo voy a entregarte a Arturo