Arrepentida del viaje?

Terminando de cenar caminé un rato por los jardines del lugar junto a Liam, mi cuñada y los niños. 

Diana se disculpó por la irreverencia de Emilio. — Es buena persona pero cuando está abrumado suele decir tonterías — dijo pero hasta ella entendía que su hermano menor era un idiota.

Llegamos a un pequeño bar junto a una piscina y mi cuñada se marchó para acostar a los niños. Liam y yo nos quedamos en una mesa cerca de la barra.

— Creo que es tiempo de que te tomes las cosas en serio — mi hermano aprovechó para sermonearme mientras nos servían un par de bebidas.

— Cuando vas a dejar de menospreciar mi trabajo? — reclamé tratando de no elevar el tono de mi voz — yo prefiero ser pobre a ser una estúpida como tu cuñado.

— No digas eso, por nada del mundo me gustaría que fueras como él es solo me preocupo por ti.

— Pues no te preocupes demasiado, yo estoy bien.

— Bueno Juli, puedes hacer lo que quieras pero por favor trata de pasarlo bien esta semana, la verdad es que vinimos aquí para encontrarnos con el padre de Óscar, desde hace tiempo queremos hacer negocios con él aquí en México — resulta que el padre de mi cuñada es canadiense pero su madre es mexicana por lo que supuse que estaban planeando extender la compañía antes de mudarse a nuestro país para su retiro.

— Descuida, intentaré no avergonzarte — solté con ironía y cambié el tema de la conversación.

Después de un rato mi hermano se fue a dormir pero yo había dormido demasiado durante el día así que no tenía sueño y decidí quedarme un rato más. Comencé a mandar mensajes de texto a mis amigos, había música y el ambiente parecía agradable hasta que dos personas se acercaron a la barra, comencé a sentirme incómoda al reconocerlos, así que me apresuré a terminar mi bebida para irme de aquel sitio.

— Oye, espera — Óscar se acercó al ver que me levanté de la silla — solo quiero disculparme por ponerte en aprietos durante la cena, no tenía idea de que tu trabajo fuera un tema tabú para tu familia — no pude evitar sonreir.

— No te preocupes, ya estoy acostumbrada — lo dije en serio porque hasta mi madre que sigue siendo instructora de belly dance a sus cincuenta y tantos años y se ha casado tres veces no estaba conforme con mis desiciones de vida ni mi situación económica.

— Es una pena, de verdad me parece interesante — sonó sincero y tenía cierto encanto en la mirada que por un momento me sentí vulnerable. 

— Ojalá todos pensaran así — tomé mi cartera y planeaba despedirme antes de que Emilio se acercara pero al parecer ya era muy tarde para eso.

— Ya te convenció de unirte a green peace? —afortunadamente Óscar ignoró ese comentario y sacó una pequeña tarjeta de su bolsillo.

— Toma — me la entregó y leí rapidamente los datos en ella — puedes mandarme información sobre tu organización para ver como podemos apoyarles.

— Parece que tu vuelo barato fue buena inversión. — Era mi primer día en ese lugar y las burlas de Emilio ya me estaban hartando, me sentí tentada a lanzarle el bolso a la cara. No se cómo podía estar tan tranquilo siendo tan idiota, porque no solo se comportaba así conmigo, también lo había escuchado decir estupideces sobre otras personas pero a los demás parecía no molestarles.

— Sabes Óscar, me dió gusto conocerte pero ya voy a entrar — extendí mi mano para despedirme y nos dimos un pequeño beso amistoso en la mejilla.

Por supuesto que no me despedí de Emilio, solamente me retiré.

Era casi media noche y no podía dormir. Mil cosas rondaban en mi mente.

"¿Por qué vine?"

"No sé si podré soportar toda la semana cerca de ese tonto" pensé. 

"Ojalá pudiera hacerle tragar todas sus palabras"

"Ojalá mi hermano deje de verme como una niña confundida". Liam creía que los 6 años que había de diferencia entre nosotros lo hacían más sabio.

"¿Cómo le hará mi cuñada para aguantar a ese par?"

 "Un día voy a tener tanto dinero que ellos van a desear ser como yo"

"¿Cómo se le hace para conseguir un hombre cómo Óscar?"

Ninguna de mis preocupaciones parecía tener respuesta así que finalmente me quedé dormida.