Sin miedo a volar

Saboreando el momento

Me puse un poco nerviosa porque aunque Óscar estaba sentado casi enfrente de mí, con un traje casual que le quedaba muy bien y resaltaba sus hermosos ojos, en mi mente aparecía la imagen de él en shorts de baño y un calor recorría mi cuerpo, además de que tuve que sentarme junto a Emilio y me daba la sensación de que haría lo posible por hacerme quedar mal frente a todos pero por lo visto no era tan tonto como para arruinar aquella noche que seguro le convenía.

— Diana y Emilio eran muy traviesos cuando eran niños, nada que ver con estos pequeños tan educados — dijo la madre de Óscar.

— Entonces supongo que eso lo heredaron de su padre — bromeó mi cuñada y todos sonrieron pero yo no pude evitar soltar una pequeña carcajada recordando la alocada vida de mi hermano hasta poco antes de conocer a Diana. Emilio empujó ligeramente mi pie con el suyo así que volteé a verlo para saber si había sido intencional y noté que me hizo una disimulada señal, entonces volteé hacia enfrente y me di cuenta de que mi hermano me fulminaba con la mirada.

— Seguramente tu hermana nos sacará de la duda — dijo Miguel, el padre el de Óscar mientras todos me observaron esperando mi respuesta.

<< Mierda y ahora que digo para que mi hermano no me reclame por el resto de nuestras vidas >> pensé.

— La verdad es que Liam solía ser un chico tranquilo — mentí — pero algunas veces yo me esforzaba para que mi madre lo incluyera en los castigos — todos reímos pero en el fondo me sentí enfadada por la insistencia de mi hermano en pretender encajar en un lugar donde no podía ser sincero sobre él mismo.

Al final todo parecía haber salido bien para ellos. La madre de Óscar, mi cuñada, los niños y yo salimos a un área fuera del restaurante para que los hombres pudieran hablar con más detalle del acuerdo al que querían llegar. 

<< Como si no pudieran hablar de ésto en una oficina, tienen que exhibirse para sentirse importantes >> alegué en mi pensamiento, sin embargo ellas se veían muy tranquilas.

Nos sentamos cerca de la barandilla con vista al mar y los niños se pusieron a jugar con sus tablets. Pedí una bebida e intenté parecer una mujer refinada y elegante pero comenzaba a desesperarme, solo quería quitarme el vestido y arrancar la molesta etiqueta, cuya costura seguía lastimando la piel de mi espalda. El baño estaba adentro y no quería pasar frente a los "hombres de negocios".

En eso sonó mi móvil, era mi amigo Lalo así que me disculpé y me levanté para retirarme algunos metros de aquella mesa y recargarme sobre la barandilla, aunque el viento era algo fuerte y levantaba la ligera tela del faldón de mi vestido, así que tuve que sostenerlo con una de mis manos.

— Que bueno que llamaste, estaba a punto de tener un colapso nervioso — me sentí un poco aliviada.

— Cariño, un colapso nervioso en el caribe no suena tan mal, te infartaste al ver a un chico guapo? — sonrió.

— No! bueno mas o menos — moví ligeramente mi teléfono e hice zoom para ver si podía enfocar a Óscar a través del cristal entonces me di cuenta de que él estaba observando.

— Madre mía — exclamó Lalo.

— Carajo — musité e intenté girar mi móvil en otra dirección pero se me resbaló y cayó en los arbustos del otro lado.

Por suerte uno de los meseros se dió cuenta y se acercó para ayudarme. Una vez que recuperé el móvil me di cuenta de que mi amigo ya había colgado, así que le envíe un audio para contarle lo que había pasado y decirle que le marcaría más tarde.

— Ves a ponerte algo más cómodo, con ese vestido parece que vas a volar y según sé, eso te asusta. — No me di cuenta cuando todos se reunieron afuera y Emilio se paró a lado mío porque yo estaba de espaldas al restaurante, ni siquiera me había percatado de que en algún momento del rescate de mi teléfono solté la faldón del vestido y aunque me molestaba hacer caso a cualquier cosa que dijera el cuñado de mi hermano, esta vez tuve que aceptar su consejo.

<< No vuelvo a usar este vestido >> refunfuñé conmigo misma mientras me cambiaba.

*Te esperamos en el bar de la playa — texteó Liam.

Entonces me puse un vestido menos formal, más corto y ajustado para evitar incidentes que me pusieran en riesgo de "volar".

Poco después de que yo llegara a donde ellos estaban, los padres de Óscar se despidieron, al parecer el ingeniero Armento había quedado conforme con sus acuerdos. 

Poco después Emilio, mi cuñada y los niños también se fueron, así que mi hermano, Óscar y yo pedimos unas bebidas. Estabamos teniendo una buena conversación pero sonó el móvil de Liam y se retiró para hablar.

— Hasta cuando estarás aquí? — preguntó mientras tanto el apuesto hombre de ojos color avellana.

— Hasta el lunes por la mañana — desabrochó los 2 botones superiores de su camisa y dobló las mangas.

— Y la estás pasando bien?

— Sí, no me quejo — respondí.

— En serio? Estás en uno de los mejores resorts del país y eso sonó como una calificación 3 de 5, espero que no seas tu quien escriba la reseña — su voz grave y cálida me agradaba así que su broma lejos de molestarme me pareció linda.

— No es por el lugar además de que dudo que mi hermano me dejara hacerlo, parece que últimamente no le gusta mi opinión — volteé a ver a Liam y la verdad es que lo desconocía, tenía lo que siempre había querido pero no se veía contento.

— Lamento que tus vacaciones familiares no vayan tan bien, por cierto Emilio no te ha causado problemas?

— Un poco, la verdad es que casi no ha estado con nosotros y cuando está intento ignorarlo.

— Te digo algo? — me miró. — El otro día me dí cuenta de que él estaba siendo un pesado contigo así que he tratado de mantenerlo ocupado para que no te moleste tanto — quedé sorprendida al enterarme del motivo por el cual había estado desapareciendo.




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