Sin miedo a volar

Dilemas del destino

Algunas lágrimas rodaban por mis mejillas, mi hermano y mi cuñada aún estaban en la sala de la suite, traté de disimular al pasar cerca de ellos pero sé que notaron de mi enojo.

Comencé a meter mis cosas en la maleta y a buscar un vuelo barato para el día siguiente cuando Liam tocó la puerta y entró.

— Qué pasó July? Donde está Óscar?

— Está divirtiéndose con tu cuñado — respondí con molestia y él sospechó que Emilio me había arruinado la noche.

— Te vas a ir?

— Sí, lo siento, no puedo soportar un día más, he echo mi mejor esfuerzo, hasta me subí en un maldito avión para venir a verte, pero ustedes no están aquí de vacaciones sino por trabajo.

— July no voy a pedirte que te quedes pero tengo que decirte el motivo por el que quise que vinieras — su rostro se puso serio.

— Pensé que era para pasar un tiempo juntos — dije.

— Si, pero aparte de eso — hizo una pequeña pausa — la verdad es que el trato con el ingeniero Armento nos conviene mucho, él era el antiguo socio de mi suegro pero lo dejó para asociarse en un corporativo que tiene varias industrias de productos alimenticios.

— Eso a mi me da igual — alegué.

— July, él nos va a ayudar a expandirnos a México, necesitamos gente de confianza para supervisar que todo se haga bien, tu eres ingeniera.

— No hermano, yo trabajo en una reserva, no pienso dejarlo para ir a trabajar con los que destruyen lo que algunos intentamos rescatar.

— No seas terca, no somos el maldito enemigo, hay muchas personas que pueden mantener a sus familias gracias a nosotros y además ganarías mucho más dinero, podrías hacer más por esa reserva que lo que logras desde la posición en que te encuentras en este momento — él era tan terco como yo y sin duda sabía como captar mi atención — ojalá el dinero creciera en los árboles, así yo tambien te ayudaría a plantar.

— No crece dinero de ellos pero sí nos regalan vida  — dije.

— El caso es que la vida cuesta y creo que ya lo sabes, no voy a sostener la oferta que te estoy haciendo por siempre y no puedo ofrecerte otra cosa así que será mejor que lo pienses, te doy una semana para decidirlo y por favor si esta noche le dijiste algo irreverente a Óscar, discúlpate en cuanto tengas la oportunidad porque no nos conviene tener ningún conflicto con los Armento.

Me molestó un poco que dijera eso pero admito que logró hacerme cuestionar mis desiciones, y que tal vez yo debía aceptar que aunque Liam ya no era el lindo y divertido hermano mayor que yo recordaba solo quería ayudarme.

— Está bien lo pensaré — le dije — pero por el momento no voy a disculparme con nadie y voy a regresar a casa, espero que Diana y los niños no se ofendan, me dio mucho gusto verlos pero no me siento cómoda con tu cuñado cerca.

— Lo sé July, perdón por eso.

Se acercó para darme un abrazo y despues salió de la habitación.

Intenté que me reembolsaran la cancelación de la fecha programada para mi regreso pero no tuve éxito, por suerte encontré un vuelo que podía pagar.

Tomé media pastilla para poder dormir y estar tranquila sin correr el riesgo de parecer un zombi.

Al día siguiente me levanté temprano, me despedí de los niños y les prometí que pronto iría a verlos, también le di a Liam los datos de mi vuelo por cualquier cosa que pudiera ocurrir.

Cuando me dirigía a abordar el carro que me llevaría al aeropuerto me topé a Emilio al salir del elevador, por lo visto apenas regresaba despues de su noche de celebración, iba desaliñado con cara de resaca y pude notar su sorpresa al verme con el equipaje.

— En serio te vas, te afectó tanto lo de anoche? — pregunto mientras yo jalaba mi maleta y lo ignoré — eres débil Juliette — exclamó una vez que entró al ascensor —. Seguí caminando aunque hubiera preferido darle una bofetada y me dije a mi misma que hacía lo correcto al irme.

Tal vez llegar un par de horas antes no fue buena idea porque apenas pisé el aeropuerto mis nervios comenzaron a descontrolarse y traté de pensar en otras cosas, pero solo venía a mi mente la encantadora mirada de Óscar y las estúpidas palabras de Emilio.

<< No soy débil>> me repetí a mi misma << quiero que ese idiota se trague sus palabras>> deseé.

Me encontraba en la sala de espera cuando sonó mi móvil, era mi hermano preguntando si ya había abordado.

— Aún falta una hora — respondí — estoy en la sala de espera, que pasa?

— Alguien más quiere despedirse de ti — cuando pregunté quién Liam colgó.

 

 

 

 




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