Sin miedo a volar

Aterrizaje de emergencia

— Vas a estar bien July — tenía esa tierna mirada que me conquistaba.

— Eso espero — respondí — mi mamá está aquí, ella se quedará conmigo mientras me recupero. 

— Eso está bien, yo también estaré pendiente — sonrió y acarició mi mano.

— No tienes que hacerlo Óscar, te agradezco que mientras tanto estuvieras conmigo pero estaré bien — su rostro se tornó inexpresivo.

— Que intentas decir Juli? Quieres que me vaya? — me miró a los ojos.

— Es que me temo que cada vez que te vea recordaré que perdí a nuestro bebé. — Comenzaron a resbalar lágrimas por mi mejilla porque aunque yo sabía que estábamos enamorados, lo que estaba pasando me superaba, no sabía cómo luchar por amor e incluso consideraba que esa era una lucha inecesaria donde todos perdían.

Mi padre jamás luchó por mí, mi madre amaba más celebrar sus divorcios que sus matrimonios y mi hermano se había casado por conveniencia. Así que, qué esperanza tenía yo de salir victoriosa? Si encima de todo él siempre me recordaría una parte dolorosa de mi vida.

— Sé que será difícil pero al menos déjame intentar cuidarte.

— Yo puedo cuidarme sola — evité mirarlo porque en realidad no quería que se fuera, es solo que estaba asustada, comenzaba a arrepentirme de mis desiciones y estaba triste solo de pensar que hubo un hermoso bebé suyo en mi vientre.

— Lo sé Juli, respeto eso y créeme que es una de las razones por las que me enamoré de ti y de verdad lamento lo que te dije ese día, quizás me asustó la mujer en que te estás convirtiendo.

— A mi también me asusta y creo que ésto ha sido como un aterrizaje de emergencia para que me diera cuenta de que no estaba haciendo las cosas bien — le dije con voz entrecortada.

— Porqué lo dices? — preguntó.

— Porque últimamente he tomado decisiones basadas en mis enojos, en mis ansias de probar que soy mejor y me ha ido bien en algunas cosas pero creo que todo eso afectó a mi bebé, ojalá me hubiera dado cuenta antes de que estaba embarazada y para colmo lo más probable es que la reserva se pierda por mi culpa — me solté a llorar.

 — Yo tampoco dejo de pensar que mi padre y yo tuvimos mucha culpa de lo que pasó — sabía que él también la estaba pasando mal — pero trata de estar tranquila por favor, yo no te voy a obligar a verme pero cuando quieras hacerlo ahí estaré. — Soltó mi mano y puso un pequeño beso sobre mis labios — Te amo Juli — dijo y después de eso se marchó. 

Lloré mucho ese día pero intenté convencerme a mi misma de que estaba haciendo lo correcto. Cuando salí del hospital le pedí al chofer que nos llevara a casa de mi madre, eran unas 8 horas de camino hacia el centro del país, pero no me importó porque quería alejarme de todo por un tiempo.

Físicamente me encontraba mejor pero emocionalmente estaba por los suelos, Liam se disculpó por no haberme visitado y me dijo que durante mi ausencia Emilio estaba a cargo otra vez, por lo visto ese idiota tenía la suerte de lograr lo que quería y seguramente deseaba que yo no volviera.

Después de una semana en casa de mi madre evitando llamadas, me estaba agobiando la frustración y la ansiedad porque por mas que pensaba no encontraba la manera de retomar mi vida sin tener que lidiar con los problemas. Comencé a tomar mis pastillas para dormir y sé que la mujer que me dio la vida estaba preocupada.

Un día al levantarme simplemente me lancé a la pequeña pisina que había en el patio y dejé que mi cuerpo flotara en la superficie del agua, cerré los ojos e imaginé que estaba en medio de uno de los más hermosos paisajes de mi amada Huasteca. Por un instante me sentí libre.

— July, July!! Estás bien? — interrumpió mi madre y me sorprendió ver a Lalo junto a ella, ambos me miraban con cara de preocupación y entonces tuve que salir. Me alegró mucho que mi amigo fuera a verme, tanto que lo abracé con la ropa mojada.

— Cariño, sabes que te amo mucho pero ves a cambiarte — bromeó y fui a ponerme ropa seca, la verdad es que había estaba usando la ropa de mi madre aunque no estaba nada mal, de hecho a sus cincuenta y tantos años tenía un cuerpo quizás más tonificado que el mío y un estilo muy sensual.

Me hizo bien charlar con Lalo, al parecer él también necesitaba salir y distraerse un rato porque también la estaba pasando mal en la relación con su novio y su familia, me contó que Andrea había estado muy estresada por lo de la reserva, intentamos marcarle pero no respondía.

— No sé que hacer Lalo, no se por donde empezar, si por la reserva, por mi vida amorosa o por renunciar a mi empleo — crucé mis brazos sobre la mesa y apoyé mi cabeza sobre ellos.

— Cariño, sé que la estás pasando mal y te sientes agobiada pero no tienes que decidir ahora mismo, además sabes que no apoyo la autocompasión así que voy a intentar ayudarte de la forma mas eficiente que conozco. Ponte guapa porque vamos a salir. 
Aun no estaba de ánimo para diversiones pero acepté con la intención de ir a comprar un poco de ropa. Me vestí más o menos presentable pero solo envolví mis rizos en un chongo alto.

Fuimos en el auto de mi madre puesto que el chofer había regresado a trabajar para Emilio. Traté de pasar bien el rato, recordé mi pequeño momento de paz y de pronto sentía un impulso que me hacía desear volver a mi amada Huasteca, pero eso no sería posible si no solucionaba el asunto de la reserva.

 

 

 


 

 




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