Sin miedo a volar

Oferta aceptada

Por la noche ordenamos un par de platillos y tuvimos una pequeña cena romántica en el jardín, nos recostamos sobre el césped e imaginamos como sería una vida juntos. 

— Puedo entrar a la alberca? — preguntó y tan pronto respondí que sí, se quitó la camiseta para lanzarse al agua. Se dejó flotar sobre la superficie y observó hacia las estrellas como si estuviera pidiendo un deseo, yo me senté en la orilla para observarlo a él y así fue como yo, Juliette, la feminista, activista, empoderada y terca mujer cedí voluntariamente ante los encantos del amor.

Entré al agua y Óscar se puso frente a mi, me quitó el vestido que llevaba puesto, sujetó mi cintura y con la otra mano comenzó a deslizar lentamente la yema de sus dedos sobre mi espalda, mi brazo, mi cuello, mis labios, aquella sensación sería sin duda díficil de olvidar. 

Entoces escuchamos a mi madre entrar a la casa y nos pusimos la ropa rápidamente. Entramos para cambiarnos y después de ponerse ropa seca, se recostó sobre la cama y me observó con el rostro serio mientras terminaba de cambiarme.

— En qué  piensas? — le pregunté.

— En que creo que nunca me cansaré de verte — respondió.

— Un día tendré flacidez y muchas arrugas — bromeé y me recosté junto a él.

— Y yo un día tendré mala memoria y olvidaré lo que acabo de decir — reímos y puse un par de tiernos besos en su mejilla.

Entonces apagué la luz y nos acurrucamos bajo la sábana. Óscar comenzó a besar el borde de mi cuello hasta llegar a mi boca, yo correspondí a sus besos y él repitió las suaves caricias que había puesto sobre mi piel cuando estábamos en la alberca, el cosquilleo era placentero pero tuve que detener su mano y pedirle que parara — Aún no puedo, todavía tengo un poco de dolor — le dije.

— Lo sé Juli, solo quería sentirte cerca — puso un pequeño beso sobre mi frente y me abrazó.

Ambos teníamos que presentarnos a trabajar el lunes asi que acordamos que me iría con él al día siguiente ya que la ciudad donde estaba mi departamento le quedaba de camino.

Nos despedimos de mi madre quien prometió ir a verme y me envió de regreso con una dotación de comida preparada por ella.

— Por cierto Juli, quiero hacer un donativo a la reserva, — ofreció mientras conducía — la verdad es que creo que en parte soy culpable de ese problema.

— Está bien, ésta vez tu oferta será aceptada — sonreí — te enviaré los datos.

Cuando llegamos al edificio me di cuenta de que durante mi ausencia habían comenzado con obras de remodelación, las escaleras estaban clausuradas y la unica forma  de subir al tercer piso era por el ascensor. Óscar se negó a subir, recordé su claustrofobia así que no insistí.

Le pedí que esperara mientras subía mis pertenencias porque quería darle algo. Me apresuré y saqué de entre mis cosas un llavero con un pequeño búho tallado en madera. Cuando bajé el estaba afuera recargado en el auto. 

— Para que te acuerdes de mí cuando no podamos vernos — dije mientras lo ponía en su mano. Lo recibió con una hermosa sonrisa y me jaló suavemente hacía él, yo lo abracé y el apoyó sus manos sobre mi cadera. 

— Juli, hay otra cosa que me gustaría que aceptaras — noté cierto brillo en su mirada y puso un pequeño beso en mi sien — quieres ser mi novia? — me susurró al oído.

Me separé un poco para mirarlo a la cara — Estás seguro? — Pregunté y él asintió. — Si quiero — le dije y en realidad así era pero mis sentimientos comenzaron a revolverse por que tuve cierto temor de lo que pasaría después.

Finalmente tuvimos que despedirnos, no quería que se fuera pero prometimos vernos pronto.

* Descansa, mi sexi princesa. Me envió un texto antes de dormir.

*Tu también descansa mi apuesto príncipe. Respondí.

Yo no era buena para la cursilería pero aquello me pareció lindo y esa noche me fui feliz a la cama aunque sabía que al otro día seguramente la pasaría mal al encontrarme con Emilio en la oficina para que me pusiera al tanto de todo lo que había ocurrido en la empresa durante mi ausencia.

LES HA GUSTADO LA HISTORIA? SE VIENEN UNOS CAPÍTULOS MUY INTENSOS.

Quiero agradecerles por leer mis palabras, la verdad es que desde que terminé de escribir " Las feas tambien podemos " me ha costado un poco reactivar mi escritura. Les platiqué que mi hermana Issa había fallecido y mi otra hermana estaba muy enferma, pues, tal parece que la vida es una eterna historia de tragedias, mi madre también falleció, así que el cielo se está llenando de Ángeles y yo aquí sigo intentando desahogar mis sentimientos a través de mis letras. Tomé ésta historia como un reto, como una forma de demostrarne que vale la pena ver las cosas bonitas de la vida y espero poder transmitirles eso.

No lo mencioné antes porque no quería que comenzaran a leer mi historia por compasión sino porque realmente les guste, y claro, espero cada día seguir mejorando mi redacción. 

Gracias por llegar hasta aquí. Un abrazo.

 

 




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