— Bien por él, elegiste al único hombre que no puedo golpear — dijo Emilio — pero también es el único con el que he compartido algunas mujeres — sonrió cínicamente y tuve ganas de darle una bofetada pero simplemente me levanté para servirme y tomar un poco de agua.
— Tienes algo más que desahogar o ya podemos seguir con el trabajo?
— Te enviaré el resto por correo electrónico, — guardó sus cosas — mañana presentaré mi renuncia.
— Que harás qué? Sabes que Liam y tu padre te necesitan.
— Seguramente se las arreglarán sin mi, Armento me ofreció trabajar para él y acepté. No quiero volver a Canadá Juliette y por lo visto tu no piensas volver al lugar de donde saliste — se levantó de la silla.
— Por qué complicas las cosas? — le pregunté molesta.
— Así soy yo — se acercó a mí de una forma arrogante y me empujó con su cuerpo hacia la pared, acercó su rostro a mi cuello y estoy segura de que inhaló el aroma perfumado que se desprendía de mi piel — la única forma de que yo regrese es que me lo supliques y sé que tarde o temprano vas a hacerlo — musitó y se separó de mí para tomar su portafolio.
— Ni lo sueñes! — Exclamé mientras él cruzaba la puerta.
— Suerte Juliette! — respondió mientras se alejaba.
<<Que rayos fue eso>> pensé. Emilio actuando como un niño mimado e irreverente ya era bastante molesto pero ahora que había decidido ser sincero logró intimidarme, me preocupaba lo que fuese capaz de hacer.
Admito que físicamente me gustó desde la primer vez que lo ví, nadie podía negar que era un hombre visualmente atractivo, lástima que su personalidad fuera tan patética. A partir de ese momento tendría que ser precavida sobre todo porque teniendo como mentor a Miguel Armento seguramente aprendería nuevas tácticas para joder a las personas.
Llamé a Liam para ponerlo al tanto de la desición de su cuñado, sin duda aquello sería un problema para mi hermano porque su suegro estaba a punto de retirarse y Emilio después de todo tenía un eficiente desempeño laboral.
— Maldición Juliette, tuviste algo que ver con eso? — preguntó Liam.
— Es lo primero que se te ocurre? — reclamé.
— Es que te conozco Juliette y ésto es algo repentino — dijo.
— También lo conoces a él y sabes que nunca puedes esperar algo racional de su parte.
— Ya! No voy a discutir contigo, veré que se me ocurre — Liam colgó.
Terminé de revisar el papeleo y tuve que llevar trabajo a casa, poco antes de acostarme llegó un mail de Emilio y efectivamente cumplió con enviarme los detalles restantes. Entre los archivos que envió había un video, pensé que se trataba de algo del trabajo y lo abrí, ojalá no lo hubiera hecho, era una grabación de él y Óscar teniendo intimidad con una chica, la fecha era de poco antes del viaje a la Riviera pero definitivamente verlo revolvió mis emociones.
*Ése es el Óscar que yo conozco. Envió en un texto casi a media noche.
Yo sabía que el hombre del que me había enamorado no era perfecto y bueno, al ser amigo de Emilio algo tendrían en común, además yo tampoco tenía antecedentes libres de pecado así que intenté mantenerme calmada y por fin me quedé dormida.
Al dia siguiente Emilio presentó su renuncia, su padre estaba decepcionado y me pidió que yo no fuera a abandonarlos porque estaba contento con los resultado de mi trabajo, así que sentí un poco de compasión y prometí que seguiría trabajando en la compañía.
Óscar me llamó por la tarde y hablar con él me hizo bien, no le mencioné los detalles de mi conversación con su amigo pero por lo visto ya sabía que él trabajaría con su padre.
— A veces pienso que ya es tiempo de que yo acepte trabajar con mi padre, porque si Emilio logra hacerse socio no quiero ni pensar de lo que será capaz ese par — soltó su preocupación.
— Es algo que tienes que pensar bien amor, — sugerí — no será cosa fácil lidiar con ellos.
Lo que en realidad me preocupaba es que Óscar terminara siendo como esos dos. Confiaba en él pero sabía que Miguel y Emilio ejercerían mucha presión.
— Sí, voy a intentar tomar una buena desición — me dijo y seguimos hablando de otras cosas, también dijo que ya había hecho una donación a la reserva.
— Quisiera que estuvieras aquí — fui sincera.
— Yo también quisiera tenerte cerca — entonces me llegó una invitación para cambiar a videollamada.
Óscar apareció en mi pantalla con una linda sonrisa — Te ves incómoda con esa ropa — dijo seguramente refiriéndose al saco abotonado que llevaba puesto ya que aún no me quitaba la ropa del trabajo, entonces comencé a desabotonarlo y me lo quité, debajo llevaba una blusa negra muy transparente de tirantes que permitía la vista a mi sostén. Percibí un poco de lujuria en su mirada y me atreví a desabrochar el sostén y quitarlo.
— Ya me siento mejor, — dije y noté que lo disfrutaba — por qué no te quitas la camisa? — le pedí.
Entonces sonrió y giró un poco la pantalla de su móvil, me di cuenta de que estaba en un restaurante y un mesero se acercaba — Mierda — lo escuché decir junto con un golpeteo y la pantalla se oscureció así que supuse que su teléfono se había caído.
*Llegando a casa te llamo otra vez. Prometió y así fue, puse la cámara mientras me duchaba y después él, era la primera vez que yo hacía algo así pero me resultó placentero.
— Descansa mi princesa — dijo antes de colgar.
Había muchas dudas en mi mente cuando intenté dormir pero estar enamorada de Óscar era un hecho, es solo que tenía miedo de que mi amor hacia él se hiciera tan fuerte al grado de volverme vulnerable.
Se pone emocionante !! Espero que estén disfrutando su lectura.
#1885 en Novela contemporánea
#2891 en Thriller
romance drama amor, venganza mafia, autodescubrimiento triangulo amoroso
Editado: 19.10.2023