Sin miedo a volar

Sensación de vacío

Era un barrio de casas abandonadas, estaba muy oscuro, parecía que ya era de madrugada. Me solté las cuerdas y fui a donde estaba Óscar, para ayudarle a desatarse, junto a él habían lanzado mi bolso y su móvil.
— Estás bien? Te lastimaron? —Me preguntó.
— Estoy bien y tu? — También, solo un poco mareado, fue horrible Juli — nos dimos solo un pequeño abrazo porque teníamos que encontrar la forma de salir de ahí.
Su móvil estaba completamente descargado, yo revisé mis cosas y no faltaba nada, por suerte mi móvil aún tenía un poco de batería. Mi madre había estado marcando, seguramente estaba muy preocupada porque no llegué a casa, así que le devolví la llamada para decirle que estaba con Óscar y todo estaba bien. Después llamé a mi chofer para decirle que le mandaría una ubicación para que fuera por nosotros. Encendí el GPS y me di cuenta de que estabamos en un pueblo cerca del lugar donde habíamos planeado pasar el cumpleaños de Óscar. Comenzamos a caminar hacia un área más iluminada y llegamos a una gasolinera que tenía una tienda de autoservicio 24/7. 
Compramos unas botellas de agua y unos panecillos, salimos para lavarnos las manos y él se echó un poco de agua sobre la cabeza para refrescarse y calmar el leve temblor involuntario que aún tenía. 
La zona era solitaria y un poco aterradora así que le pedimos a los encargados de la tienda que nos permitieran esperar dentro mientras iban por nosotros, les dijimos que nuestro auto se había descompuesto cerca de ahí.
Nos sentamos en el suelo junto a unos estantes y comimos los panecillos puesto que al menos yo tenía mucha hambre.
Muchas cosas pasaban por mi mente, quería saber si las palabras de Emilio sobre la apuesta eran ciertas pero recordé que era el cumpleaños de Óscar y no quise que la pasara peor de lo que ya había sido.
— Feliz cumpleaños — intenté sonreir pero terminé haciendo un extraño puchero.
— Gracias — puso un pequeño beso en mi frente — pero no creo que sea muy feliz despues de lo que acaba de pasar.
— Todavía podemos ir al resort — sugerí — estamos cerca —. Quería hablar con él en un ambiente más tranquilo.
Después de pensarlo un poco aceptó. Me dormí mientras esperamos y tambien durante el camino una vez que el chofer fue por nosotros, le pedí a éste que regresara a la ciudad y yo despues vería la forma de volver. 
Lo primero que hice fue darme una ducha, despues me puse una bata de baño, después Óscar hizo lo mismo y nos acostamos, estábamos demasiado cansados y no era para nada como lo habíamos planeado. 
Desperté a mediodia y él no estaba en la cama, escuché su voz afuera de la habitación y me asomé por la rendija, vi que hablaba por teléfono en el pasillo, no quise interrumpir y fui de nuevo a la cama, entonces vi que en la mesa había una bolsa de compras, revisé y por lo visto Óscar se había levantado temprano para conseguir algo de ropa y  sandalias.
Cuando terminé de cambiarme el apenas entraba a la habitación. Se cambió y salimos para ir a comer algo.
Aquella estancia en el resort estaba muy lejos de ser nuestra escapada perfecta, había cierta tensión entre nosotros y me sentía ansiosa.
— De verdad ese era el castigo que te daba tu padre cuando eras pequeño? — le pregunté cuando terminamos de comer.
— Si, pero es algo que no me gusta recordar — fue algo cortante.
— Creo que tú y Emilio deberían hablar — sugerí.
— Yo no tengo nada que hablar con él — noté su expresión de molestia — por favor no toquemos ese tema, es mi cumpleaños Juli, quiero olvidar lo que pasó anoche.
Asentí con la cabeza pero por algun motivo tenía ganas de llorar. De la puesta preferí no preguntar pero mi intuición me decía que era verdad.
Intenté que pasáramos un fin de semana tranquilo, nadamos, vimos películas y pasamos un rato en el bar. No estuve de ánimo para tener sexo y sé que él tampoco, las dos noches siguientes se despertaba gritando tembloroso y asustado. Yo lo abrazaba fuerte pero también tenía miedo.
El lunes nos levantamos muy temprano, del hotel habían pedido dos autos para que nos llevaran a cada uno a casa.
— Juli, pase lo que pasé, no olvides que de verdad te amo — dijo y me abrazó yo puse un pequeño beso en sus cálidos labios. Prometimos vernos cuando estuviéramos mas tranquilos y nos despedimos.
Una extraña sensación de vacío recorrió mi cuerpo y subí al auto.
Calculaba llegar a tiempo para pasar a mi departamento e irme a trabajar pero poco antes sonó mi teléfono.
— Juli, algo pasó — dijo mi hermano — Emilio está en un hospital ahí en Serma — la ciudad donde yo vivía — ves a ver que pasó por favor, mi suegra acaba de comprar un boleto de avión para ir a verlo. 
"Pero que carajos pasó?" Me pregunté y mi corazón comenzó a agitarse.

Qué creen que le sucedió a Emilio? Espero que estén disfrutando su lectura. De antemano les confieso que yo misma me sorprendí de el desenlace que vino a mi mente para ésta historia. En los siguientes capítulos proyecté algunas de mis emociones, algunas muy fuertes, será algo así como un remolino de sensaciones y aprendizaje. No siempre tengo buena conexión a internet pero si un día no actualizo al siguiente se publicarán dos capítulos. Un abrazo.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.