Sin miedo a volar

Filosofía inconsistente

— Reconociste a algunos de los hombres?

— No, pero quién más pudo haber sido? — desvié la mirada — no voy a poner una demanda contra él Juliette, pero quiero saberlo. 

— Tu crees que sería capaz? — le pregunté.

— Seguramente estaba muy enfadado — dijo.

— Fue horrible lo que hiciste — fui sincera.

— Ésto es tambien lo es, hubiera preferido que me mataran.

— No digas eso, tal vez la vida te dio una segunda oportunidad para que corrijas tus errores — soltó una irónica sonrisa.

— Eso es más cruel todavía, de verdad crees que alguien como yo puede cambiar.

— Sí, pero eso depende de tí.

— Siempre tienes una respuesta para todo Juliette? — me dijo — no sé como puedes seguir esperando que al final las cosas salgan bien.

— Me gusta creer que tarde o temprano es posible encontrar el equilibrio pero para eso debes estar dispuesto a aprender en lugar de querer forzar las cosas.

— Es lo más ridículo que he escuchado.

— Tal vez, pero a mi me funciona cuando parece que nada tiene sentido.

— Yo no podría, prácticamente estás sugiriendo dejar todo al azar.

— No, no es eso, yo sé lo que quiero y lucho por ello pero hay cosas que me superan, cuando apareció Oscar yo no creía en el amor pero me enamoré, cuando apareciste tú solo quería golpearte pero aprendí a ser paciente y persistente con mis ideales y a final de cuentas intentando controlarlo todo tampoco te funcionado — su rostro expresaba inconformidad.

— No lo sé Juliette, tu filosofía me parece inconsistente, mejor sigue leyendo — dijo y en lugar de continuar con el mismo libro, comencé a leerle uno sobre espiritualidad humana — Detente, me torturas! 

— Solo a tu mente y lo hago para intentar evitar que te pongas en una situación donde te torturen físicamente otra vez. 

— No sé como Óscar te soporta. 

— Yo tampoco lo sé — le dije — pero en éste momento no tienes otra opción, no puedes ir a ninguna parte — entonces continué leyendo e ignoré sus gestos de disgusto hasta que se quedó dormido.

Yo también me dormí pero desperté al escuchar que se quejaba, fui a buscar a la enfermera y le aplicó antiestamínico. Ella me dijo que el dolor de Emilio era muy intenso cada vez que comenzaba a pasarse el efecto del medicamento.

Me afligí al ver que su cuerpo temblaba como en un escalofrío, lo arropé y dormido me dijo 'Gracias mamá'. Supuse que detrás de toda la apariencia que pretendía dar había un niño asustado. 

Su madre llegó muy temprano así que tuve que irme antes de que él despertara. Fui a trabajar pero no lograba a concentrarme, Óscar me llamó pero no estaba de ánimo para responder. 

Fue hasta la noche, antes de irme al hospital que le devolví la llamada.

— Lo siento, estaba ocupada — le dije

— No te preocupes solo quería saber cómo estás? 

— No muy bien, anoche estuve en el hospital con Emilio, está sufriendo Óscar, y no solo él su familia también, incluso yo y no sé por qué.

— Lo siento, eso no es lo que pretendía — su voz se escuchaba entrecortada — actué por impulso y me arrepiento, solo espero que se recupere. Él estaba enamorado de tí Juli, le dije que aunque mi padre insistiera en que yo saliera contigo no lo haría, pero cuando te vi con esa hermosa sonrisa y te escuché defender tus ideales en aquella incómoda cena supe que no podría cumplir lo que le habia prometido. Yo lo conozco desde siempre, sé lo cruel que es a veces así que le ofrecí algo que no pudiera rechazar a cambio de que no se interpusiera entre nosotros. Sé que debí habertelo dicho pero tenía miedo de que pensaras que yo era igual a él. Y mira que al final resulté ser peor — Sé que fue difícil para él contarme aquello.

— Emilio dijo que no levantará cargos, creéme que intento no juzgarlos pero hubiera sido mejor que los dos hubieran sido sinceros desde un principio o oor lo menos tú.

— Lo sé Juli, solo quiero que sepas que fui sincero cuando dije que te amo y estoy dispuesto a afrontar las consecuencias.

— Yo también fui sincera en eso pero me da miedo lo que pueda pasar — se hizo un pequeño silencio — Tengo que ir al hospital, despues hablamos — colgué.

No pude evitar llorar durante el trayecto pero logré controlarme antes de llegar porque no quería que Emilio me viera así. Cuando entré a la habitación él estaba despierto y sonriente.

— Ahora si me preparé mentalmente para escuchar tus disparatadas filosofías — dijo y no pude evitar sonreir.

 

 

 

 

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.