Sin miedo a volar

Consecuencias

Los pasados dias hice una pausa para corregir algunos detalles que hacían que se perdiera de la historia y ya está lista para seguir con las actualizaciones. 

Al final del capítulo les dejo el fragmento de una novela que he decidido retomar con al menos cuatro actualizaciones por semana, espero que les guste. Un abrazo.

— Ana, por favor, no ponga una denuncia. 

— Por qué Juliette? Dime, porque ahora intentas llevarte bien con Emilio? Acaso te importa o sólo lo haces para asegurarte de que tu novio salga libre de éste problema?

— No es por eso, yo comprendo que lo que sucedió es grave pero Emilio también podría ser acusado por intento de secuestro.

— Por intento de secuestro? Que hizo?

— Contrató a unos hombres para que metieran a Óscar en la cajuela de un auto y nos dejó en un lugar alejado en plena madrugada.

— A ti tambien?

— También me llevaron en contra de mi voluntad.

— Maldición Juli, siempre supe la relación de Emilio con los Armento algún día terminaría mal. No sé por qué dejé que viniera a México — presionó su frente con la palma de la mano — pero aun así no puedo pasar por alto éste delito — Dio media vuelta y siguió su camino hacia la recepción.

No pude detenerla y despues de todo ella tenía razón. Regresé a donde estaba Emilio para informarle.

— Todo va a estar bien — me dijo pero su rostro expresaba impotencia y preocupación.

Me despedí de él y cuando pretendía salir del hispital un guardia me detuvo. — Lo siento señorita, no puedo dejarla ir hasta que vengan los del ministerio público a interrogarla. 

Me llevaron a la comisaría y no tuve otra opción más que contar lo que había pasado. Me sancionaron por haber mentido la primera vez 

— Todo ésto es una mierda Juli — dijo mi hermano mientras esperabamos la última resolución — que testificaras contra Óscar nos va a causar problemas en la compañía.

— De verdad eso es lo que te preocupa?

— Es que no sabes como es Armento — me dijo.

— Lo conozco bien pero él es quien menos me importa. Imagínate que acabo de testificar en contra del hombre que amo.

— De quien? Te refieres a Óscar? — me miró con sorpresa — pensé que solo eran amigos y que no querias nada más con él.

— Dije eso solo para molestarte, la verdad es que somos novios, aunque despues de ésto no sé que pasará.

— Maldición, lo siento Juli, lamento que esos dos te enredaran en sus problemas, yo sabía que Emilio era un idiota pero nunca pensé que llegarían a tanto.

 — Pues los dos están en problemas, ojalá que aprendan porque sé que es dificil para Ana tenga ver a Emilio así.

— Emilio no es su hijo, su madre biológica era una prima de Joseph y no podía cuidarlo, Ana ya no podía tener más hijos después de que Diana nació así que lo adoptaron. 

— Y él sabe?

— Si, por eso nadie le dice nada, Ana siempre ha usado eso como excusa para sobreprotegerlo.

— Creo que eso es lo que hacen las madres.

— Por favor Juli, sabes que mamá nunca ha sido sobreprotectora, a veces creo que hasta inventaba pretextos para castigarnos — reímos.

El abogado logró que se me deslindara de cualquier cargo por complicidad pero se me exigió cumplir con dos meses de servicio comunitario en un asilo. Permitieron que a Emilio lo trasladaran a un hospital privado pero solo podía recibir visitas breves y tenía prohibido salir del país hasta que pudiera ir a juicio.

A Óscar lo sentenciaron a 18 meses en prisión por negarse a decir los nombres de los hombres a los que había contratado a pesar de que Emilio retiró los cargos en su contra pero Armento logró que lo redujeran a 6 meses. Fui al menos 3 veces por semana durante mas de un mes a intentar hablar con él pero los guardias decían que no queria verme. Un día encontré a Armento afuera de la prisión — No te quiero cerca de mi hijo si no quieres que Typipes deje solo cenizas en éste país — amenazó.

Así que me cansé de intentarlo y dejé de insistir, tendría que esperar a que él saliera pero aquello me dolía en el alma, ojalá nunca hubiera dejado que mi corazón cediera ante el amor.

— No estés triste Juliette — me dijo Emilio un día — haz algo por tí, sal y diviertete.

— No tengo ánimo para eso — respondí a su sugerencia. 

— Extraño verte sonreir Juli, aunque nunca sonreías conmigo pero me gustaba verte feliz. 

— Y entonces por qué me hiciste pasar tan malos momentos?

— Por tonto — respondió — y porque siempre he sido tan orgulloso que tenía miedo de lo que sentía cada vez que te tenía cerca de mí — de alguna forma su mirada expresaba que estaba hablando desde el corazón y no supe que responder. — Me moría de celos Juli pero entendí que amas a Óscar, de no haber sido por eso yo lo hubiera golpeado aquel día y sería él quien estuviera en un hospital. Así que no lo culpo pero se que ya nada será igual así que piensa en ti, no te hace bien preocuparte por nosotros.

— Tú tampoco quieres verme? — le pregunté.

— No si verme así y acordarte de todo lo que pasó te pone triste. Últimante ya no me he hablas de tus locas filosofías ni de la reserva, supe que pronto estará listo el Hotel.

— Eso ya no me corresponde — dije.

— Y nunca ha sido tu responsabilidad pero eras capaz de encadenarte a un árbol de haber sido necesario.

— Ya no soy la misma, todos cambiamos tarde o temprano, tu también eres diferente, si hubieras seguido siendo el mismo arrogante de siempre no estaría hablando contigo en este momento ni deseando que te recuperes.

— Lo sé, no te imaginas cuanto me alegra que así sea y que me hayas perdonado, de otra forma no se si hubiera podido soportarlo.

— El Emilio de antes te abofetearía por decir eso — bromeé y solté una pequeña sonrisa.

— Tal vez, pero el Emilio de antes ya estaba enamorado de tí y seguramente podría comprenderlo — su mirada aceleró mi confundido corazón.

— Sabes que no puedo corresponder a eso — le dije aunque en mi interior la forma en que lo percibía estaba cambiando.




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