Sin miedo a volar

Ambientalistas

Emilio llegó al acuerdo de prestar servicio social al estado durante 4 meses trabajando en uno de los proyectos de protección ambiental en cuanto se recuperara por completo, de esa manera no sería extraditado, tambien le adignaron una enfermera que notificara el avance de su recuperación.

Cómo lo logró? Resulta que él tiene una maestría en tecnología ambiental, cuando me enteré de ello me resultaron irónicas todas las ofensas que había dirigido hacia mi por ser una activista ambiental.

— De haberlo sabido antes hubiera podido refutar todos tus absurdos comentarios — dije mientras le abría las cortinas de su habitación porque tal parecía que intentaba simular una cueva oscura.

— Ahora que lo sabes puedes reclamarme todo lo que quieras — sonrió mientras intentaba sentarse en la cama — cierra por lo menos una, es demasiada claridad — alegó.

Ignoré su petición y me acerqué para ayudarle a acomodar las almohadas en el respaldo, yo me senté en su silla de ruedas.

— Que tal te fue en el trabajo? — me preguntó —Sigues pensando en renunciar?

— Todo igual y no creo poder renunciar si tu vas a ir a salvar ardillas — Emilio soltó una pequeña carcajada — creo que todos terminamos en lugares donde no queremos estar — solté con un poco de desconsuelo.

— Piensas que no me interesa el medio ambiente? — me dirigió una de esas miradas que me desconcertaban.

— Es lo que supuse — le dije.

— Pues te equivocas en eso, la verdad es que me interesa mucho Juli, por eso no podía dejar que se perdiera la reserva y yo sabía que tu tampoco lo permitirías.

— Mierda Emilio, tal vez si yo te hubiera golpeado mucho antes habrías sido un poco más sincero y menos molesto — lo miré y sentí un poco de miedo por ante mis revueltos sentimientos.

— Tal vez — sonrió — La verdad es que si me arrepiento de muchas cosas. No te lo he dicho pero cuando me golpeaban pensé que en realidad no sobreviviría, toda mi vida pasó por mi mente como una película rápida y sentí mucha impotencia porque todas las cosas por las que he luchado me parecieron demasiado vanales y me di cuenta de que no habia puesto en el lugar correcto las cosas que realmente valen la pena. No me gustaría que te pasara lo mismo. Tienes que recordarte a ti misma las cosas que amas y no dejar que la vida te lleve hacia donde no quieres — cuando terminó de compartir sus pensamientos se hizo un pequeño silencio porque yo no supe que decir.

Mi corazón palpitaba temeroso por lo que las palabras de Emilio removían dentro de mi ser. Ojalá no lo hubiera juzgado tanto desde un principio, la verdad es que desde la primer vez que lo vi me quedé con la impresión de que él era un tonto chico rico y eso es lo único que había percibido de él.

No es que me sintiera culpable por haber sido irreverente con él cuando lo era conmigo, eso lo consideraba justicia pues no podía permitir que alguien con emociones inestables intentara menospreciarme pero el caso es que comenzaba a reconocer que los dos habíamos actuado mal y por algún motivo la vida no puso en una situación donde terminamos siendo dos buenos amigos ambientalistas que charlaban sobre sobre filosofías inconsistentes como él decía.

— Quieres ver Cartas a Julieta? — preguntó al ver que había logrado dejarme sin palabras. 

— Sí — me apresuré a afirmar — me gusta esa idea. 

Entonces me pasó una de las almohadas y me recosté del otro lado de la cama.

Imagino que no lo estaba disfrutando tanto como yo pero pudo soportar verla hasta el final. 

— En serio necesitas salir Juli, no tienes que pasar tus tardes encerrada solo por hacerme compañía — me dijo.

— Nunca pensé decirlo pero me agrada tu compañía — fui sincera — además no tengo con quien salir, mi única amiga en ésta ciudad es Ali y cuando voy a verla aprovecha para tenerme de niñera — de verdad estoy bien.

— No quiero que te conviertas en una hermitaña por mi culpa — solté una pequeña carcajada.

En ese momento su madre abrió la puerta y antes de decir algo nos observó, después de un pequeño silencio dijo que la enfermera estaba por llegar, entonces me despedí de Emilio y salí de la habitación.

— Juli, sé que ustedes se han hecho buenos amigos y me da gusto que Emilio esté contento, le hace bien estar contigo pero por favor primero arregla las cosas con Óscar, me da miedo que pueda lastimarlo otra vez si hay un malentendido — pidió.

— Lo sé Ana, ya he pensado en eso — respondí y le dije que tendríamos cuidado. Me despedí y cuando salía para ir a mi departamento crucé con la enfermera que estaría pendiente de Emilio. Era una hermosa y joven mujer de piel clara y lindos ojos azules. Una sensación rara recorrió mi cuerpo, incluso los siguientes días cuando me dí cuenta de que yo no le agradaba a la chica y casi no me dejaba pasar a verlo.

"Será que estoy celosa?" Me pregunté a mi lisma pero no creí que eso fuera posible.

 




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