Sin miedo a volar

Poner en riesgo

— Que hacen ellos aquí, acaso es él el imbécil del que te enamoraste? — exclamó Óscar y salió uno de los hombres que estaban en la camioneta.

Me angustié y comencé a sentir una opresión en el pecho, entonces Emilio le pidió a Ana y Elsa que llevaran a Brian dentro a lo cual Óscar se dio cuenta de que su ex mejor amigo era el padre del pequeño.

— Estás bien? — me preguntó Emilio al parase junto a mí y yo asentí con la cabeza.

— Ustedes viven juntos o qué carajos pasa? — Nos fulminó con la mirada.

— Solo en el mismo edificio — le respondió Emilio.

— Que conveniente, ahora hasta te preocupas por ella, ni siquiera inválido dejas de causarme problemas — reclamó Óscar y comenzó a exhaltarse.

— Cálmate Óscar por favor — le pedí.

— Si quieres que me calme vendrás conmigo — aquello sonó más a una orden que a una petición y miré a Emilio tan preocupado como yo.

— No voy a ir contigo, yo estoy e... — enamorada de él es lo que iba a decir pero antes de que pudiera terminar la frase Óscar soltó un fuerte golpe con su puño sobre el estómago de Emilio y le hizo perder el equilibrio asi que cayó sentado al piso.

— Debí haber ordenado que te mataran, arruinas todo — le dijo y me agaché para ayudarle.

— Resolver las cosas así no te hará bien — le dijo Emilio en cuanto recuperó el aliento, entonces Óscar hizo una señal al hombre que estaba al otro lado de la calle y éste comenzó a acercarse. 

En eso, no sé si por fortuna o para mi mala suerte salió Elsa del edificio para ayudarme a levantar a Emilio.

— Por qué le haces ésto a mi prometido — exclamó.

— Tu prometido? Quiere decir que él y tú no tienen nada? — se dirigió a mi.

— Juli simplemente nos ayuda a cuidar a mi hijo — dijo Emilio y agachó la mirada. Yo lo miré y aunque deseaba refutar aquella mentira no podia poner en riesgo a quienes yo tanto amaba. Supongo que él pensó lo mismo tomando en cuenta que ya no éramos solo nosotros sino que tenia que proteger la integridad de su hijo.

— Entonces deja de poner excusas Juliette y ves por tus cosas, vendrás conmigo de una vez, a menos que estén mintiendo — yo sabía que Emilio también tenía la intención de protegerme pero su condición física lo limitaba.

— Está bien iré contigo pero déjalos en paz — dije contrario a mis deseos y el ordenó al hombre que subiera nuevamente a la camioneta.

Elsa y yo sostuvimos a Emilio para entrar al edificio y subimos al ascensor, queria hablar con ellos pero cuando la puerta estabaa por cerrarse Óscar la detuvo para entrar. Lo miramos sorprendido.

— Tuve que controlar mi claustrofobia para no correr el riesgo de que idiotas como tu quieran pasarse de listos — miró fijamente a Emilio y se paró junto a mí.

No pudimos decir nada, Elsa y Emilio se quedaron en el segundo piso y una parte de mi corazón se desprendía ante la idea de alejarme de él. 

— Un día me lo vas a agradecer – dijo Óscar seguro de sí mismo.

Hice una pequeña maleta y cuando estábamos a punto de salir del departamento recordé la planta que Emilio me había regalado así que regresé por ella y eché un último vistazo a mi departamento.

Otra vez me dirigía hacia situaciones inciertas pero mi alma ya reconocía los lugares que le causaban alegría y a las personas que deseaba como compañeras en éste viaje llamado vida.

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.