Sin miedo a volar

Huir?

— Tu ya no quisiste verme y yo estaba triste así que él y yo nos apoyamos mientras todo eso pasaba, fue solo eso.

— Por eso él está aquí no es así? quiere rescatar a una princesa que no le pertenece.

— No sé porque Emilio está aquí — mentí — pero yo no le pertenezco a nadie más que a mí misma porque creo que ustedes dos solo se han aprovechado de mi para obtener lo que quieren, él está en el lugar que siempre quiso, dudo que yo aún le interese. 

— Más te vale que así sea Juliette — amenazó — hoy nos iremos temprano, mientras tanto no quieras que vuelvas a salir de ésta oficina hasta que yo venga por ti.

Comencé a sentir desesperación, tenia miedo de que algo malo le sucediera a Brian, eso nunca me lo podría perdonar.

El plan ya estaba en marcha y no podia cancelarlo, no tenía forma de avisarle a Emilio lo que sucedía. Mis pensamientos daban mil vueltas e incluso le supliqué a Dios que me diera fuerzas para actuar con astucia. 

Cuando Óscar regresó por mí y salimos del edificio, me sujetó fuerte. Nos dirigimos al estacionamiento del restaurante de enfrente en lugar de ir por su auto.

Ahí estaba una de las camionetas de los hombres que normalmente nos seguían pero no vi a Eliel. Óscar se asomó hacia el interior y su rostro se tornó pálido.

— Por qué trajeron al niño? — Les cuestionó — Ordené claramente que trajeran a la mujer, no al niño.

— Fue orden del jefe — le respondió uno de ellos, entonces me solté de Óscar para asomarme y ahí estaba el pequeño dormido. Quisé subir a la camioneta pero ellos me detuvieron y uno soltó una carcajada burlona ante mi impotencia.

— Yo soy el jefe — refutó Óscar.

— Pues sus planes planes no han estado funcionando como esperábamos patrón. — Le contestó el hombre.

— Dónde está Eliel? — preguntó.

— Anda arreglando unos asuntos, dijo que nos alcanzaría en el camino.

"Ésto no está bien pensé". Seguramente Emilio ya estaba esperando en su auto para seguirnos pero no tenia forma de pedirle que llamara pronto a emergencias.

— Mierda! — exclamó Óscar y dio un golpe con su puño sobre la camioneta.

Entonces sucedió algo que yo no esperaba. Óscar golpeó al hombre y rápidamente le quitó el arma para dispararle a su compañero, quien cayó al instante.

El sonido del disparo llamó la atención de quienes estaban cerca y quienes vieron lo que había sucedido salieron corriendo.

 — Saca al niño — me ordenó mientras él amenazaba con el arma al hombre que había golpeado y fue la primera vez que quise obedecer una orden suya.

Mientras subía a la camioneta vi el auto de Emilio detenerse frente al estacionamiento y tan pronto salió corrió hacia donde nosotros estábamos.

— Que rayos haces Óscar? Donde está Juliette? — le preguntó mientras se acercaba.

— No te acerques más — apuntó el arma hacia él sosteniendo al otro hombre por el cuello, entonces yo salí de la camioneta con el pequeño en brazos y vi palidecer a Emilio al vernos. Se detuvo y levantó las manos.

— Tu problema es conmigo, por qué tienes que hacer las cosas más difíciles Óscar? Déjalos a ellos — dijo ya que desconocía lo que realmente había pasado.

— Acaso no me conoces bien? Yo nunca lastimaría a un niño aunque sea tu hijo. — En ese momento el hombre de Eliel quiso aprovechar para safarse pero Óscar le disparó y cayó al suelo.

— Suban al frente Juliette — ordenó. 

— Déjame entregarle a Brian por favor, no nos metamos en más problemas.

— Con un carajo — suban al maldito auto — exclamó.

Entonces subí y él encendió el auto dando marcha ante la impotencia de Emilio. Tomó el radio que los hombres habían dejado en la camioneta y le habló a Eliel.

— Pasó algo — le dijo — Emilio se enteró de alguna forma y comenzó a dispararnos, mató a los hombres pero yo logré escapar con el niño, ahora nos persigue en un auto rojo con placas xxxxxx — colgó.

— Por qué haces eso? Lo va a matar — reclamé.

— Precisamente por eso, ya es tiempo de que ese idiota desaparezca, dije que no lastimaría al pequeño pero no pienso lo mismo de Emilio. 

— Y qué planeas? Huir? 

— Aún no lo sé, estoy pensando.

— Óscar, escúchame, la policía viene y yo delaté a Eliel en el banco. 

— Qué hiciste qué?

— Lo delaté solo a él, aún puedes salir limpio de ésto.

— Que sugieres? — supongo que preguntó en su desesperación.

— Tu sabes que él en realidad no te protege y si se entera de lo que hiciste se deshará de ti. 

— Ve directo al grano.

— Conduce hacia la casa, deja que lo atrapen y diremos que nos estaban extorsionando.

— No confió en ti Juliette, ya me delataste una vez.

 

 

 




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