Sin miedo a volar

Romeo

— Solo te ofrezco ésto porque protegiste a Brian, pero tu eliges si ayudas a entregar a Eliel o sigues trabajando con quién no se tocará el corazón para lastimar a personas inocentes.

Entonces volteó a ver al pequeño adormecido que seguramente le habian aplicado algún sedante.

— Ya perdí en todo ésto — soltó con frustración.

— No si eliges bien y yo estaré contigo si es lo que quieres pero por favor Óscar, termina con ésto — el pequeño comenzó a moverse y a balbucear.

— Está herido o algo? — me preguntó.

— No, al parecer no.

— Mierda Juliette, no me falles por favor, estoy aterrado. 

— Yo también lo estoy pero no he perdido la fe de que en el fondo sabes distinguir lo correcto — le dije.

"Lo voy a guiar a la casa, avisa a los hombres para que estén listos y ahí lo emboscaremos, no quiero causar un escándalo en vía pública" le dijo a Eliel.

" Entendido", respondió éste.

— Dime la verdad Juliette, de verdad crees que hay policías vigilando la casa?

— Estoy segura. 

— Te está ayudando alguien más?

— Sí — le respondí y esa persona tampoco quiere que tu salgas involucrado.

— Es Emilio? 

— Sí, y un comandante. — Omití a su padre — Emilio tampoco quiere perjudicarte, solo que recapacites.

— Ese idiota — murmuró. — Espero que lo hayan planeado bien porque de lo contrario estamos llevando a tu Romeo a una muerte segura. — Se hizo un pequeño silencio — te voy a pedir algo Juliette, tan pronto yo baje de la camioneta, toma el volante lleva a ese niño a un lugar seguro, él no tiene la culpa de lo que hemos hecho.

Al escuchar aquello me di cuenta de que el pequeño hijo de quien consideraba su enemigo había tocado su terco corazón más de lo que mis tantos sermones pudieron hacerlo, o tal vez fue todo junto.

— Lo haré, pero por favor entrégate y yo diré que te obligaron a ser su cómplice. 

— Tal vez lo haga si salimos vivos de ésto. Ahora llama a Emilio y hazle saber que tu y el niño están bien. Dile que no se detenga cuando lleguemos a la casa, que también se vaya, yo voy acabar con ésto. — Desbloqueó su móvil y me lo dió, yo lo tomé y lo miré sorprendida. — Marca ya, antes de que me arrepienta — exclamó y así lo hice.

— Lamento que ésto tenga que ser así. — Le dije.

— Desde un principio supe que entre Emilio y tu podía surgir algo, vi como lo mirabas aquella vez y me entrometí, lo siento. Lo que pasó después es que tenía miedo de enfrentar solo a Eliel y sus hombres pero sé que tu no merecías ésto, siempre tuviste razón princesa. — En eso Brian comenzó a llorar y Óscar lo miró con cierta ternura y extendió su mano para acariciar la mejilla del pequeño — En otras circunstancias hubiéramos formado una bonita familia, dile a Emilio que lo cuide mucho — me pidió.

— Tal vez tu mismo puedas decírselo algún día si sales bien de esto — le dije y soltó una pequeña y desalentada sonrisa.

— En la guantera debe haber un arma, dámela por favor — estábamos a punto de llegar así que le di el arma y sujeté a Brian con cinturón de seguridad. 

Tan pronto él detuvo el detuvo la camioneta y abrió la puerta, Emilio aceleró y se fue de paso, al ver ésto Eliel lo siguió y comenzó a disparar, yo tomé el volante y justo cuando Eliel pasó a lado nuestro Óscar le disparó, y al parecer su tiro fue certero porque la camioneta perdió la dirección y se impactó. 

— Vete! Vete! — me ordenó Óscar y así lo hice.

El corrió tras de un auto estacionado para no quedar expuesto y mientras me alejaba vino por el retrovisor que salieron los hombres que estaban dentro de la casa y arribaron algunas patrullas. Se escuchaban los disparos y yo temblaba de miedo porque un hombre en motocicleta parecía ir tras de mi. De pronto un dolor y un escalofrío recorrieron mi cuerpo, una bala me alcanzó.

Seguí conduciendo un par de cuadras más y de pronto el auto de Emilio salió de una de las calles e impactó al hombre de la motocicleta y al salir del vehículo caminó hacia él y le disparó.

Después corrió hacia donde nosotros estábamos, se asustó ver que sangraba pero al parecer la bala solo había alcanzado mi hombro.

— Revisa a Brian — le pedí, ya que lloraba desconsoladamente. Entonces fue hacia la otra puerta y sacó al pequeño. Estaba asustado pero ileso. 

Entonces me ayudó a salir y caminamos hacia su auto, sentó a Brian en el asiento de seguridad después me ayudó a subir. 

— Vas a estar bien — me dijo y puso un tierno beso en mis labios, después se apresuró a tomar el volante para ir al hospital.

 

 

 

 




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