Sin tu amor

Capítulo 5.

La simpleza y frialdad de mi habitación me hacían sentir relajado, todo se había ido, los trofeos, medallas, cuadros de honor, fotografías e incluso mi uniforme ya no estaba en mi armario, me sentia mas tranquilo sin ver todo eso aunque el cuarto se sentía vacío, dos de las paredes eran blancas y las otras de un color gris oscuro, la pintura quedó manchada de las fotografías que fueron retiradas del muro, eso me molestaba un poco, ver la pintura arruinada, así que gracias a eso encontré un pasatiempo, uno corto, pintar mi habitacion.

Solo había pintado un cuarto de la pared y ya estaba agotado, sudaba como si estuviera en uno de mis partidos, eso era demasiado molesto, cansarme tan pronto.

-Te traje jugo- Dijo mi madre entrando a la habitación con su sonrisa radiante.

-Gracias madre- tome el vaso y me senté.

-Cariño, estás sudando, ¿quieres que encienda el aire acondicionado?

-Ya está encendido- Levante mis cejas para darle a entender que el problema no era del clima, solo mio.

-Bien, espero que termines de pintar antes de las 4, no olvides el grupo de apoyo- Sonreí ante eso, estaba emocionado porque por fin iba a verla.

-No lo olvido.

Ella salió de la habitación y me quedé ahí solo reparando todo lo que iba a hacer, quería terminar de pintar aunque fuera una sola pared para poder irme, pero al paso que iba solo iba a pintar la mitad de una.

Me puse de pie y empecé a arrastrar la brocha de arriba a abajo por la pared, remojaba la brocha en la pintura y volvía a hacer lo mismo, pasaron como unos 15 minutos y ya la había terminado, la ansiedad de ir al grupo de apoyo me ayudó a terminarla por fin, aunque termine exhausto no podia creer que lo habia logrado, me sente en la cama, respire profundo y empecé a quitarme la ropa para entrar en la ducha.

-¡Recuerda el agua caliente Noah!- Gritó mi madre desde afuera del baño, eso era lo que más odiaba de todo esto, no podia ni siquiera controlar la temperatura del agua con la que me bañaba.

Salí del baño y me vestí con unos jeans y una camisa blanca, me puse unos nike del mismo color y baje hasta donde estaba mi madre.

-¿Nos vamos?

-Si que te gusta esa chica ¿no?- Respondió con una sonrisa y tono de burla.

-¿Que?

-Si no te gustara no estarías tan emocionado de ir a hablar con un montón de chicos enfermos, solo vas por ella- Respondio igual pero esta vez me entregó las llaves del auto -Confío en que iras sin mi compañía.

-Claro- tome las llaves y le sonreí.

-El grupo de verdad te ayuda Noah, no lo desaproveches.

-Si mamá, lo que digas- bese su frente y salí de la casa.

-¡A no más de 40km por hora!- Gritó desde dentro de la casa, era obvio que no iba a andar a esa velocidad de anciano.

Conduje por un rato escuchando la musica que mas me gustaba con una sonrisa, quería controlarme para no demostrarle a Lía que me había hecho falta estos dias pero no podia, solo queria llegar a molestarla y a reir junto a ella de nuestras desgracias.

Al llegar me estacione y baje del auto lo más rápido que pude, ella siempre era de las primeras en llegar asi que ya debía estar adentro. Entre en la casa y fui hasta el salon, la mayoria ya estaban sentados en el lugar pero no estaba la rubia, busque con la mirada su hermosa cabellera o algo que me diera rastros de ella pero no la vi y me estaba desesperando, ella nunca faltaba.

-Estela, ¿has visto a Lia?- Toque el hombro de la tutora llamando su atención, esta me miro con una emoción no muy fácil de descifrar, pero no tenía esa sonrisa que siempre tenía. 

-¿Lía?- Asentí -Lo lamento Noah, no la he visto.

Dejó de mirarme y empezó a caminar hasta el pasillo, se veía nerviosa e impaciente.

-Estela, dime lo que sabes- La segui.

-No sé nada, sólo siéntate, ya va a empezar la charla.

-¿Algo pasó con Lía?- Ella me miró angustiada.

-No puedo dar información sobre los otros...

-¡Dime!- Subí un poco el tono de mi voz porque ya me estaba asustando.

-Lia fue internada en el hospital desde anoche, no sabemos que le paso pero al parecer no es grave, no te preocupes- Dijo "no te preocupes" pero su cara decía "preocupate" y eso hice, salí de la casa y me metí en el auto, tenía que verla y comprobar con mis propios ojos que ella no estaba mal.

Llegue al hospital y entre corriendo, me acerqué a la recepción.

-¿Cual es la habitación de Lía Roberts?- Le dije a la mujer tras el mostrador.

-¿Quien es usted?- Respondió mirandome con una ceja arriba.

-Soy... soy su hermano- Mentí, ella me escaneo de arriba a abajo con la mirada y empezó a escribir algo en su computador.

-412 en el segundo piso.

-Gracias- empecé a correr y mi pecho me empezó a doler, trate de calmarme y respirar y luego seguí avanzando hasta llegar al segundo piso, busqué la habitación hasta encontrarla y entrar en ella sin permiso. Y ahí estaba, comiéndose una gelatina verde mientras miraba un programa en la televisión desde la camilla, con una bata blanca, estaba conectada a una máquina que la ayudaba a respirar por unos tubos que estaban en su nariz y tenía suero entrando en su mano.

-Lia- dije con el poco aire que tenía, seguía respirando un poco agitado, mi pecho cada vez dolía más.

-Por Dios Noah, ¿estás bien?- Ella puso su gelatina en una mesita y me miró con preocupación.

-Si, ¿tu estas bien? ¿porque estas aquí?- Dije sosteniendo mi pecho.

-Ven siéntate aquí- Se hizo a un lado para hacerme espacio, me acerque y me senté junto a ella, Lía sonrio para mi y eso fue como un remedio para mi -Anoche no podia respirar y me trajeron, pero estoy bien, ¿tu que haces aqui?

-Estela me dijo que estabas aquí y yo...

-¿Te preocupaste por mi?- Se burlo, cambie mi expresion y me puse serio.

-Claro que no, solo queria ver si ya habías muerto- Dije y ella puso una cara de dolor.




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