Sin verguenza

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Avanzamos hasta donde están ellos, a una sala en la que hay unos muebles negros y una mesa rectangular de madera. Una chica rubia está de pie junto a un hombre que me parece haber visto antes. Es alto y tiene el cabello castaño oscuro, viste una camisa blanca y un jean gris, a diferencia de la chica delgada con el vestido naranja a su lado, él tiene la constitución de un defensa de fútbol.  

Otro par de personas aparecen en mi campo de visión. Una juguetea con uno de sus rizos marrones, lleva una camisa sin tirantes verde tan ceñida que las enormes tetas parecen querer estallarle. El que está sentado a su lado es Rafael, que en cuanto me ve, se levanta y palmea mi hombro.

―Pueden pagarme, gané la apuesta ―dice, y todos se echan a reír.

―Bueno, Rafa, tengo entendido que quien apostó contigo fue Juan Carlos. Eso se traduce en que solo te debe dinero él, nosotras hacemos otro tipo de apuestas. ―La voz de Rebeca resuena con un timbre prometedor.

Me presentan a los demás, el que parece jugador de fútbol se llama Juan Carlos y lo apodan Jota, su rubia acompañante es Karla, y tetas de plástico se llama Mariale.



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En el texto hay: amistad, amistad amor humor, juegossexuales

Editado: 22.11.2020

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