Escribí Skill Shot: El camino de Alex porque sentía que tenía que contarla. No solo porque me apasiona el fútbol y la narrativa, sino porque había una historia real latiendo atrás. Alex es ficción, sí. Pero el deporte que vive, respira y sueña... existió. Y todavía existe.
Skill Shot nació en plena pandemia, en esos días donde el mundo se detuvo y las canchas quedaron vacías. Fue entonces cuando me pregunté: ¿cómo se jugaría al fútbol si solo pudiéramos ser uno contra uno? ¿Cómo sería crear un espacio donde no necesitás equipo, DT, ni suplentes, sino solo vos y tu talento?
Así empezó todo.
Prototipé las reglas, armé los arcos en casa, pinté redes con mis propias manos y lo llevé a la plaza Alberdi. Lo probé con amigos, con chicos del barrio, con nenas y nenes que se enamoraron del juego y empezaron a venir todos los fines de semana. En muy poco tiempo, Skill Shot dejó de ser una idea y se volvió real: un deporte nuevo, vivo, emocionante.
Pero como todo sueño emprendedor, el camino no fue fácil.
Tuve que frenar el proyecto más de una vez. Me enfrenté a burocracias absurdas, falta de apoyo institucional, equipos que se desarmaron, y momentos donde me sentí completamente solo. Por eso elegí escribir esta historia: para que Skill Shot no muera. Para que, aunque esté en pausa, siga vivo en las palabras, en las jugadas de Alex, en el fuego que arde en la plaza, en los ojos de Nico, Rubí y Santy.
Y también para inspirarte a vos, que quizás alguna vez pensaste en crear algo desde cero, en inventar lo tuyo, en jugar distinto.
Porque Skill Shot no es solo fútbol. Es rebeldía, es identidad, es amor propio, es no rendirse.
Quiero dedicar esta historia a todos los que me acompañaron en el camino. A los que creyeron, a los que ayudaron, a los que estuvieron en cada paso de este sueño. Pero sobre todo… me la dedico a mí. A ese pibe que se animó a crear algo desde cero. A ese yo que aprendió, que emprendió, que se la bancó en silencio, que soñó con cambiar las reglas y se atrevió a intentarlo.
Algún día, Skill Shot va a volver más fuerte que nunca. Y ese día, espero de corazón que muchos deportistas puedan vivir de él.
Gracias por leer esta historia. Gracias por llegar hasta el final. Y si alguna vez te sentiste como Alex, entre el deber y el deseo, entre el sueño y la estabilidad, entre lo que el mundo espera y lo que tu corazón grita... esta historia es para vos.
💥 Nos vemos en la cancha. O en las páginas del próximo capítulo.
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Editado: 10.05.2025