Sobre Escribiendo El Pasado

VERANO SIN FIN

- ¿Ahora qué? – se preguntó a si mismo – Estoy asegurado aquí y ahora no sé qué más hacer, mis compañeros de la academia deben estar tristes, no lo sé, espero que estén bien, lástima que no tengo sus contactos, pero ojalá me los pueda encontrar por el camino algún día – se dijo a sí mismo.

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- Mamá, ahora que ingresé, tengo mucho tiempo para disfrutar de mis vacaciones ¿no?, es que las clases empiezan en abril, me dejas salir los sábados por favor – dijo José – Ya, pero me tienes que ayudar en el local, sabes que esta es nuestra fuente de ingreso – respondió doña Mercedes – Vale mamá, no te preocupes, sabes que igual soy responsable en esto – dijo alegremente José – Pero respondes – respondió doña Mercedes y José se quedó callado.

Estaba por finalizar enero y en uno de esos días recibe una llamada de un contacto desconocido – Buenas tardes, con quien hablo – respondió a la llamada José – Soy Orlando, no reconoces mi voz – respondió riéndose Orlando – Que fue, que hay de ti, no sé nada de ustedes, perdonen por mi ausencia, es que estaba preparándome para la universidad y ya sabes todo eso – respondió José – No te preocupes, nuestro tutor nos dijo en el grupo de mi salón y todos nos enteramos, por cierto, él también nos pasó tu número, a verdad, felicidades, ojala nos enseñes a mi salón algún día, también le dije a los otros salones de mi grado, ojalá te escriban o digan algo, no sé, pero bueno… oye, tienes tiempo los sábados para ir a la piscina, es que estoy en natación y pues para ir a divertirnos y jugar, hacer hora ya sabes, y Dumbo también está conmigo en natación – dijo Orlando muy emocionado - Déjame ver pues – respondió y silencio la llamada – Maaaaa… puedo ir los sábados con Orlando y otro amigo más a la piscina – dijo desesperadamente José – Ya, pero a partir de las 4 – respondió doña Mercedes. Devuelta al teléfono – Man, dice mi mamá que normal, pero de partir de las 4 puedo salir, ¿está bien? – dijo algo preocupado – Espera, preguntaré a mi jefa – Dice mi mamá que si normal, es que como tengo clases de natación en la mañana, quería aprovechar, pero mejor para mí, salida doble – dijo Orlando – Vale, vale, queda entonces – respondió José y luego corta la llamada.

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Así era la rutina de José, ayudar a su mamá y los sábados iba a la piscina con Orlando y Jhosep, de vez en cuando iban con más amistades, pero siempre salían durante todo ese tiempo.

En el transcurso de sus vacaciones, hubo un acontecimiento que nadie les creerían. Después de salir de la piscina, Orlando y José, decidieron ir a Plaza Vea a pasear, en cambio Jhosep no tenía tiempo. Pero en aquella ocasión, un suceso inimaginable pasó, en transcurso del camino, Orlando y José, quedaron atrapados por más de media hora en el ascensor - No hay que paniquearse - dijo calmado José - No es la gran cosa - respondió Orlando - te imaginas si hubiera sido en Solari, hay más pisos, aquí en cambio hay dos - dijo José - bueno, tendremos que esperar si es que nos abren - dijo Orlando riéndose - mientras tanto grabemos nuestro testamento - dijo riéndose José. Este sacó su celular y se empezaron a grabar como si fueran a morir en aquel ascensor. Pasaron como 30 minutos y recién los rescatistas se percataron la presencia de Orlando y José y tuvieron que auxiliarlos. Sin duda, un acontecimiento que no se suele suceder muchas veces, pero tal acontecimiento, hizo que por un tiempo Orlando y José tuvieran temor al subir algún ascensor.

Como es de costumbre, José suele revisar el celular, pero de repente un sábado - Yeremy, dime que pasó tuve llamadas perdidas tuyas, que ha pasado – le escribe mediante Messenger – Brrrrrrr…. Brrrrrr… - vibra el celular - Yeremy, te escribí man, lo leíste, dime que ha pasado, esta todo bien, perdón si no te pude responder, acabo de salir de la piscina, estuve con Orlando y Dumbo más, no te dije nada de esto porque me comentaste que no sabes nadar, también porque estuviste algo inactivo en las redes sociales y, a parte que con lo que me contaste de tus padres, tengo miedo pues – dijo José – Descuida, no te preocupes, te entiendo pero ya te presentaré a mis padres para que no desconfíen de ti, además ya saben que eras el brigadier, así que no pasa nada, pero a lo que iba, man, me iré a puno, estaré aquí una o dos semanas antes de que empiecen las clases en el colegio, también me enteré que entraste a la universidad, lo sé, lo sé, muy tarde pero igual mis felicitaciones. Man te voy a extrañar, es qué iré a la casa de mis abuelos y estaré solo y como es un campo, no hay señal de internet, cuídate mucho, sabes que te considero como un hermano mayor para mí, nos vemos hermano, ya nos veremos cuando vuelva – dijo Yeremy – Chau hermano, que te vaya bien en el viaje, también te voy a extrañar, pero descuida si nos volveremos a ver, buen viaje, nos vemos – respondió algo triste José.

Ese día, algo cambió dentro de José con respecto a Yeremy, sintió que tenía un hermano más, no será de sangre, pero con esas emotivas palabras, hizo que José cambiará su forma de verlo frente a sus demás amistades. A pesar que José tiene un hermano menor, no era lo mismo para él, ya que entre él y su hermano se llevan diez años de diferencia, por eso mismo es que él paraba más con sus amistades que con su propio hermano.

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