Sobre Escribiendo El Pasado

QUÉ COSAS, ¿NO?

Como todos los días, en las mañanas José estudia, en las tardes, ayuda a su mamá y en las noches visita a sus amigos. Ajá, muy monótona, claro no siempre suele ser así, la diversión que tiene José con sus amistades nunca acaba, siempre hay momentos para reír. Suele ser en las mañanas, sus días más estresantes por el hecho de tener que estudiar, pero muy divertido cuando esta por acabar, pero… - Chicos, me esperan un momento por favor, no se vayan a sus casas todavía – dijo el profesor Marco a los demás estudiantes de manera muy seria. - ¿Qué hemos hecho para merecer esto? – se preguntó José – Quiero ir temprano a mi casa, para terminar la tarea – pensó.

Pum… Pum… se cerraron las puertas con mucha fuerza, de pronto se escucha un megáfono, sus compañeros e incluso José, no entendían lo que pasaba, ni mucho menos entendían lo que decían por el megáfono. – Sorpresa – dijeron algunos estudiantes de otros grados que nadie tenía la menor idea de quienes eran y que hacían aquí. – Hola queridos compañeros, con la ayuda de su profesor, dedicamos este espacio para poder interactuar con ustedes y compartir. Será divertido, bueno, para nosotros, porque para poder salir, cada uno de ustedes tendrán que escoger su padrino o madrina para su cachimbeada, no se asusten, no le haremos mucho daño, solo le cortaremos el pelo, y le echaremos pintura, jajajaja – dijo riéndose el delegado de segundo año – Bienvenido cachimbos – dijeron todos los compañeros de segundo año.

En ese momento, todos los demás compañeros trataron de huir despavoridos, otros estaban asustados, sobre todo las chicas, ya que se imaginaban lo peor que puede sucederles a ellas con su cabello. José se río a no más poder, pues resulta que este, ya sabía lo que iba a pasar, ya estaba preparado y resignado, porque días antes… - ¿Quién me habrá enviado mensaje? – se preguntó, luego revisa el celular y resulta que era un extraño, José no tomó interés y no le respondió hasta que le envió un mensaje. – Hola, buenos días, con quien tengo el gusto de hablar, ando en clases – escribió José hacia el extraño – Hola, me presento, soy Liz, una compañera suya de segundo año, solo te estaba escribiendo porque te me haces conocido, a parte que tenemos la lista de todos los compañeros de cada grado, no te preocupes, tampoco te voy a acosar, solo también te quería avisar que el día viernes, junto con la ayuda de un profesor que les enseña en la mañana, el profe Marco creo, les dirá que se queden un momento. Pues resulta que ese día, será la bienvenida a los cachimbos, es tradición aquí en la universidad, no comentes a nadie por fa, no quiero meterme en problemas. A parte que tengo que recuperar un curso con ustedes, soy como un infiltrado, capaz me habrás visto no lo sé, pero por fa, no les digas a nadie por favor – escribió Liz – Mmmm…, hola Liz, no fue la manera correcta de presentarte, pero descuida, mi mamá ya me habló acerca de esto, así que estoy preparado para lo que se viene – contestó José – vale, muchas gracias, me guardas sitio de paso, ah y me olvidaba, te van a cortar el pelo, echar pintura y pues divertirse, compartir y todo eso – escribió Liz y bloqueó a José durante todo ese tiempo antes del suceso ocurrido.

Y es así como uno por uno tuvo que pasar por todo aquello que dijo el delegado de segundo año, pero más emocionante fue para José, porque este, estuvo dispuesto hasta raparse el pelo y echarse todo el balde de pintura, pero primero tuvo que escoger a su padrino o madrina, la cual cortará su cabello – Quiero a Liz – grito alegremente José. De repente Liz apareció – Hola, tu debes ser José, un gusto, jajaja, no te preocupes, solo te bajare un mechón – respondió algo nerviosa Liz – Enserio, un mechón, pásame mejor con la máquina de cortar, porque ya me había preparado para este momento, cuando me dijiste que me cortarían el pelo, tome cartas en el asunto y me corté el pelo – dijo José entre risas. Y Liz procedió a cortarle un mechón de cabello, tal cual como ella le dijo. – Ahora te echare la pintura, con este vaso – dijo Liz – ta huevón – dijo José y metió toda su cabeza al balde de pintura y abrazo a Liz.

Los demás se quedaron atónitos, pero entre gritos, se divirtieron mucho más y sin duda, fue algo muy loco para José, no creyó que llegaría a ese extremo, y como dijeron los compañeros, esto es tradición, por lo que el próximo año, nos tocaría hacer lo mismo a los nuevos ingresantes a nuestra carrera.

***

Pasaron los días, José hizo algunas nuevas amistades con algunos de sus compañeros de salón, él sabe que es difícil caerle bien a todos, pero trataba de ser bueno con los demás, a José no le gusta vivir peleado con los demás.

Casi todos los días, se la pasaban riendo José con su nuevo grupo de amigos, pero en casi finalizando mayo – Estudiantes, tengan ustedes muy buenos días, les informamos que el día de hoy, su profesor Edgar no hará clases hoy, tuvo un percance. Pueden salir temprano, nos vemos – dijo la secretaria de la escuela – Escucharon eso, podemos salir antes, siiiiiiiiii… - dijo José – Hay que aprovechar el tiempo ¿A dónde vamos?, y ¿si vamos a jugar?, les quiero enseñar un juego que me enseñó un amigo hace tiempo, no vengo aquí hace tiempo – dijo José entusiasmadamente - ¿Dónde es? – dijo Azucena – Es en solari – respondió alegremente José – Okay, pero tu invitas – dijo Rosario – Vale, vale yo invito – respondió José. Entonces todos fueron junto a José y se divirtieron mucho. En el camino, José tenía una gran curiosidad por saber la opinión que tenía sobre Silvia, ya que ella, era su compañera del colegio, es por ello que aprovechó este momento – Azucena, una pregunta, ¿cómo era Silvia en el colegio? – preguntó José – ¿porque la pregunta? – preguntó José – curiosidad pues, volvimos hablar, aunque no mucho, hablamos desde febrero para ser exacto, solo quería saber eso, porque ella me dijo que su tía no le daba permiso – dijo José – enserio te lo creíste todo eso, ella ha cambiado bastante. Por si no lo sabías, si al final de te rechazo ser su pareja de promoción, es porque andaba con otros dos chicos más a la vez, y a mí me dijo que la cubriera – dijo Azucena – enserio ¿me estás diciendo la verdad? – preguntó José – si no me crees, no es mi problema, pero ella ha cambiado bastante, es por ello que no me cae ella – dijo Azucena – vaya, ahora tiene sentido, la verdad no sé en qué pensar, pero bueno, gracias por esa aclaración, por lo menos sé qué tipo de persona es – dijo José – descuida, sé que te debe doler, pero es un tema antiguo – dijo Azucena – ya pasó, vayamos a jugar para distraernos nomas – dijo Azucena. Desde ese día, aunque no fue como esperaba, José intento abrirse más con los demás, quería dejar de lado sus inseguridades y ser alguien nuevo, a pesar de los problemas, siempre se apoyaban o eso es lo que parecía.




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