- Man, hay pasacalle, podemos ir si quieres, le decimos a Wilbert, lo conocerás supongo, le decimos también a Orlando, a Yeremy, ya ve tu quien quieres invitar también – escribió Luis en Messenger – Vale, vale, pero me parece raro que en este mes haya pasacalle, a parte que va a ver – respondió José – es que mi papá toca pues – escribió José – tócame esta – respondió José – Hablando enserio, que toca pues – escribió José – toca en un grupo con unas flautas, ayudas a buscarlo en la noche – escribió Luis – Okay, ahí nos vemos, ahí capaz se animan pues, le espero en la plaza Vigil como siempre, ya se te va a hacer tarde we, debes irte – escribió José – Vale, nos vemos – respondió Luis.
Cerca de las 6 de la noche, ya en la plaza Vigil, llegó José esperando a los demás, trató de sorprenderlo asustándolos – Esto es un asalto – grito José frente a todos – que creíble – dijo Yeremy – Ni cara de choro tienes – dijo Luis – Cagones, que importa, oe y ¿Wilbert? – preguntó José – me dijo que no tenía tiempo y eso, ya sabes excusas, creo que será porque no te conoce bien, pero bueno, dijiste a alguien más – dijo Luis – Eres o te haces, sabes que todos están en clases Gil – respondió José – a cierto – dijo Luis – vale, mira ahí está Orlando junto a Jhosep, le decimos a ellos más pues – dijo José – y ¿A dónde van a ir? – pregunto Yeremy – es que hay pasacalle – dijo José – Bueno, vamos pues – respondió Yeremy – eso mismo estamos diciendo, nomás hay que ir con más gente – dijo Luis. Se acercaron donde estaban los demás – Man, tienes tiempo para ir al pasacalle – dijo José - ¡Había! – exclamó Orlando – pues si – dijo Luis – Bueno, ¿tiempo o no? - preguntó José – Les acompaño hasta cierta parte, no tengo permiso por parte de mi mamá – dijo Jhosep – Yo menos, debiste decirme con anticipación y lo sabes – respondió Orlando – A mí también me tomó de sorpresa, pero estoy aquí pues para hacer hora, aunque siempre vengo cuando salen del colegio, pero esto si me pareció interesante – dijo José – Entonces, nos vamos yendo… - dijo Luis y todos se despidieron de Orlando y se fueron al pasacalle a buscar a su padre de Luis – De verdad no creí que habría pasacalle – dijo José – hay mucha gente, vamos rápido que me aburre estar aquí – dijo Yeremy – deja de ser renegón – dijo José – Tranqui, hay que buscarlo y de ahí se van si quieren – dijo Luis – Vale, vale, pero ¿dónde estará? – preguntó José – Ese es el problema, por algo hay que buscarlo – respondió Luis – sigamos por donde estuvo pasando la gente pues – dijo Jhosep – Vale, pero hay que ir corriendo – dijo Luis y se fueron en busca del padre de Luis en medio de la gente. Pasó como una media hora y lograron encontrarlo – Man sí que tu papá toca una cosa grande, jajaja una flauta grande asu… no sabía que tu papá tocaba en estos grupos – dijo José – de hecho, lleva tocando muchos años aquí, pero bueno, gracias por acompañarme, si quieren se quedan si no, se van – dijo Luis – si we, se nos hace tarde, ya nos estamos viendo, saludas a tu papá por mi parte Man – dijo José y así todos se despidieron y se fueron rumbo a su casa.
Minutos después suena el celular – Que habrá pasado con Luis – pensó José - Man, cuando haya pasacalle te aviso para ir en grupo y comprar espuma y eso pues, ahí ya les aviso a los demás, tú también pues les dices – escribió Luis – Vale, vale, normal conmigo, pero sabe que solo puedo sábados y domingos en la tarde, hablamos luego, sigo en el bus, cada uno se fue con su propio bus, ya era muy tarde, a parte sabes que por mi zona roban, avisas cualquier cosa – escribió José y guardó su celular.
Días después… - ¿Qué pasó? ¿Para qué llamaste? – escribió preguntado por el chat José – Es que como no respondías, tuve que insistir – respondió Luis – sabes que ando ayudando a mi mamá a estas horas de la tarde – escribió José – si se si se, nomás que te avisaba porque hay un pasacalle aquí por Gregorio Albarracín, como es sábado y dices tener tiempo, vienes pues, me dijo Wilbert que esta vez sí vendría – escribió Luis – Vale, le voy a pedir permiso a mi mamá, pero es más seguro que sí, pero tendré que cancelar lo de hoy, ya que siempre vamos a Solari a jugar – escribió José – ah entiendo – escribió Luis – descuida, si iré, nos vemos en la tarde, preguntaré a los demás si quieren ir, por cierto donde nos encontraríamos – escribió José – por la plaza Pérez Gamboa – escribió Luis – ya, queda entonces, estará a las 4 o 5 por ahí, yo te aviso por chat cuando esté por ahí, nos vemos, tengo que ayudar a mi mamá – escribió José y cada uno siguió con lo suyo.
***
- Man, tienes tiempo en la tarde para ir al pasacalle con Chocolate más – escribió José – lo dudo, no creo que me den permiso, pero para navidad con fe – escribió Yeremy – vale, hablamos – escribió José.
- We, vamos al pasacalle con Chocolate más y dice que Wilbert vendrá – escribió José – Dale, normal puedo hoy, pero Wilbert no es Ojitos – escribió Orlando – creo que sí, ya que la señora Olivia le sabe llamar así, la verdad no sé, sería el primer encuentro que tendría con él – escribió José – bueno entonces normal, le aviso y ¿en dónde nos vemos? – escribió Orlando – Plaza Pérez Gamboa we a las 4 ¿Te parece? – escribió José – Dale, nos vemos, chau – escribió Orlando y así José preguntó uno por uno y solo Orlando pudo ir con José, mientras que los demás fueron a jugar en Solari.
Cerca de las cinco de la tarde, Orlando, José y Luis, se encontraron en el lugar indicado, pero faltaba alguien, Wilbert. – Oe escríbele al toque pe – dijo José – Yaya, espera – respondió Luis – Dice que está cerca, que ya está en camino – dijo Luis – Vale, esperemos, mientras tanto compremos espuma pe – dijo José – y por cierto, ¿dónde puedo dejar esta mochila? – preguntó José – Déjalo con mi mamá – respondió Luis – ¿tu mamá está aquí? – preguntó sorprendido José – no solo ella, esta mi tía y mi prima más – respondió José – vale, ya que me incomoda andar con mochila – dijo José y se fueron en busca de espuma y dejar la mochila de paso a su mamá de Luis. Pasaron unos 15 minutos y al fin aparece Wilbert – Eres muy tardón – dijo Orlando – Hola, hola – dijo José – Se conocen verdad – pregunto Luis – Si, pero es la primera vez que entablamos conversación – dijo Wilbert – tranqui, conmigo es como hablar como uno de ustedes, soy bien piola – dijo José – y mongol – dijo Orlando – te voy a sacar la mierda – dijo José y le mete un manotazo en la espalda – te lo mereces por andar de gil – dijo José y luego se pusieron a hablar sobre que harán en pleno pasacalle – Hay que echar espuma a las chicas – dijo Orlando - si pues, capaz también nos topamos con alguien conocido – dijo José – Vale pues, empecemos – dijo Luis y José procede a echarle espuma a Wilbert – hey, dijeron mujeres ¿no? Jajaja – dijo riéndose José – sí, pero no era para echarle a él – dijo Orlando – pero si es mujer, no lo ves – respondió José y Wilbert procede a echarle espuma a José – que carajos – dijo enojado José – te lo mereces por pendejo – dijo Wilbert y Orlando procede echarle espuma a José – Que te hice yo – pregunto José con la cara empapada – Me debías una porque me golpeaste – dijo riéndose Orlando y José procede a echarle espuma a Luis – Hey no me eches pues, no tengo otra ropa y además hace frio – dijo Luis – te eche porque nadie te echo a ti jajaja – respondió José y de repente un grupo de chicas echaron a Orlando y a Wilbert mientras José y Luis estaban discutiendo – al ataque – grito José – Aaaaaaaa – grito Wilbert, y todos procedieron a jugar echando espuma a las chicas que estaban ahí, pero en el camino se percataron de alguien que es conocido por malas juntas – asu mare – exclamó José - ¿Qué pasó? – dijo Orlando – Man, ese no es tu compañero de salón – pregunto José – Wilbert, tú lo conoces también, está en tu salón ¿no? – pregunto de nuevo José – Si se – dijo Luis – Claro que lo conozco, ese gil se maleó por gil – dijo Wilbert – es que lo más gracioso, es que todos son altos y él es único bajo ahí, jajaja la cagada – dijo riéndose José – Jajaja muy chato es – dijo Orlando – si pe, pobre Fernando, solito se maleó y eso que confiaba mucho en él – dijo José – déjalo nomas, ya se dará cuenta – dijo Orlando. – Gente ¿Cuánto de espuma les queda? – preguntó José – a mí me queda poco – dijo José – también me queda poco – dijo Orlando – y a mi – dijo Luis – A mí me queda la mitad, soy gozu – dijo Wilbert – quítenle la espuma a Wilbert – gritó José – Gente alguien me acaba de echar – dijo serio José y delante de ellas, dos chicas estaban corriendo – Cambio de planes, echen a ellas – grito José y procedieron a perseguir a las chicas. Estaban cerca de ellas hasta que – Alto – gritó José – ¿Patricia? – preguntó José - ¿José? – preguntó Patricia – Échenle con más ganas – dijo José. Patricia procede a abrazar a su amiga mientras que Orlando le quita la espuma a Wilbert y procede a echarle a las chicas – Gente, échenle más – dijo José – se me acabó – dijo Luis – Pues quítenle a ellas – ordenó José y entre todos, forzaron para quitarle sus espumas que tenían Patricia y su amiga – Echémoslo todo jajaja – dijo eso José – Man, se van acabar – dijo Luis – que importa jajaja echa nomás, ya que las chicas quieren ser blancas jajaja hay que hacerles el favor – dijo José y echaron hasta acabar todo – José, tu sí que te pasaste, le voy a decir a tu papá, aparte que me debes plata, porque acabas de gastar la espuma que compré y eso que no era mío, era de mi amiga, me la vas a pagar, adiós – dijo enojada Patricia y se fueron – Oe se nota que se enojó contigo pero demasiado, nos pasamos de la mano – dijo Orlando – tranqui, se le va a pasar, la conozco más que tú – dijo José – Bueno si tú lo dices – dijo Orlando y Wilbert se nos acerca – ¿Qué hacemos ahora? – preguntó Wilbert – No sé, vamos a Solari – dijo José – Vamos pues, tengo tiempo – dijo Orlando y Wilbert contesta una llamada de su mamá. – No tengo tiempo, mi mamá me llamó y me dijo que me fuera a la casa – dijo Wilbert – Nos vemos – dijo Wilbert y se despidió de todos – Chale, se nos fue uno – dijo José – Vamos a Solari pues – dijo Orlando – Luis ¿Puedes? – preguntó José – No creo man, a parte, mi mamá está aquí y mi papá está tocando pues – dijo Luis – Ah, tu mochila, ya te querías irte sin ella – dijo Luis – A verdad, me olvidé de eso – dijo José – Bueno entonces, recojo la mochila y me iré con Orlando a Solari – dijo José y se fueron a recoger la mochila – Hasta luego señito, hasta luego con todos, chau Luis, nos vemos – dijo José y se fueron a Solari.
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Editado: 31.10.2024