Sobre La Suerte

Jeremy

Una familia de clase media se encontraba merendando en el comedor, eran esposo y esposa, una joven de unos 16 años y su hermano menor.

Había platos de carne con porciones generosas y jugo de naranja, tenían una conversación cordial sobre algún tema de las noticias, reían un poco y escuchaban la opinión de cada uno cuando fueron sorprendidos por un fuerte golpe que rompió una ventana en la sala. Seguido de eso el padre, madre e hija se acercaron al origen del ruido, tras ver los vidrios rotos cerca del sillón junto a una piedra, el hombre rápido y molesto abrió la puerta que daba al exterior seguido por su hija.

En la calle se encontraban 3 chicos de la edad de su hija, quienes la insultaron y empezaron a correr perseguidos por el jefe de hogar, el cual furioso, y pedía una explicación que nunca recibió, la persecución duro unas pocas cuadras, los adolescentes eran más rápidos que el enfurecido adulto al cual dejaron rápidamente atrás mientras se retiraban entre risas.

Había anochecido un poco más y los perpetradores, Jeremy y dos de sus compinches se encontraban bebiendo en una banca de un parque alejado del barrio aun comentando lo divertido que fue "darle su merecido a esa zorra" y la suerte que tendrían de que ella no los delataría porque había hecho algo mucho peor.

Un rato después y a causa de los exámenes de mitad de curso que estaban por venir surgió el tema de los planes a futuro, uno de los adolescentes quería ser futbolista, el otro militar. Jeremy tras dar otro sorbo a la botella les comento que había escuchado que los vendedores por teléfono ganan bien por los bonos de productividad así que solo tendría que engañar a gente tonta para venderles cosas que ni necesitan, lo cual sería dinero fácil. Continuaron conversando un rato más.

Una semana después Jeremy por casualidad se encuentra en la caja registradora del motel de su madre mientras ella fue a atender unos asuntos. Abre la caja y piensa en tomar un poco del dinero del día, entonces y antes de que pueda hacerlo suena la campana de la entrada, esto le molesta pues no se supone que tendría que atender a nadie, solo estar ahí un rato. Para su sorpresa quien entra es su maestro de matemáticas y con una chica joven.

Cuando el maestro se percata de que, el que atiende es su estudiante y ve que es demasiado tarde para huir le dice a su acompañante que salga un momento. El docente se acerca a la caja y le dice a Jeremy que no diga nada, este toma ventaja rápidamente, le menciona que le dirá a su esposa de su aventura al menos que lo apruebe en su asignatura.

El profesor trata de no mostrar que explorara pero sereno le menciona que eso es imposible, porque él tiene el peor promedio, Jeremy insiste: le asegura que no le dirá a nadie y que no piensa repetir el año cuando es ya el último ciclo, el profesional reflexiona y acepta a regañadientes pero le advierte amenazador que si se queda sin matrimonio él se quedara sin graduación y que hasta lo podrían expulsar porque es amigo del director.

Antes de que el maestro vaya a hacer lo suyo Jeremy llama una vez más su atención y le pide alegremente también una propina.

Dos años después Jeremy se encontraba contando esa misma historia por mensaje de texto a un amigo mientras esperaba su turno la sala de espera para una entrevista de una prestigiosa empresa de ventas, tras un rato finalmente lo llamaron y con su carpeta en mano se aproximó a la oficina donde un tipo robusto comenzó a explicar el objetivo de la conversación.

Mientras sujetaba su bolígrafo le explica que tienen cupos limitados para su curso de ventas, pero que de ser seleccionado sería muy beneficiado al aprobar la capacitación.

La entrevista duro unos 10 minutos y no fue tan sorprendente lo que el empleado intuyó de esta, tampoco le pareció una persona demasiado capacitada ni con perfil de vendedor, tanto así que ni recordaría su nombre más adelante.

Cuando el entrevistador se encontraba ya de noche, revisando lo que concluyo de cada entrevista ojeando las carpetas ocurrió algo que no percibió, la carpeta de Jeremy tenía un ligero olor al perfume que usa su hijo al cual no ve desde hace meses porque se fue a la universidad a otra ciudad, ese pequeño detalle hizo que sin darse cuenta coloque ese currículo un puesto más arriba del que debería en cuanto a los entrevistados que le parecían mejor opción para ser aceptados en la capacitación, de modo que al entregar a la secretaria las carpetas en orden de importancia siendo la carpeta de más arriba la de la persona que mejor cumplía con el perfil que buscaban, empezó a llamar a cada número telefónico considerando las vacantes limitadas de las que dispone la empresa.

Cuando llego a la mitad de la pila de carpetas y justo notando que era para asignar la última vacante llamo al número que indicaba la primera hoja, pero el dueño del teléfono nunca contesto. Lo que la secretaria no sabía era que a esa persona recientemente le robaron el teléfono. Tras darse cuenta que era imposible comunicarse con esa persona por ese medio decidió en vez de usar otro recurso como el correo electrónico ir directamente a la carpeta que estaba debajo para ahorrar tiempo, así entonces llamo a Jeremy y le menciono que fue aceptado para el curso de vendedor.



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En el texto hay: corto, mensaje, historias

Editado: 06.02.2025

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