Te lo di todo, y te lo llevaste.
Una vez te susurré que era tuya, en cuerpo y alma... no mentí.
Ahora solo soy un eco, un suspiro sin voz,
mi alma duerme en tus manos,
mi cuerpo es un invierno sin fin.
Ahora solo estoy vacía, mí alma yace contigo. Y mí cuerpo está vacío. Deambuló de un lado a otro sintiendo frío, pidiendo que sean tus manos las que me den calor. Pero se que eso no va a poder ser, todo le pertenece a ella, a tu nuevo amor.