Me dejaste con todo el amor en las manos,
ese que solo existía para encontrarte a ti.
Y ahora lo cargo como un peso sin rumbo,
como un eco de lo que nunca fui.
Recorro los días buscando en el viento
algún rastro de lo que fuimos,
un perfume que me lleve de vuelta,
aunque solo sea para sentirte un segundo más.
Me dejaste vacío y lleno a la vez,
lleno de recuerdos que se niegan a irse,
vacío de promesas que nunca cumpliste,
y aquí sigo, sin saber si soltar o esperar.
Y aunque mis manos ya no tiemblan por ti,
aún sienten la ausencia de tus caricias,
como si el amor, en lugar de irse,
hubiera echado raíces en mi soledad.