Sofía y El General

Un monstruo despiadado

Las despedidas después de casarse y alejarse de la familia son difíciles más para Sofía que se marchaba con un hombre más frío que un iceberg y despiadado como un asesino serie de masa. Sofi abrazo a su familia y la mano helada de Henry la ayudó a subirse al carruaje.

El camino hacia la capital fue largo y silencioso, pasaron por una posada para personas adineradas para que el rey, el príncipe y Sofía descansarán ya que Henry y sus soldados serían acostumbrado a no dormir o simplemente dormir en el suelo en pleno bosque. Después de comer Sofía fue llevada hasta la habitación donde se bañó y se acostó mientras Henry bebía con los demás.

-Oye amigo qué haces aquí bebiendo con puros hombres eres afeminado ¿o qué?- Dijo un príncipe entre risas con los soldados y el rey.

-Vamos si todo el mundo sabe que el afeminado eres tú-contesta burlonamente.

-Vamos amigo tu tomando alcohol y allá en tu habitación está tu esposa y hoy es tu primera noche de boda- el príncipe continúo riendo mientras rodeaba su brazos en el cuello de Henry.

-Si tanto te gusta, te sedo mi segundo noche con mi esposa pero ten cuidado es una salvaje y puedes terminar lastimado- las palabras tan frías que salieron de los labios de Henry hicieron que las risas se apagaron- Cuando pida tú maldita opinión ahí te dejare contestar mientras tanto cierre tu boca- después de hablar se levantó, saludó mostrando reverencia al rey y al príncipe retirándose.

Sofía miraba la ventana sentada desde su cama con unos papeles en las manos al sentir el ruido de la puerta los guardo rápidamente y fingió dormir.

Henry se acercó a ella y se paró a su lado, apenas las luces de las velas permitían verla bien, acarició la mejilla y luego el pelo con una de sus típicas sonrisas frías.

-Si fueras actriz te morirías de hambre mi pequeña Sofía- al ver que no contestaba se acercó a besarla a lo que Sofía reaccionó rápidamente alejándolo-¿Vas a alejarme en nuestra primera noche de boda?-

-Si me toca te juro que te mató.

-¿Por qué tantas palabras violentas salen de los labios de la marquesa?- aún seguía frío como siempre.

-Me compraste- grito tirándole los papeles que había ocultado anteriormente-El primer día que llegaste pagaste tú las deudas para que no afectará tu gran reputación.

-Entonces nuestra salvaje es inteligente ¡Felicitaciones! Pero ya es tarde para reclamos o arrepentirse.

-Te casaste conmigo porque sabías qué Raphael iba a proponerme matrimonio y odias perder contra los Moreau.

- Aún me sigo sorprendiendo salvaje qué rápido pudiste resolver todo- se paró y su rostro se puso más frío y causaba mucho más miedo-tienes toda razón mi pequeña Sofía pero no es que odio perder contra ellos pero también te tengo pensado destruirlos a todos y a cada uno que pertenezca a la familia Moreau.

-Eres un monstruo Henry-dijo asustada-sólo una mente perturbada y desquiciada puede pensar en asesinar a una familia entera.

- Pero por qué dices esas palabras yo no pienso asesinarlos-acercó con la misma mirada fría mientras sonreía su rostro se desfiguró de una manera más oscura- pienso destrozarlos uno por uno sin dejar ningún rastro de ellos sobre la faz de la tierra.

Las palabras de Henry hacían que Sofía se estremeciera de terror. Es que agarró las manos de Sofía con fuerza haciendo que se quejara del dolor.

-Bueno ya que leíste esos papeles sabes bien para qué te compré salvaje.

-Estas seguro detener un hijo con una salvaje-Sofía sonrío-¿Y si sale salvaje igual que su madre?

-Tú descuida sólo encárgate de obedecer ya que la crianza de mis hijos no te la encargaré a ti, no quiero niños tan emocionales.

-¿Que tratas de decir? Nunca permitiré que mis hijos sean creados solos por un monstruo ni quiero que sean igual a ti-Henry continuaba comienza risa fría y sin emociones.

-Tú solo los darás a luz pero pequeña salvaje nunca los conocerás

En ese momento Sofía se dio cuenta qué la palabra “Monstruo” le quedaban pequeña a Henry que era algo peor y ahora me tocaba vivir toda su vida con él o morir entre sus manos. Por primera vez Sofía te viene por ella y por aquello futuros hijos qué tendría con él. Cerro fuerte sus ojos antes que los labios fríos de Henry tocarán su cuello.




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