Sofía y El General

Reencuentro

Mejillas rosadas, ojos color verde esmeralda y cabello oscuro como la noche. Una hermosa risita acompañada de una dulce sonrisa. Pequeños piecitos que corren, saltan y caminan por toda la mansión. Vestidos esponjosos y coloridos. Peinados con hebillas con diseños de mariposas, flores o algo con mucho color y brillo.  Una hermosa niña que también sube arriba de los árboles y corre en poca ropa mientras es perseguida por los pobres empleados de la mansión. Luz no podía negar que era hija de Sofía, era prácticamente su misma imagen. Aunque también se tenía que decir que cuando se enojaba y fruncia el ceño, cuando algo le molestaba y miraba de reojo o cuando quería algo podía manipular la situación de manera inteligente como su padre Henry.  

Jazmín y Vicente agradecían que Luz tenía mucho mas de su madre que de su padre. Tener una versión de Henry en su hogar no era lo mejor y que este no la criaba era lo mejor que a Luz podía pasarle. De solo pensar de como seria esa niña al lado de su padre causaba escalofrió. Pero sabían que la usencia de este, del cual conocía por una foto o por las cartas que enviaba, la ponía triste. 

Aquella semana su cuerpo se había debilitado y mientras jugaba con sus muñecas muy alegremente, hablando de su cumpleaños, cayó al suelo desmayada por la fiebre. Al verla tan agitada, sus mejillas rojas por la fiebre, y en un quejido de dolor. Jazmín sentía como nuevamente le arrancaban el corazón. El dolor que consumía poco a poco a su niña también lo hacía con ella. ¿Podría sobrevivir nuevamente a ese dolor? ¿Tenía que aceptar que su bebe moriría? ¿Los ángeles como Luz también sufren?  

Y lo principal donde se encontraba Henry en ese momento que Luz lo necesitaba. Donde estaba que no sostenía la mano de su niña. Donde estaba que no la protegía entre sus brazos. Donde estaba para secar cada lagrima que sus pequeños ojitos habían derramado por su ausencia. Por lo que se preguntó ¿Cuánto sufrió Sofia a su lado?  

La voz gruesa de aquel hombre le devolvió el alma al cuerpo. Nunca creyó que lo abrazaría y mucho menos que lloraría, pero verlo ahí parado, hizo que las esperanzas volvieran a ellos.  

- ¿Cómo se encuentra mi hija? 

Henry miraba a su pequeña hija, a pesar del dolor, sonrió. Luz era la imagen del amor de su vida. Amor que nunca murio en esos seis años. Se acerco y toco su mejilla, beso su frente y luego miro a sus tíos.  

-Necesito que preparen todo lo de Luz para partir lo más rápido posible 

-Espera ¿Qué? - Jazmín miro a Henry sin entender lo que decía- ¿Cómo te llevaras a Luz? 

-Si, tiene que iniciar su tratamiento lo más rápido 

-Creí que vendrías con el doctor- Jazmín miro a Vicente- La niña no te conoces y no puedes apartarla de nosotros- sus lágrimas cayeron- Querido no puede arrebatarnos a Luz como hizo con Sofia 

-Es mi hija además hay que atenderla con urgencia- Henry miro a los ojos a Vicente- No puedo pensar primero en ustedes. Ya perdía a Sofia no pienso perder a mi hija. 

-Mas tarde continuemos con esta conversación- dijo Vicente señalando la cama 

-Papi- una voz dulce entro al corazón de Henry por lo que contuvo sus lágrimas- Papito ¿eres tú? 

-Si mi niña hermosa- se sentó en la cama- Papa´ volvió por ti. 

El silencio de aquellas personas sentadas en el salón causo miedo a Joanne apenas entro y pregunto por Luz.   

-Esta arriba con Henry 

-Mi hijo vino- se secó las lágrimas- ¿trajo al doctor con él? 

-No 

- ¿Cómo que no lo trajo? - las lágrimas volvieron a caer y se sostuvo de su esposo- ¿Entonces no hay tratamiento? 

-Si- Joanne la miro extrañada- Se la lleva- Jazmín comenzó a llorar a los gritos. Joanne se miró para al lado de las escaleras, como su hijo tomaba la decisión de llevarse a Luz, cuando él la había abandonado. Nunca agradeció tanto que su hijo apareciera en el momento que hablaban de él. Camino hasta Henry y por primera vez en su vida lo abofeteó. Henry toco su cara y miro fríamente a su madre. 

-Entiendo que tus emociones son las que hablan en este momento – tomo la mano de su madre- Que yo fui quien la abandono- coloco la mano en el lugar donde lo había golpeado- Pero su salud está por encima de lo que ustedes sientan. No volveré a repetirlo ya perdí al amor de mi vida y Luz es lo único que me queda de Sofia- Henry quedo en silencio mientras le daba un beso a la mano de su madre- Ustedes tienen hijos y tendrán más nietos, sé que ningún hijo puede remplazar al otro, pero yo solo tengo a Luz y si ella muere, mi búsqueda y mi venganza terminarán con una bala en mi cabeza.  

-Hijo- Joanne acaricio su mejilla 

-Si Luz muere. Si Luz me deja como Sofia. No dudare en ir con ellas. 

El karma había escuchado de esa palabra muchas veces, pero nunca creyó que algún día creería en ella, hasta en ese momento donde todo lo que había hecho sufrir a su esposa, tras dejarla sola, vendría a él para que no se apartara del único que más amaba. Y que estaba a partir de ella lo dejaba.  

Henry partió con Luz a imperio. No permitiría que su hija muriera.  




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