Sol Y Luna Dos Amantes Al Atardecer

prólogo

Una noche oscura cuando la luna salía y el sol se ponía ambas se deseaban claramente, todo era como una historia que jamás habían contado, ellos no podían estar juntos, solo cada 10 años el destino les podía conceder solo un deseo y era simple hacer un eclipse, la luna era la única que tenía compañía en el cielo y el sol pues es era el más solitario en ese lugar, a pesar que ambos compartían un solo cielo no podían estar juntos así lo decidió el su creador, a pesar que tenían un gran amor ambos estaban destinados a estar separados, al igual que la tierra y el planeta rojo llamado martes, era triste saber que el amor se encontraba lejos de su alcance pero solo un día estaba dispuesto el sol a romper las reglas, había llamado a su único amigo en el universo y ese era el planeta tierra más conocida como la señora de los mares azules, el sol le pidió un deseo y esta estaba dispuesta a concederle un solo y minúsculo deseo para complacer a su amiga la luna que lloraba desesperadamente en su océano más cercano, era doloroso ver a así a la mujer que consideraba una hermana, así que le dijo al sol que el amor que sentía ella era inmenso y que solo las noches podían ocupar la luna para poder ver al sol esconderse lejos de ella.

El sol sabía que estaba triste la mujer que más amaba en el universo, y que no podía hacer nada ni siquiera poder abrazarla fuertemente para ver que el sol era aquel que sus sentimientos eran valiosos, el sol era amante de su destellos lleno de amor y alegría que la luna le daba al pasar a su lado, ella era coqueta y era la más hermosa de la dimensión todos los planetas querían que aquella mujer de piel tan blanca como el cristal alumbrara los caminos de sus habitantes, solo el planeta tierra era consiente que aquella bella mujer solo caminaba de noche en busca de su verdadero heredero y que después de eso aquella mujer viajaría de la mano de Morfeo para poder descansar eternamente.

El sol no sabía que aquella mujer ya se había olvidado de él, pero simplemente la luna era una mujer fuerte y muy capaz de dejar atrás todo su pasado y solo encontrar el verdadero amor, el sol y la luna solo eran amantes al atardecer, y el joven Morfeo lo sabía ya que luna nunca le había mentido de sus sentimientos por su amado sol, que aquel amor era tan inmenso que el mismo Morfeo luchaba para que luna se figara en él y no en su hermano sol ya que eran rivales desde que nacieron, el joven que encabezaba la familia era el joven Conner que se había transformado en el nuevo sol a partir de la muerte de su padre, él se había enamorado de la joven que se había convertido 3 años antes en la nueva luna la señorita Megan, ella era un nuevo capullo en el universo y Morfeo que era el sucesor de la tierra se había encaprichado con aquella mujer de piel tan blanca como la nieve y el mismo cristal que se podía romper con tan solo tocarla, pero no era así ella era la más fuerte de su pueblo y eso era la que la hacía única y heredera de la nueva fortaleza de la señora luna, casi todos de la familia de Megan habían  formado parte de la luna y ahora era turno de aquella mujer que decía que ser luna era una tarea fácil pero no era así, ser llamada doncella de la luna era más complicado que ser llamada, el rey sol, la doncella luna tenía que estar toda la noche despierta y ver que la tierra y sus habitantes reciban esa tierna luz blanca desde el cielo nocturno.

Sol y luna dos amantes que se encuentra cada 10 años para hacer un eclipse solar, de un tono de gran rojizo llamado amor eterno, sol y luna dos compañeros, amigos y amantes alejados por un simple capricho




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