Mi corazón late rápidamente, creo que se saldrá de mi pecho. Todo es mi culpa! Si mi padre muere no me lo perdonaré nunca. Mis lágrimas no dejan de caer, nunca había estado tan asustada. Cómo fui tan tonta de decirle la verdad a mi padre? Pero es que el insistía en venir a verme, después de cinco meses sin vernos físicamente, entiendo perfectamente las ansias que tiene de verme, yo también me muero por abrazarlo y dejar de llevar este peso tan grande sobre mis hombros. El me ama como a nadie, soy su única hija y por eso no puedo dejar de reprocharme el haberle dicho la verdad. Le he causado el mayor disgusto de su vida. A todo esto se suma mi ansiedad de ver a JB de nuevo, estoy segura que estará en primera fila, él también adora a mi papá; no sé si tendré la fuerza de enfrentarme a él.
Mi avión acaba de aterrizar, cuando salgo por la puerta de migración alcanzo a ver a Pao que me espera junto a Carlos, su inseparable Carlos. No me detengo a pensar en ellos y corro hacia mi amiga y la abrazo, estoy tan nerviosa de no saber con lo que me voy a encontrar, mi papito puede estar muerto…no, no, no debo pensar así. Carlos sostiene mi maleta y Paola me ayuda a caminar hasta la camioneta, es un poco incomodo para mi subir por la altura y mi estado actual.
_Prima, tienes que tranquilizarte, esto no te hace bien—murmura Paola mientras me ayuda a acomodarme en el asiento de atrás de la camioneta. Estoy tan triste, nerviosa y hasta mareada, no sé si tenga las fuerzas suficientes de llegar y enfrentar todo esto..
_Es que todo es mi culpa Pao! No me voy a perdonar si le pasa algo a Papá, ¡es mi culpa, es mi culpa¡-- era lo único que podría repetir una y otra vez. Pao se sienta junto a mi y me consuela mientras Carlos solo me mira por el retrovisor, aparentemente asombrado con mi cambio y conduce hasta el hospital donde se encuentra mi padre.
Llegamos al hospital y es un edifico inmenso, de más de 15 pisos. En la entrada me siento abrumada de ver tantas personas entrando y saliendo al mismo tiempo, caras tristes, desconsoladas, algunas sonrisas porque parece que recibieron buenas noticias. No puedo dejar de pensar en cuál de estas caras será la mía cuando sepa de la situación real de mi padre. Yo solo quiero abrazarlo y saber que estará bien.
Nos detenemos en información y preguntamos por Francisco Ferrer, nos mandaron al quinto piso, el doctor que lo atiende es un neurocirujano que se llama Colvan Allen. Tomamos el ascensor y cada vez que subimos un piso mi corazón se acelera un poco más. Cuando las puertas se abren y salimos al pasillo nos encontramos frente a frente nada más y nada menos que con Jackson Blair, automáticamente me quedo paralizada en mi lugar, es imposible que mis piernas se muevan, el también se queda congelado. Sus ojos están concentrados en los míos, no alcanzo a descifrar que sentimientos tiene en ese momento. Su mirada de acero me examina la cara, sigue mirándome y desciende por mi cuerpo deteniéndose en mi vientre abultado.
_!ESTAS EMBARAZADA?!!—juro que si no fuera por la situación en la que nos encontramos le digo que me tragué un balón. Jackson no puede estar más sorprendido y no puede articular palabra. Yo también estoy en blanco y cuando voy a responderle llega el médico de mi padre. Inmediatamente centro mi atención en el doctor.
_Soy Miranda Ferrer, la hija de Francisco Ferrer, por favor doctor dígame como sigue mi papá!
_Mucho gusto señora Ferrer, acabamos de operar a su padre, la operación fue exitosa, pero lamento decirle que su padre ha entrado en coma debido a una fuerte inflamación en el cerebro.
En ese momento fue como si las pocas fuerzas que tenía me abandonaran, me desvanecí y solo alcance a escuchar mi nombre a gritos.
**********
JB
Llevo más de cinco horas en la sala de espera del hospital y todavía no sé como sigue el padre de Miranda. Decido bajar un momento a tomar algo cuando las puertas del ascensor se abren y me topo frente a frente con Miranda, Paola y Carlos. Lo primero que observé fue el lustroso pelo castaño de Miranda, tan largo como siempre, pero más brillante que antes. Cuando ella me ve se queda paralizada también, yo me sumerjo en sus hermosos ojos y no puedo articular palabras. Su cara llena de ansiedad, preocupación y asombro. Yo sigo observando ese hermoso rostro con el que sueño cada noche; sigue tan hermosa o más que antes. Sus ojos, toda su piel tiene una luz diferente, sigo observándola sin articular palabra, sus labios rosados, llenos que con tanto amor he besado. Cuando mi mirada desciende por su cuerpo y… ¡no puede ser!... abro y cierro los ojos, pero todo sigue igual, levanto mi mirada y solo atino a decir lo obvio:
_!ESTAS EMBARAZADA?!!— no lo puedo creer, tiene el vientre pronunciado y redondo. Está hermosa… Dios!! Cómo puede ser? Sé que hice una pregunta estúpida, pero es que estoy tqn sorprendido. Inmediatamente recuerdo que hace unos meses tiene una relación con un francés y la sangre me empieza a hervir.
Somos interrumpidos por el doctor Allen que trae noticias, las cuales resultan no ser muy alentadoras. Cuando el doctor dice que mi jefe ha entrado en coma, todo sucedió como en cámara lenta, pude notar como Miranda se desvanecía y mi instinto me hizo correr y atraparla antes que callera al suelo. Dios! Esta embaraza, si cae al suelo se haría mucho daño. Inmediatamente el doctor me pide llevarla a una sala que esta al lado y empieza a atenderla, solo Paola se queda con ella.
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Editado: 10.08.2019