Sólo Mía

Capítulo 12 "No quiero verle"

Ya era de noche.

No teníamos noticias de ella y ya me estaba desesperando, Marcela luego de que Sarah se fue quería descansar, pues fue una mañana de locos que le pudo haber costado la vida a mi hija.

Y eso es algo con lo que no podría vivir.

Desde el momento en que esas crudas palabras dejaron mi boca y ver en su rostro el más puro dolo reflejado, en mi interior supe que perdí. Perdí el cariño y amor de mi hija que me tomó mucho tiempo ganarme.

Justo ahora me pregunto si valió la pena tener una aventura con otra mujer, sabiendo que perdería mucho más. La respuesta es inmediata, unos simples momentos de placer nunca serán lo mismo que una vida de felicidad plena, en compañía de quienes han estado junto a ti.

Mi teléfono no ha parado de sonar, y sí, todas las llamadas y textos son de Sarah, en uno de ellos me pide que la perdone y vuelva con ella, que deje a mi esposa y a mi hija por ella.

Está loca si piensa que voy a hacer eso. No estoy dispuesto a cometer el mismo error de nuevo, mi esposa e hija son todo lo que merece mi atención absoluta, es más, pondré una orden de restricción de ser necesario.

Pienso demasiado y luego veo que Damian sale por el pasillo, espero que traiga buenas noticias.

—Marcela, Aaron, buenas noticias. Angela despertó y pregunta por ti y por alguien llamado Matt —le dijo a mi esposa, por dentro me duele el saber que no desea verme.

—¿A mi pidió verme?

—Lo siento Aaron, solo quiere ver a su madre y a su amigo supongo.

Susurré un leve "Entiendo" para luego verles marchar a la habitación de mi hija.

¡Dios mío, has que mi hija me perdone por favor! Necesito ayuda para lograr el perdón de Angela, aunque el camino sea muy difícil.

 

Angela

La luz blanca me enceguese al tratar de abrir mis ojos, cuando logro acostumbrarme los abro con lentitud.

Reconozco el hospital en el momento.

—Hola Angela, bienvenida de nuevo a la vida.

—Doctor Rossi ¿Cómo llegue aquí?

—Honestamente, muy mal, tu madre estaba desesperada y un joven te traía en brazos.

—Ella está aquí —dije afirmando.

—Ella y tu padre —no quiero que lo mencionen. No después de lo ocurrido.

—Quiero verla, a ella y a Matt. Por favor doctor.

—Espera un momento. Recuerda que no debes exaltarte mucho. Voy a llamarlos.

Papá está aquí.

Es increíble que se atreva a venir luego de haberme insultado de la forma en que lo hizo. Engañar a mi madre con mi ex mejor amiga y como si fuera poco, recordarme mi pasado.

No sé si pueda perdonarlo.

Por esa puerta blanca entran ella y Matt, a quien prácticamente le debo la vida.

—¡Mi niña hermosa! —deposita un beso en mi frente y sigue hablando. —Nos diste un fuerte susto.

—Recuerden que necesita descansar, Angela mantente tranquila. Vuelvo en media hora.

Rossi se va y mamá comienza a regañarme por no tomar el tratamiento como debiera.

—Mamá por favor, fue suficiente. He hecho caso a todas las recomendaciones que Demian me ha indicado, cada uno de mis medicamentos me los tomo a mis horas. Creo que ambas sabemos perfectamente que fue lo que ocurrió.

—Lo que menos necesitas es recordar algo que no te hace bien en absoluto. De no ser por Matt estaríamos mal en estos momentos.

—Matt —le dije al joven ojos avellana. —De verdad muchas gracias por ser tan linda persona conmigo, te debo la vida.

—No tienes nada que agradecerme, al igual que todos, me preocupo por ti y fue lo menos que debí hacer después de que todos ustedes me dieran una oportunidad.

Extendí mi mano para tomar la suya, quien me dedicó una mirada sincera.

—Gracias por ser un gran amigo —el destello de dolor en su mirada no me pasó desapercibido. —Al menos sé que puedo contar contigo siempre.

—Y yo estaré cuando lo necesites, no solo como tu guarda espaldas, también como el amigo incondicional que siempre he sido para ti.

Después de unos diez minutos más o menos, mamá recordó algo que sucedió mientras estaba sedada.

—Mi niña sé que no es el momento pero... Sarah estubo aquí tratando de saber de ti pero no la dejé que hablara siquiera. Armó un escándalo y los muchachos casi la sacan a rastras de aquí.

—No quiero saber nada de esa zorra mamá, por favor. Apenas logré salir con vida y no quiero que me vuelvan a sedar por cualquier disgusto que tenga.

Por la puerta, la cual fue abierta lentamente, entra un chico bien parecido a quien no tardo en reconocer.

—Ben... Hola —se acerca rápidamente y deja un abrazo. —No esperaba que vinieras.

—Y como no hacerlo, si me entero en las noticias que te trajeron acá.

—Pero ya estoy bien, de verdad. Mira ya conoces a mi madre —le hice una seña con mi mano. —Y él es Matt, un amigo.

El momento en que estuve hablando con Ben fue muy corto, lo digo porque el doctor entró a la habitación y ordenó que salieran.

Me revisaron por sexta vez y me indicaron que debo guardar mucho reposo de ahora en adelante. El tratamiento anterior era efectivo en mi, sin embargo con los nuevos análisis que me practicaron, lo más conveniente es cambiarlo y esperar que sus efectos sean para mi bien.

Casi me quedo dormida de no ser porque alguien entró e hizo que el poco sueño que tenía se esfumara.

- ¿Podemos hablar? - le di la vuelta a mi rostro para no verle, es que, ¿Piensa que todo volverá a ser igual?

- Veo que no quieres hablarme, bien, entonces escúchame... Mi relación pasajera con Sarah fue eso... pasajera. Nunca quise lastimar a tu madre y menos a ti. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Hicimos algo mal? ¿Estos catorce años no han significado nada para ti?

- Pero lo hiciste - dije interrumpiedo - Y no solo eso, poco a poco acabaste conmigo de la forma más cruel que pude esperar de cualquiera menos de ti.

—Ustedes no hicieron nada, si hay un culpable únicamente soy yo. Angela se que de momento me odias, pero quiero pedirte que me perdones por favor.




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