Han pasado algunos meses y hoy estamos en una alegre pero íntima reunión en casa para celebrar mi cumpleaños número 22.
- Les agradecemos la invitación señora, tenemos algo que decirles - dijo mi amiga con tanta felicidad.
- Antes que nada le agradezco el que me haya dado la oportunidad de trabajar con usted señor Zuckerman - dijo Matt - Como parte de la seguridad y ahora como accionista de sus empresas.
Lo había olvidado, debido a sus estudios y que ayudó muchísimo a Bayle durante mi ausencia a manejar asuntos de la empresa, mamá, papá y yo estuvimos de acuerdo en que Matt fuese el accionista que faltaba.
- También queremos pedirles a Evan y Angela - la sonrisa de Bayle se ensancha cada vez más - Que sean los padrinos de nuestro pequeño hijo.
Señaló su vientre y todos nos sorprendimos por la noticia.
- ¡Felicidades! ¡Voy a ser tía! - grité emocionada, al fin van a formar una hermosa familia.
- Yo también quiero hacer un anuncio - dijo Evan y todos lo vimos con sorpresa.
- En verdad estoy muy feliz por el hecho de que hoy estemos todos aquí para festejar tu cumpleaños princesa...
Su voz se quebró levemente, sin embargo continuó.
- Hemos pasado por muchos problemas tanto tu y yo, como en nuestras familias, atravesamos cosas que jamás imaginamos y a pesar de todo has logrado superarlas poco a poco con ayuda de todos los que te queremos... Quiero que sepas que te amo, te amo y nunca me voy a cansar de decírtelo. Aún recuerdo aquella pequeña broma que te hice cuando nos conocimos - reí de solo recordar que casi me ahogo por su culpa - Pasamos tantos bellos momentos juntos y nunca me sentí tan mal como en aquellas dos ocasiones en que casi te pierdo... Por eso hoy... Delante de nuestros padres y amigos quiero preguntarte nuevamente - se inca en una rodilla y abre una pequeña caja de terciopelo negro y dentro de ella un anillo de oro con un diamante incrustado - Angela Christine Zuckerman... ¿Te quieres casar conmigo?
- ¿A pesar de todo? - le dije refieriéndome a lo que me pasó.
- A pesar de todo.
Mis ojos ya estaban empañados de lágrimas y me sentía incapaz de articular palabra alguna, así que solo asentí mostrando una sonrisa.
Tomó mi rostro entre sus manos - Te amo mucho mi vida - luego nos dimos un tierno pero apasionado beso.
Festejamos el resto de la tarde.
Días después en la madrugada, desperté por los gritos de mamá.
- ¡¿Mamá estás bien?!
- Ya_ya viene... tu hermano ya va a nacer.
Me vestí con unos jeans y una remera blanca.
Papá estaba preparando un bolso con todas las cosas para el bebé y yo uno para mamá.
Salí de la habitación con el bolso encima mientras papá la ayudaba a bajar las escaleras.
- ¡RAYMOND! ¡JAMES! - grité el nombre de los dos y no demoraron en llegar.
- Diga señorita.
- Preparen el auto que la señora está por dar a luz. ¡YA!
Grité algo nerviosa, mamá ya estaba en la entrada de la casa y nos fuimos directo al hospital.
Horas después
Estábamos en la sala de espera Evan, sus padres, Bayle, Matt y yo aún sin tener noticias de mamá.
Papá entró con ella, pero estoy preocupada porque en sus constantes chequeos decía que su embarazo, debido a su edad, era de alto riesgo.
Solo quiero que esto salga bien.
- Papá - dije al ver que salía del quirófano - ¿Cómo está ella?
- Todo salió perfecto, ya eres la hermana mayor.
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Meses después
La recepción de la boda es fenomenal.
El lugar está decorado de lo más elegante que pueda haber.
Después de que Evan y yo bailamos por primera vez como esposos, todos se nos unieron.
Mi vestido blanco quedó perfecto, tal y como había deseado.
- Ya quiero que estemos a solas - susurró mi esposo posando sus manos en mis hombros y dando besos en mi cuello.
- Pronto estaremos solos.
Escuchamos que alguien se aclara la garganta y nos fijamos en papá, quien tiene una mirada celosa. Antes de entregarme en el altar me dijo que no importa cuantos años tenga, o si estoy casada, soltera o divorciada, siempre voy a ser su niña, la que llegó a sus vidas y alegraba sus mañanas, la que siempre hacía alguna travesura y demostraba que tan feliz era con ellos. Esa soy yo y seguiré siendo así.
- Hola papi ¿Que se te ofrece?
- Tanto tus padres como nosotros decidimos darles nuestro regalo de bodas - nos tiende un sobre blanco que contiene dos boletos de avión - Si no se dan prisa van a perder el vuelo.
- Muchas gracias papá - le di un fuerte abrazo y me despedí de mamá, del pequeño Mark, de Bayle y Matt para irnos a nuestra luna de miel.
En todo el viaje, Evan estuvo tranquilo y no soltó mi mano en ningún momento.
Llegamos al hotel y nos entregaron nuestra respectiva llave, la recepcionista nos felicitó y me pareció que le hizo una miradita coqueta a mí esposo.
Una vez en la habitación, Evan me cargó hasta recostarme en la cama, donde comenzó a dejar besos en mi boca y cuello.
La intensidad con que me besa es tanta que me cuesta seguirle el ritmo, con sus mano encontró el cierre de mi vestido y lo bajó lentamente, mientras que yo desabrochaba los botones de su camisa uno a uno.
Sin romper el beso, nos levantamos y dejó caer mi vestido, hizo lo mismo con su camisa. Nos separamos solo un momento, se quitó sus zapatos y sus pantalones, lo observé atentamente hasta que tomó mis manos y me empujó suavemente hasta quedar nuevamente en la cama.
Me ayudó a quitarme el sostén y quedé al igual que él, solo con bragas.
Me observó por unos minutos que para mi fueron eternos, pues recorrió mi cuerpo de arriba hacia abajo y me sentí cohibida, por inercia cubrí mis senos con mis manos.
- Mi amor - me dijo en un pequeño susurro - No tienes por qué sentirte mal, yo te amo así tal y como eres. Para mi eres perfecta y si no quieres continiuar, por mi está bien. Puedo ser paciente.
Editado: 13.12.2021