Sólo Somos Vecinos

Capítulo 3

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― ¿Te sigue doliendo la panza? ― Preguntó Cassie con preocupación, entrando a la cocina. 

― Ya se me está pasando, cariño, no te asustes. ― Respondió Aby, limpiándose las lágrimas y tratando de poner una sonrisa en su rostro. 

― Me gusta tu “tienza”. ― Dijo la niña señalándole el cabello.  

― ¿Mi trenza? ― Preguntó Aby, tocándose el peinado. ― ¿Quieres que te haga una? 

― ¡Sí! ― Exclamó la pequeña con entusiasmo. ― ¡Papá no sabe hacer “tienzas”! 

Daniel y Aby rieron. 

― Anda, ve por una liga y un cepillo y te la hago, a ver si tu papá puede aprender. ― Le dijo Aby guiñándole un ojo. 

La pequeña no lo pensó dos veces y salió disparada de la cocina. 

― Hay buenos tutoriales en Youtube para hacer todo tipo de trenzas. ― Musitó Aby volviéndose a limpiar las lágrimas. 

Daniel soltó un suspiro. 

― Lo supongo... ― Dijo negando. ― Pero apenas sí me da tiempo para hacerle una coleta. Créeme que no es fácil trabajar, ser amo de casa y papá de una niña traviesa al mismo tiempo. 

Aby sólo asintió. 

― Además, Cassie es super ingeniosa. ― Dijo Daniel con una sonrisa. ― ¡Tiene cada ocurrencia! 

La niña llegó corriendo y dejó el cepillo y varias ligas de colores sobre la mesa. 

― ¿Tantas ligas? ― Preguntó Aby asombrada. ― Sólo necesitamos una. 

Casandra sólo rio traviesamente. 

― Bien. ― Aby soltó un suspiro mientras empezaba a cepillar el cabello de la pequeña. ― Veamos qué podemos hacer.  

Su teléfono empezó a sonar y ella lo sacó del bolsillo de su pantalón. 

― Mamá. ― Dijo con un gemido. 

― Contéstale y sígueme la corriente. ― Señaló Daniel. 

Ella lo miró extrañada por un instante, y luego asintió mientras activaba la llamada. 

― Madre. ― Dijo escuetamente. 

― ¿Por qué te fuiste así? ― Dijo la mujer evidentemente enojada. ― ¡Qué vergüenza me hiciste pasar! 

― ¿Yo te hice pasar vergüenza? ― Respondió Abigaíl tratando de no gritar. ― ¿Invitar a espaldas mías a ese gusano traidor no te parece suficiente ofensa para mí? 

― ¡Deberías darle otra oportunidad! ― Exclamó la mamá. ― ¿Quién te dice que no ha cambiado? 

― ¡Mamá! ¡Está divorciado porque su esposa lo encontró con otra mujer! 

― ¡Basta ya! ― Exclamó Daniel. ― ¿Cuánto tiempo más me vas a seguir escondiendo?  

― ¿Qué? ― Dijeron Aby y su mamá al mismo tiempo. 

― ¿Crees que me resulta agradable ver que tu madre te quiere meter con cuanto tipo se encuentra sólo porque no te atreves a decirle de lo nuestro? ― Volvió a hablar Daniel, bastante alto. 

Aby lo miró con los ojos abiertos de par en par sin saber qué decir. 

― ¿Quién es ese? ― Gritó su mamá. ― ¿De qué está hablando? ¿Qué es tuyo? 

― ¡Ya estoy cansado de esta situación! ― Exclamó Daniel y le guiñó el ojo a su hija, quien lo miraba con curiosidad. 

― ¡Sí! ¡Ya estamos cansados! ― Exclamó la pequeña asintiendo con su cabecita. ― ¡Ahora péiname mi “tienza”! 

― ¿Quién es esa niña? ― Gritó su mamá. 

Aby, sin saber qué decir, cortó la llamada. 

― ¿Qué fue eso? ― Preguntó totalmente desconcertada mientras su teléfono volvía a sonar. 

Daniel se encogió de hombros. 

― Si le dices a tu mamá que sales conmigo, te va a dejar de presentar a idiotas. ¿No crees? 

― Pero...   

― Mi “tienza” ― Dijo la pequeña jalándole levemente la manga de la blusa. 

Aby asintió, apagó su teléfono y empezó a cepillar de nuevo a la niña mientras trataba de entender, con el ceño fruncido, qué es lo que había pasado. 

― ¿Con quién estamos enojados? ― Preguntó Cassie mientras la peinaban. 

― Con la mamá de Aby. ― Dijo su papá mientras tomaba su taza de café. 

― ¿Quién es Aby? ― Volvió a preguntar la niña. 

― Yo... ― Señaló la aludida. ― Me llamo Abigaíl. 

― ¡Oh! ¿También te divorciaste de tu mamá? 

Aby rio sin poderlo evitar. 

― Eso intento. ― Dijo con una sonrisa. ― Pero ella no me deja. 

― Papi tiene un “bogado” que nos divorció. ― Dijo la niña inocentemente. ― Dile que te lo “pieste”. 

― Lo tomaré en cuenta. ― Asintió Aby con seriedad, mientras trenzaba un pequeño tramo del cabello y ponía una liga. Luego se dirigió a Daniel. ― Mamá va a exigir conocerte. 

― Le dices que no la quiero conocer. ― Dijo él, encogiéndose de hombros, mientras miraba atentamente cómo Aby trenzaba otro tramo y ponía una nueva liga. ― Que estoy enojado con ella porque te quiere separar de mi lado. 




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