“solo Soy Adam Hoffmann”.

Visitas inesperadas

Cap. 22

Bruno.

La silla gira mientras me muevo de un lado a otro, ya que estoy separando los manuales que imprimí sobre el uso de una máquina.

el sonido de una cascada y aves suena en mi bocina, el aroma de la lavanda me hace inhalar de vez en cuando, mientras que por el ventanal veo cómo las gotas de agua se deslizan, la neblina deja ver poco el exterior.

No son todavía ni las tres de la tarde dos horas más y todo abra terminado.

Mi celular vibra y de inmediato lo tomo esperando que se un mensaje de Leslie, quien desde que dijo que iría a Londres no he vuelto a saber de ella, y de eso ya han pasado tres meses no se porque aún sigo esperando un mensaje de ella, sé que volvió después de lo estipulado, pero no se me hizo bien mandarle mensaje no quiero hostigarla. Sin embargo, si espero su mensaje.

Continuó con lo que estoy haciendo, cuando el teléfono suena, contesto:

—Señor Hartmann, tiene una visita exclusiva.

Me alegro por un momento, pensando qué tal vez ella vino hasta acá.

—¿Visita exclusiva? —preguntó con incredulidad.

—así es, ¿Hago que pase?

—Por supuesto Margot, haz que suba.

me detallo y veo que solo me falta acomodarme el pelo, me acomodo el suéter y trato de terminar de acomodar los papeles que me faltaban.

No llaman a la puerta solo la abren y la persona que veo me hace bajar los hombros y borrar mi sonrisa.

Entra quitándose los lentes y haciéndose a un lado la bufanda, no dice nada solo se encamina al sanitario y escucho como baja la cadena y el chorro de agua después.

¿Qué esperaba? ¿Que la señorita Leslie entrara por esa puerta y me dijera aquí estoy ya no me iré? Pero sobre todo ¿qué hago pensando en ella después de tanto tiempo, ni siquiera llegamos a nada? Gruño irritado.

—¿Tienes gel antibacterial?—habla el hombre que tengo casi un año sin verlo en persona y lo primero que dice es si tengo gel antibacterial.

Me muevo y lo saco del cajón que está detrás de mi y se lo entrego.

—A mi también me da gusto verte, colega. —le digo cuando toma asiento y limpia su celular. —¿Qué haces aquí?

—Vine por lo del asunto de Francis, te lo dije en un correo. —me mira.

—Me hubieras avisado y hubiese ido por ti. ¿Cuánto tiempo estarás aquí?

—Me voy mañana en la noche. Solo que pasaba para ir a beber unos tragos después de tu salida.

—Oh, creí que dirías que suspendiera mis labores y nos fuéramos de una vez.

—Solo faltan dos horas para que termine la jornada, así que si tienes algo para mi puedo revisarlo de una vez.

Si insiste, le paso una serie de documentos que iba a enviar para que revisara.

—puedes apagar tu incienso, me da migraña y nauseas.

Ya se estaba tardando en exigir. Apago dicho aroma y enciendo el aire para que el olor se disipe.

—¿Por qué tienes todo tan desordenado? —dice mientras revisa los documentos. Veo mi escritorio y puede que tenga papeles encima pero no está tirado. Bueno al menos no a mi perspectiva.

—Son cosas que estoy utilizando, antes de irme siempre recojo todo y lo sabes.

—umm. —es lo único que medio dice, estanos su firma y deja todo acomodado nuevamente, —saldré a los laboratorios. Te ve en media hora.

—Le dire a la secretaria que te acompañe.

Medio asiente y se da la vuelta.

Me apresuro a terminar con las hojas y antes de seguirlo medio limpio el escritorio.

Los alcanzó cuando está detallando cómo trabajan los de mantenimiento. Está parado en el umbral sin decir nada y alejado de los empleados, solo observa.

—Jefe, ¿listo para ir a beber unas cervezas después de aquí? —dicen los hombres que se limpian la grasa en una jerga. —¿A donde mandó a la Inge Cooper? Llevamos días esperándola.

Adam me voltea a ver interrogándome con la mirada.

—Claro que beberemos cerveza, la señorita Cooper vendrá pasado mañana, y por cierto les presento al hombre que nos paga las cuentas.

Todos voltean a ver a Adam, quien solo mueve la cabeza a modo de saludo. Cuando intentan venir a saludarlo me mira y me exasperan sus malditas señas.

—El Ingeniero Hoffmann, agradece su iniciativa de querer saludarlo pero prefiere que se queden trabajando, con permiso señores, lo tomo de los hombros y lo encamino a la salida.

Escucho que murmuran que si es mudo y me da risa.

Continuamos a los laboratorios y Margot nos acompaña mientras habla y habla conmigo ya que Adam le da por ignorarla.

Hace sus caras cuando ve que no hacen las cosas como él quiere y me veo en la situación de decirle que deje que lo hagan a su ritmo, se enoja cuando les doy su tiempo. Pero debe entender que no todos trabajan a su mismo modo.

Cuando es la hora de salir nos encaminamos a fuera y nos vamos directamente a un bar.

—eres demasiado condescendiente.

—Tal vez, me gusta que haya buen ambiente laboral, además de que siempre tienen listo todo a tiempo. Las cuentas te dan y las fechas se respetan confórmate con eso.

No me dice nada, sabe que tengo razón. Los canadienses trabajan de otro modo diferente que los alemanes y eso lo agradezco. Me gusta tomarme mi tiempo siempre y cuando sea cuando deberé entregar resultados y bien.

—la producción va bien acá, sabes que cuando me tengo que plebe exigente lo hago. Confía en mí por una vez.

—Tampoco me gusta la seguridad que tienes, me dejaron entrar como si nada.

—¿Les dijiste quién eras?

—supongo que sí.

—tienen permitido darte acceso.

—aún así, fue muy sencillo entrar, haz que se pongan más estrictos.

—bien. ¿Crees Que deba cambiar a mi asistente?

—¿por?

—Creí que dirías que es un poco mayor para el puesto.

—Mientras quiera y pueda trabajar su puesto está asegurado.

—que bueno, porque me ayuda a ser profesional.

—sí, por eso mismo digo lo que digo.

Nos reímos.

—Solo encárgate de mejorar un poco más el ares de mantenimiento, que alguien acertijo tome el lugar, se nota que tienen muchas horas libres, sé que el trabajo lo vale, pero que se encarguen de otras situaciones.
—Bien, pero, puedes quedarte y ver cómo trabajan, la mujer que está encargada de esa área salió a resolver unos asuntos, pero verás que en cuanto vuelva pone a todos aquellos a aumentar su participación laboral.
—No tengo el tiempo, sabes que tengo proyectos próximos y tengo que dejar allá todo en orden, además este lugar no me agrada del todo. —mira a su alrededor. —encárgate de lo que te mencioné.




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