Solo tú

20. JinKook

Estoy sentado en el sofá del apartamento que comparto con mis seis compañeros de grupo, aburrido, porque mi novia ha salido con su prima para celebrar el nuevo empleo de la segunda. Por lo visto, podrá asentarse en Seúl y casarse con su prometido muy pronto. 

Apago el televisor cuando veo que no ponen nada interesante y escucho que dos de mis compañeros bajan las escaleras que dan a las habitaciones y me miran confundidos. 

—¿Por qué no estás con tu novia? —quiere saber HoYung extrañado al verme allí.

—Esta noche sale con su prima para celebrar que la han contratado. ¿A dónde vais vosotros? —pregunto al verles vestidos, en vez de con el pijama. 

—Al cine. Tenemos ganas de salir. ¿Te apuntas? 

Lo pienso durante unos segundos, asiento y me levanto para subir las escaleras y cambiarme.

Nos montamos en mi coche y pongo rumbo hacia el cine. Nuestros rostros están tapados por las mascarillas y por las gorras de béisbol, para que nadie nos reconozca, compramos las entradas y entramos en la sala. 

Nos sentamos en nuestros asientos asignados con las palomitas y las bebidas preparadas. 

La película comienza y estamos disfrutando de ella cuando mi móvil vibra en el bolsillo de mi pantalón. Lo saco para ver quién es y veo el nombre de mi novia. 

Le paso las palomitas a YoonKi y salgo de la sala descolgando. 

Una sonrisa está dibujada en mis labios cuando contesto:

—¿Tanto habéis bebido que me llamas para recogeros? 

—JK… —escucho la voz de Belinda, rota por el llanto y la angustia.

—¿Qué ocurre? —mi sonrisa se desvanece.

—Elenor… —las palabras no salen de la boca de la chica y empiezo a desesperarme—. Está herida.

Al escuchar aquella última palabra mi corazón deja de latir y mis pulmones se olvidan de respirar. 

—¿Herida? ¿Qué ha pasado? —la interrogo con los nervios a flor de piel. 

—Su ex jefe le ha clavado… un cuchillo en el vientre. La ha abrazado con la excusa de disculparse y, de la nada, ha sacado un puñal y se lo ha clavado —solloza la joven por el auricular del móvil. 

—Voy para allá. 

Estoy a punto de dar un paso hacia la salida cuando las manos de mis compañeros me frenan. Observan mi estado de pánico y se interesan por lo sucedido. 

Intento explicarles lo que me han dicho y los tres nos dirigimos al hospital. 

YoonKi conduce por mí porque no estoy en condiciones de hacerlo y poner sus vidas en riesgo. Las lágrimas no dejan de salir de mis ojos.

***

El camino hacia el hospital se me hace eterno y me tiro del coche aún en marcha al llegar a la entrada principal. 

Corro hacia Belinda y la abrazo preguntando por mi novia. 

—La están operando. Nadie ha salido aún —me informa con los ojos rojos por el llanto. 

Nos sentamos para esperar impacientes a que alguien se digne a explicarnos lo que está ocurriendo dentro de ese quirófano y mis compañeros llegan con la respiración agitada por la carrera. 

—¿Qué se sabe? —inquiere HoYung al sentarse a mi lado y pasar su brazo por mis hombros como apoyo. 

—Nada. Aún la están operando —contesto enjugando las lágrimas que empapan la mascarilla. 

Les presento a Belinda cuando ambos la miran y nos acompañan en la espera por saber cómo se encuentra mi novia.

***

Los minutos pasan lentamente hasta que el cirujano sale del quirófano y nos informa del estado de salud de Elenor. 

Dejo salir el aire que he estado conteniendo en cuanto escucho las palabras “fuera de peligro” y le hago una gran reverencia al médico para agradecerle su trabajo y su esfuerzo. 

Veo que sacan la camilla con mi chica encima, aún dormida por la anestesia de la operación, y la seguimos hacia la habitación que le asignan. 

Me siento a su lado con su mano entre las mías, dejando besos en la punta de sus dedos y sin quitar mis ojos de su rostro. 

—¿Qué ha pasado con el hombre que le ha hecho esto? —le pregunta YoonKi a Belinda en un susurro, creyendo que yo no lo escucho. 

—Lo han detenido. La policía me está esperando para declarar como testigo y a ella para la denuncia —contesta la muchacha mirando la pantalla de su móvil que está parpadeando con una llamada entrante—. Disculpadme, es mi tía. 

Sale de la habitación para hablar con la madre de mi novia y mis compañeros se quedan conmigo.

Aún no me creo que esto esté pasando. ¿Será una pesadilla de la que todavía no me he despertado? 

Siento la mano cálida de HoYung en mi hombro y me doy cuenta de que no estoy dentro de una pesadilla. Todo es real y he estado a punto de perderla. 

—Por la mañana volveremos a verla con los demás, ¿te parece bien? ¿Necesitas que te traiga algo? —me inquiere YoonKi desde los pies de la camilla. 



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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