Solo tú

35. TaeJoon

La semana vuelve a empezar y nuestro mánager nos avisa de que hoy tenemos una nueva reunión en la editorial para ver cómo ha quedado el primer cuento ya escrito por SuHye e ilustrado por Lee JiSu. Además, el segundo cuento ya está entregado para la última lectura y le faltan algunas ilustraciones que HoYung y yo debemos ver.

Estoy emocionado por ver el resultado final del cuento, ya que la escritora, mi novia, no me ha dejado leerlo antes de la reunión. 

Los siete salimos del garaje de la empresa y el conductor de la furgoneta pone rumbo hacia la editorial.

Al llegar, para nuestra sorpresa, no hay periodistas ni fotógrafos en la puerta y entramos en el recibidor del edificio para dirigirnos hacia los ascensores.

Cuando la puerta metálica del elevador se abre, nuestro mánager nos guia hacia la sala de reuniones y nos sentamos alrededor de la mesa rectangular para esperar a la editora, a la escritora y a la ilustradora.

MinSuk, la directora de la editorial, nos pide disculpas por la tardanza y, mientras ellas vienen, nos enseña el primer cuento ya impreso.

JK y Jan lo cogen con delicadeza y los ojos abiertos de par en par, sorprendidos por la belleza del libro.

—Es precioso. Las ilustraciones son espectaculares —dice Jan pasando las páginas con miedo de romperlo o doblarlo.

—Debo reconocer que son mejores que mis dibujos —apunta JK agarrando el cuento entre sus dedos.

—Me alegro mucho de que os guste. Nos gustaría saber si queréis que se publique ya o si preferís esperar a que los otros dos estén listos —nos comenta MinSuk recogiendo los libros que le devolvemos.

—Creo que es mejor esperar. Tal vez podamos hacer una firma de libros y nos aseguramos de que la gente lo compre. Tendrán mucho más valor con sus firmas —contesta nuestro mánager dejando el móvil sobre la mesa.

—Me parece estupendo. ¿Queréis que se publique solo en Corea o que sean traducidos en otros idiomas para que todos vuestros seguidores tengan la oportunidad de tenerlos?

—Traducidos. Tendremos mayores beneficios para las ONGs. Debo corroborarlo, pero creo que podríamos ayudar también a otras organizaciones en otros países. Por ejemplo, los beneficios de los libros vendidos en España que se queden en una ONG del país.

—Es una idea magnífica. Es muy generoso de vuestra parte ofrecer esta ayuda —nos alaba la mujer unos segundos antes de que la puerta se abra dejando paso a las tres chicas que faltaban.

El trío se disculpa con una reverencia de noventa grados y se sientan alrededor de la mesa para continuar con la reunión. 

Echo un vistazo a los ojos celestes de la escritora y frunzo el ceño al verlos rojos. “¿Ha llorado?”, me pregunto buscando su mano por debajo de la mesa.

Ella la agarra con fuerza, respira hondo y aparta su mirada de la mía, casi con vergüenza.

Aquella reacción no me está dando buena espina y, mucho menos, cuando las tres hablan con su jefa en inglés.

Miro a NamYoon para que traduzca, pero parece estar demasiado absorto en la conversación de las féminas.

Sus ojos se entrecierran y veo cómo la mascarilla se le mueve al dejar salir su barbilla. Esa no es una buena señal y no puedo aguantar más la curiosidad:

—¿De qué estáis hablando? 

—Hay un pequeño inconveniente en la impresión del cuento —responde Elenor sin apartar sus ojos verdes del líder.

—¿Qué ocurre? 

—Al parecer una rata está destruyendo la última tirada, pero lo resolveremos después de terminar la reunión —contesta MinSuk con el ojo parpadeando sin control.

—En ese caso, continuemos para no perder tiempo. ¿Está terminado el segundo cuento? —Quiere saber nuestro mánager mirando a la escritora.

La joven asiente y manda el archivo hacia el proyector.

Como era de esperar, SuHye ha hecho un gran trabajo y los primeros dibujos de la ilustradora son maravillosos.

El cuento de HoYung y mío no tenía ilustraciones previas, sin embargo, JiSu ha plasmado cada escena con total realidad.

—Para la siguiente reunión las tendré acabadas y se las enviaré a Elenor antes de que vayan a la imprenta —nos asegura la ilustradora echando un vistazo a la escritora.

***

La reunión termina, NamYoon se acerca a mí, apoya su brazo en mis hombros y se inclina un poco hacia mi oído para decirme lo que menos espero:

—No hay ningún problema en la imprenta. Estaban hablando sobre el editor.

—¿Qué ha hecho esta vez? —Inquiero con la preocupación en la voz y parando mi caminata hacia el ascensor.

—Eso mejor se lo preguntas a ella, pero te apoyaré en lo que hagas.

Esas palabras no me tranquilizan tanto como yo quisiera. Doy media vuelta, seguido de mis compañeros y nuestro mánager, y, aunque es una falta de respeto a los trabajadores, abro la puerta de la sala de reuniones sin llamar.

Mis ojos recorren la estancia buscando a mi novia cuando veo que el editor está dentro.



#13236 en Novela romántica
#1854 en Novela contemporánea

En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.