Solo tú

74. YoonKi

La coreografía ha continuado durante toda la mañana y todos estamos cansados, sin embargo, no nos queda más remedio que continuar. El concierto para lanzar el single del siguiente álbum está próximo y, desafortunadamente, los siete somos perfeccionistas.

Queremos que todo salga como está planeado, aunque sea difícil.

Descansamos durante unos minutos para reponer fuerzas con el almuerzo, miro la hora en el móvil y le mando un mensaje a mi novia para saber si ya ha salido de la entrevista.

No pasa ni un minuto cuando recibo su llamada mientras aún está caminando por la calle.

—Hola, amore. ¿Qué tal el ensayo? —me pregunta en cuanto descuelgo.

—Cansado, como siempre. ¿Y la entrevista? ¿Te han contratado? —Estoy emocionado y nervioso a la vez.

—Acabo de salir y creo que ha ido bien. Me llamarán en menos de veinticuatro horas si es un sí, si no me llaman, es un no. Y tendré que seguir buscando la oportunidad.

—Seguro que te llaman. ¿Te apetece venir esta tarde a la casa para celebrarlo con los chicos y las chicas?

—Aún no me han dado el empleo, amore, pero, sí, voy para allá. ¿Hay alguien en la casa? —me dice con la voz entrecortada por caminar mientras habla.

—Muy probablemente esté SuHye. Llámala para confirmarlo. Nos vemos en unas horas.

—De acuerdo. No ensayéis mucho. Hasta luego, amore.

Cuelga la llamada y alzo la mirada hacia mis compañeros para encontrar que están los seis con la mirada clavada en mí y una leve sonrisa en sus labios.

—¿Qué miráis? —les pregunto confundido.

—Es increíble verte enamorado —responde JoMin antes de alargar su sonrisa.

—Increíble y extraño —apunta JK dando un sorbo a su bebida.

—Sois unos pesados. Vosotros también estáis enamorados. ¿Qué diferencia hay? —inquiero, indignado. «Como si yo no tuviera sentimientos», pienso enfadado.

—Cierto. Pero es más fácil verlos a ellos enamorados que a ti. No eres tan receptivo a dejar ver tus emociones y, ya sé que has cambiado, no obstante, aún hay veces que eres reservado —agrega Jan excusando su perorata alzando las manos para que yo no replique.

—Estoy mejorando en ese campo. No es fácil dejar de serlo cuando he estado tanto tiempo guardándolo para mí —explico para que intenten comprenderme.

***

Nuestro ensayo está a punto de terminar y me preparo con rapidez, apurando a mis compañeros, para llegar a la casa temprano y estar más tiempo con mi novia antes de que tenga que irse a trabajar a la emisora.

Nos montamos en el coche escoltados para que los fotógrafos y los seguidores no nos asedien, aunque saludamos desde lejos, y ponemos rumbo hacia la urbanización.

En cuanto el vehículo entra en el garaje, me apeo antes de que apague el motor y corro hacia el interior de la vivienda para abrazar y besar a Mónica.

La encuentro sentada a la mesa junto a SuHye y un café en las manos. Me acerco a ella, le enmarco el rostro con mis manos y le dejo un beso en los labios. Veo su cara de sorpresa y me siento a su lado.  

—Buenas tardes —me saluda SuHye al sentirse ignorada.

La saludo agarrando la mano de mi novia para entrelazarla con la mía y los chicos entran en la casa unos minutos antes de que lo hagan Elenor y EunSu.

—¿Hay reunión familiar y no nos hemos enterado? —quiere saber la editora sorprendida al ver a todos juntos, incluida la locutora.

—No, amor. Mónica ha ido a una entrevista para otra emisora de radio y vamos a celebrarlo —contesta su novio agarrando la cintura de la mujer para sentarla en su regazo.

—Enhorabuena. ¿Ahora es horario de mañana? —inquiere la agente inmobiliaria dejando que JoMin rodee su cintura con sus brazos para abrazarla y apoyar la cabeza en su vientre.

—Aún no me han aceptado. YoonKi es un exagerado —responde mi chica con una sonrisa en los labios al dejarme un leve golpecito en la punta de la nariz.

—Porque estoy seguro de que te llamarán para decirte que empieces cuanto antes. Ya verás cómo mañana me llamas para decírmelo —le digo dejando un beso en el dorso de su mano.

—Una predicción de YoonKidamus —comenta nuestro líder con un guiño de ojo lleno de complicidad con mis compañeros.

—No será la primera vez que acierte ni será la última.

***

Para mi mala suerte, la hora ha llegado y mi chica debe ir a trabajar. Ha venido en su coche, por lo que esta vez no tengo la excusa para llevarla. La acompaño hasta el recibidor, la beso hasta que ella me dice basta porque llegará tarde y le abro la puerta a regañadientes.

Da un paso hacia la tabla de madera para traspasar el hueco, pero la cierro y me pongo delante para que no pueda abrirla.

Amore, tengo que irme o llegaré tarde —me dice con una sonrisita para ocultar la carcajada de mi pequeña rabieta.

—Despídete. Te van a contratar en la otra emisora, así que, no hace falta que vayas a trabajar ahora —le explico agarrando su cintura para atraerla hacia mi cuerpo.



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En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

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