Solo tú

83. NamYoon

Entramos todos juntos al estudio de grabación y ya están las estilistas y peluqueras preparadas para peinarnos y vestirnos. Vamos a grabar un nuevo episodio del programa para que, cuando nos vayamos de vacaciones a finales de este mes, nuestras seguidoras puedan continuar disfrutando de nuestras locuras. 

Todos estamos listos, nos sentamos en las sillas que han dispuesto alrededor de una mesa auxiliar y el director da comienzo con la grabación. Nos explica lo que vamos a hacer y estamos alegres de jugar al UNO, pero con nuestras fotografías plasmadas en las cartas. 

Nos asombramos de vernos estampados en el juego mítico de cartas de colores y nos ponemos manos a la obra con la partida. 

La partida está empezando y tiro una carta de +2 a JK, éste sonríe con travesura y se descarta de otro +2 que le llega a Jan. Sin embargo, la emoción aún no ha acabado y nuestro hyung tira la misma carta. Nuestra competitividad aumenta cuando YoonKi saca la carta de +4 y TaeJoon tiene que robar diez cartas en un solo turno. 

Cuando la partida acaba, nos ponemos en dos equipos y comenzamos un nuevo juego. Esta vez, nos toca dibujar partes de la canción que el director nos dé y los miembros del mismo equipo deben acertarla para poder llevarnos puntos.

Soy el primero en dibujar y me toca una canción bastante fácil para que mis compañeros de equipo, HoYung, JK y JoMin, puedan adivinarla. 

No me equivoqué en absoluto cuando pensé en el dibujo, ya que HoYung la acierta con rapidez. 

El tercer juego consiste en acertar una parte específica de la canción que uno de nosotros hará con mímica. No es fácil recordar una parte concreta de una canción solo con mímica. 

Nos dejan un pequeño descanso después de este juego y miro mi móvil. Tengo una llamada perdida de nuestro productor y eso no me da buena espina. 

Le hago una rellamada y me contesta con la voz más seria que no he escuchado en los once años que lo conozco. Me preocupa solo oírlo en ese tono y mi miedo se hace realidad cuando me dice:

—NamYoon, cuando terminéis de grabar venid a la empresa. La denuncia por plagio sigue adelante y quiero hablar con vosotros. 

—De acuerdo. ¿Los abogados están trabajando ya en ello? 

—Más o menos. Hablaremos cuando lleguéis. Hasta luego. 

Cuelgo y respiro hondo para no preocupar a mis compañeros innecesariamente, al menos, hasta que termine la grabación.

***

El episodio se me ha hecho muy largo y he tenido que aguantar mi preocupación más de lo necesario. Salimos del estudio, nos montamos en la furgoneta y ponemos rumbo hacia la empresa. 

—Chicos, la denuncia de plagio sigue adelante —les informo con el rostro serio bajo la mascarilla. 

—¿Qué ha pasado? ¿No estaban los abogados llevando el asunto? —quiere saber YoonKi asombrado por la noticia. 

—No estoy seguro. Nuestro productor quiere vernos para hablar de ello. Espero que nos dé más respuestas en persona que las que me ha dado a mí por teléfono. 

—¿Qué te ha dicho? 

—Nada, ese es el problema. 

En cuanto el vehículo aparca en el garaje subterráneo, los siete nos ponemos en marcha hacia el ascensor, subimos a la décima planta y entramos en el despacho de nuestro productor cuando nos da permiso. Nos sentamos alrededor de la mesa ovalada de reuniones y lo miramos con expectación. 

—¿Qué ha pasado? ¿No estaba en manos de los abogados esa absurda denuncia? —se interesa Jan al ver que no puedo hablar por la impotencia de no saber qué hacer.

—Eso pensaba yo. Ha habido un pequeño problema con el bufete de abogados que lo iba a llevar…

—¿Qué problema? —lo interrumpe YoonKi con pocas ganas de bromas. 

—Era una estafa —vemos la cara avergonzada de nuestro productor y nos quedamos petrificados ante la noticia. 

—¿Cómo puede un bufete de abogados ser una estafa? ¿No pediste credenciales? —pregunta JK un poco tenso, aunque controlando su ímpetu para no regañar al hombre con demasiada crueldad al ver lo avergonzado que está.

—No lo hice. Lo siento mucho, chicos. Voy a reparar mi error y no volverá a pasar. Ya me he puesto en contacto con otro bufete y he pedido credenciales y muchas pruebas que corroboren su profesionalidad y que son abogados de verdad. 

—¿Cuándo te vas a reunir con ellos? —inquiero, intentando que no se me note la rabia. 

—El viernes por la tarde. ¿Estáis invitados si queréis estar presentes y conocerlos? 

—Por supuesto que queremos estar presentes. No volveremos a caer en una estafa. Aquí estaremos sin falta —le aseguro antes de levantarme con demasiada fuerza y salir de la estancia para respirar hondo y calmarme. 

Regresamos a la casa en silencio, por primera vez en muchos años de convivencia, y subimos a nuestras respectivas habitaciones para descansar de todo ese día tan estresante.

 



#13234 en Novela romántica
#1854 en Novela contemporánea

En el texto hay: romance, amor

Editado: 12.05.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.